El examen de Ra¨²l Bravo

El m¨¢s inopinado de los titulares del Madrid es Ra¨²l Bravo, antiguo carrilero que parec¨ªa destinado a la suplencia perpetua. Es lo que corresponde a cualquiera que pretenda suceder a Roberto Carlos. Durante dos a?os, sus minutos fueron tan escasos que se levant¨® una buena polvareda cuando I?aki S¨¢ez le convoc¨® para la selecci¨®n. "No hay muchos laterales izquierdos en estos tiempos", vino a decir el seleccionador a modo de excusa. Nadie estaba seguro de Ra¨²l Bravo como lateral izquierdo y no eran pocos los que le consideraban mediocre para jugar en el Real Madrid. Y, desde luego, nadie le ve¨ªa fuera de la posici¨®n de lateral largo. Se trataba de un jugador con unas grandes condiciones f¨ªsicas, una velocidad apreciable, un aire ca¨®tico en su estilo y casi ning¨²n recurso defensivo. Los prejuicios se han desvanecido en apenas media temporada. Ra¨²l Bravo juega ahora en el centro de la defensa y es titular indiscutible, por delante de Pav¨®n, que parec¨ªa destinado a la titularidad tras la marcha de Hierro y la negativa de Florentino P¨¦rez a invertir en otros centrales que no fueran los de la casa.

Ra¨²l Bravo es la mayor aportaci¨®n de Queiroz como entrenador del Madrid. Tom¨® un riesgo que fue calificado de excesivo. Puede que ahora no sea tema de discusi¨®n la titularidad de Ra¨²l Bravo en el centro de la defensa, pero en su momento se utiliz¨® como el principal s¨ªntoma de las carencias del equipo en una posici¨®n decisiva. Lo m¨¢s notable es que el jugador ha funcionado infinitamente mejor en su nuevo puesto que en el antiguo. Cuando por mandato imperativo, es decir por la baja de Roberto Carlos, ha regresado al lateral izquierdo, Ra¨²l Bravo ha decepcionado. El jugador que s¨®lo pod¨ªa ser lateral resulta que es un central cuando menos aceptable. O eso ha parecido durante toda la temporada, resolviendo con velocidad y muchas atenci¨®n los habituales problemas defensivos del Madrid.

En Munich ser¨¢ examinado como nunca. Por primera vez, Ra¨²l Bravo ser¨¢ exigido en un partido crucial en Europa, frente a un adversario da?ino y ante dos delanteros de primer nivel: Roque Santa Cruz y Roy Makaay. Al central del Madrid corresponder¨¢ vigilar a Makaay, cuya velocidad suele poner en graves dificultades a la defensa madridista. Hasta ahora, Ra¨²l Bravo ha respondido con eficacia. En el peor de los casos, no se le recuerda como responsable principal de ninguna crisis defensiva del Madrid. Y en el mejor, ha sido capaz de imponerse a delanteros notables.