El silencio minado

(Sobre la calma en el centro del hurac¨¢n). Nevenka Fern¨¢ndez es una superviviente, lo normal es que estuviese muerta. ?sa es una certeza que sit¨²a la existencia del relato de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s y nuestra lectura entre par¨¦ntesis, en una aparente calma que se asemeja a la que se produce en el centro del hurac¨¢n. Este hito en el periodismo literario espa?ol es un artefacto de suspense que no se puede cerrar. Estamos ante una clase de libro que emite se?ales y libera preguntas. Es al mismo tiempo un bar¨®metro y una turbulencia.

(Sobre las ondas conc¨¦ntricas). Para describir el proceso de escritura de una obra se ha utilizado muchas veces la met¨¢fora de las ondas conc¨¦ntricas. Una m¨¢s no importa. Hay un impulso inicial que provoca esa expansi¨®n, que desata la historia. Es algo que se ha ca¨ªdo de nuestra cabeza y ha ido a parar al agua. Una brizna de la memoria. Un recuerdo en forma de guijarro. Una pregunta salvaje alcanzada por un disparo. Los ojos de una muchacha acosada, aterrorizada. Pero lo que ocurre de original con el relato de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s a partir de Nevenka Fern¨¢ndez es que se pone en marcha el movimiento expansivo de la escritura y tambi¨¦n su contrario. El libro avanza en dos direcciones. El movimiento de Hay algo que no es como me dicen es de flujo y reflujo. No es s¨®lo una muchacha lo que se ha ca¨ªdo al agua. Ella ha podido salir a flote para contarlo, pero amarrada al cuello llevaba una especie de caja negra que no s¨®lo registra la gestaci¨®n del suceso sino que tambi¨¦n implica al mundo de lo extr¨ªnseco, a esa construcci¨®n social que llamamos realidad, y en la que el hilo macho es la colectiva historia educativa. Esa caja negra o arqueta sellada contiene el algo que no han contado. En esa direcci¨®n, hacia el fondo, camina la escritura. Por un lado, lo que ya ha pasado va a volver a pasar. Leemos el libro de Mill¨¢s con una angustia de la anticipaci¨®n, siguiendo las ondas que vuelven al primer c¨ªrculo, a la burbuja. Por otro lado, y ¨¦se es el efecto compensatorio, el n¨²cleo duro del silencio, all¨ª donde el silencio se cre¨ªa invulnerable, queda desatornillado.

(Sobre la mujer 'callada'). El mismo d¨ªa que leo el libro de Mill¨¢s sobre el ex alcalde de Ponferrada, sobre la estrategia depredadora de un poder que pretende ocupar tambi¨¦n los cuerpos, la radio informa de una manifestaci¨®n de mujeres por el caso de abuso de la autoridad de Toques a una menor. En la calle, estas mujeres ejercen por todos nosotros la cr¨ªtica literaria. La estad¨ªstica funciona como un texto espeluznante, como una acumulaci¨®n de thrillers. Cada d¨ªa, todos y cada uno de los d¨ªas, al menos cuarenta mujeres demandan en Espa?a una orden de protecci¨®n. Las mujeres que ejercen la cr¨ªtica literaria en la calle no est¨¢n de acuerdo con los eufemismos y llaman violencia machista a la denominada violencia de g¨¦nero. El ya denominado terrorismo dom¨¦stico ha dejado un balance de 103 v¨ªctimas mortales el pasado a?o, de lo que se deduce que el hogar es uno de los lugares m¨¢s peligrosos para la mujer (y los ni?os). En el libro de Mill¨¢s hay un gran momento de intensidad dram¨¢tica y es cuando Nevenka mira la pecera en la casa paterna. Se da cuenta de que han ido desapareciendo los peces en un recinto que para ella simbolizaba la m¨¢xima placidez. La depredaci¨®n en la pecera se produce en silencio. Cuando Nevenka dice no, no s¨®lo desata la furia de la autoridad que la acosa. Pone en cuesti¨®n la construcci¨®n hist¨®rica en la que el pensamiento reaccionario ha puesto m¨¢s empe?o, el objetivo en que coinciden todos sus textos, orientaci¨®n educativa, sermonarios y discursos: la consecuci¨®n de la "mujer callada". En el paroxismo franquista, la "mujer guirnalda" (¨¦se era el t¨ªtulo del m¨¢s divulgado libro educativo sobre las mujeres ejemplares: Guirnaldas de Espa?a). En contraposici¨®n, el ser m¨¢s horroroso de la creaci¨®n: la "mujer liberal". La mujer que habla.