El Sevilla vence sin ganas

Es posible que la econom¨ªa del f¨²tbol no tenga techo, pero s¨ª que tiene consecuencias. La concatenaci¨®n de competiciones de naturaleza amistosa, auton¨®mica, nacional, continental, mundial, ol¨ªmpica, de regularidad, de eliminatoria o mixta se traduce en ping¨¹es beneficios para clubes y marcas comerciales y en el inevitable hartazgo para los profesionales de la pelota. Ayer, ¨¦stos, los futbolistas, jugaron por imperativo contractual. Sin pasi¨®n, con la cabeza en otra cosa. Y eso no es f¨²tbol profesional, es un entrenamiento con algo m¨¢s de chicha, aunque el aficionado lo pague a precio de partidazo.

En lo an¨ªmico, los dos equipos fueron ayer como gemelos en distinta fase de desarrollo. El Sevilla fij¨® sus aspiraciones en la Copa. Lleg¨® alto y se vaci¨®. Ahora le queda el d¨ªa a d¨ªa de la Liga, adobado para la galer¨ªa con supuestas aspiraciones de llegar a clasificarse para alguna competici¨®n europea. Por su parte, la Real Sociedad, a¨²n vive la otra competici¨®n, la Liga de Campeones, en la que compite el mi¨¦rcoles y en la que ha empe?ado su prestigio este curso. Para ambos, el partido de ayer era prescindible. Tambi¨¦n lo fue para el aficionado, aunque le cobraran la carne de pescuezo a precio de solomillo.

Denoueix aplic¨® las rotaciones, algo que tiene l¨®gica a largo plazo pero que suele ser nocivo para lo inmediato. Los cambios del Sevilla ven¨ªan obligados por lesiones o sanciones, pero fue el car¨¢cter batallador lo que se rot¨® con la complacencia. A¨²n as¨ª gan¨®.

La Real ofreci¨® una oportunidad de Kovacevic a los dos minutos de juego y un tiro de falta, ya en la segunda mitad. El Sevilla tir¨® de falta a puerta, varias veces y mal, y su delantero Anto?ito desperdici¨® una clara ocasi¨®n de cabeza. Finalmente, Hornos gan¨® el partido en un mal remate. No pod¨ªa ser de otra manera en partido de los que parece que sobran.