Aznar concluye en Colombia sus viajes al extranjero como presidente del Gobierno

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha elegido Colombia como destino de su ¨²ltimo viaje al extranjero antes del 14-M, y en ¨¦l va a reiterar el mensaje que ha tratado de transmitir en las 234 giras realizadas desde que inici¨® su primer mandato, hace ocho a?os: la solidaridad frente al terrorismo. Aznar, que ten¨ªa previsto llegar anoche a Cartagena de Indias, aprovechar¨¢ esta visita, motivada por la inauguraci¨®n de un centro de cooperaci¨®n espa?ola, para renovar su apoyo al presidente ?lvaro Uribe, cuya pol¨ªtica antiterrorista suscita cr¨ªticas internacionales.

La reciente comparecencia de Uribe ante el Parlamento Europeo (PE), en Estrasburgo, el pasado 10 de febrero, contribuy¨® a poner de manifiesto esas pol¨¦micas. Unos 50 eurodiputados, de izquierda, verdes y liberales, protagonizaron una protesta con el lema de "paz y justicia en Colombia", y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cancel¨® su cita con Uribe en el ¨²ltimo minuto. Adem¨¢s, familiares de Ingrid Betancurt, la hija de ex presidente Belisario Betancurt, secuestrada por la guerrilla, a cuyo canje por terroristas se niega el Gobierno, se manifestaron en el PE.

Uribe cape¨® como pudo el temporal de unas cr¨ªticas que coinciden en lo fundamental con las que ONG, como Amnist¨ªa Internacional, oponen al estado de excepci¨®n decretado por el presidente colombiano pr¨¢cticamente desde que tom¨® el poder, el 7 de agosto de hace dos a?os, y a la legislaci¨®n antiterrorista que el Parlamento colombiano aprob¨® el pasado diciembre.

Las medidas de gracia concedidas a casi 900 paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia es otro motivo de cr¨ªticas, que confrontan la benevolencia del Gobierno hacia estos ultraderechistas con el rigor que opone a las guerrillas de las FARC o el ELN.

Las autoridades colombianas replican que los paramilitares han entregado las armas y se han sometido a un proceso de reinserci¨®n, mientras que los guerrilleros arruinaron todos los esfuerzos negociadores desplegados por el ex presidente Andr¨¦s Pastrana, predecesor de Uribe. Aquel fracaso determin¨® precisamente el vuelco electoral hacia una estrategia de imposici¨®n de la ley sin concesiones.

Por lo que se refiere a la nueva legislaci¨®n antiterrorista, Uribe opone a quienes denuncian que ha conferido poderes jurisdiccionales, de detenci¨®n y encarcelamiento, a las fuerzas del orden, una de las medidas excepcionales m¨¢s denostadas por los cr¨ªticos, el argumento de que la medida es inevitable debido a que el Estado no controla amplias zonas del territorio colombiano. Las autoridades razonan que sin esas facultades, dada la ausencia de jueces, las fuerzas tendr¨ªan que dejar en libertad a los narcotraficantes y guerrilleros sorprendidos in fragranti en esas regiones.

Pero el presidente colombiano se esfuerza, sobre todo, por convencer al mundo de que en su pa¨ªs no se libra ninguna guerra civil encubierta, pese a la persistencia de un conflicto que ha causado 200.000 muertos en los ¨²ltimos 40 a?os. Lo que padece Colombia es un problema de terrorismo ligado al narcotr¨¢fico, sostiene Uribe, con pleno apoyo de Washignton, y, evidentemente, de Aznar, que ha repetido hasta la saciedad que, frente al terror, le interesa la lucha m¨¢s que el an¨¢lisis pol¨ªtico o sociol¨®gico.

El presidente colombiano, superviviente de 17 atentados, aduce a favor de su gesti¨®n que, entre 2002 y 2003, los homicidios se redujeron en Colombia en un 20%, los secuestros en un 26%, los atentados masivos en un 33% y los ataques indiscriminados a la poblaci¨®n en un 84%, si bien el n¨²mero de secuestros anuales, por ejemplo, sigue rondando los 2.900.

Aznar expresar¨¢, en cualquier caso, toda su solidaridad con Uribe frente a las pol¨¦micas externas e incluso frente a los problemas internos de un presidente que no logr¨® hacer aprobar sus reformas en refer¨¦ndum, aunque los sondeos le siguen otorgando un ¨ªndice de popularidad del 82%, y que tiene que hacer frente a un auge pol¨ªtico de la izquierda en algunas de las principales ciudades.

Los gestos de apoyo a Uribe contar¨¢n, adem¨¢s, con la aquiescencia de un plantel de intelectuales de corte liberal, entre los que se dan por seguras las presencias del peruano Mario Vargas Llosa, del mexicano Enrique Krauze y del uruguayo Julio Mar¨ªa Sanguinetti, que otorgar¨¢n un galard¨®n al presidente espa?ol.

Por lo que se refiere a Aznar, el viaje a Colombia tiene mucho de gesto debido a un pol¨ªtico que tuvo todo el apoyo de Madrid ya como candidato. Estaba programado al menos desde septiembre de 2002, tres meses despu¨¦s de que Uribe realizara en Madrid la ¨²nica escala presidencial europea que se le conoc¨ªa hasta que hace dos semanas viaj¨® a Estrasburgo. Pero la guerra de Irak cambi¨® las prioridades de Aznar, quien, por otra parte, el pasado noviembre, tras la Cumbre Iberoamericana, opt¨® por visitar Chile. Colombia qued¨®, as¨ª, para el final de su doble mandato. Como un ¨²ltimo compromiso ineludible. El presidente s¨®lo har¨¢ otro viaje m¨¢s, y ser¨¢ cuando ya est¨¦ en funciones. Ir¨¢ a Bruselas, para asistir al Consejo Europeo de marzo.