El mejor resultado de la historia blanca en el Ol¨ªmpico
Los jugadores del Madrid salieron al campo como si no les pesara el fr¨ªo y sus p¨¦simos antecedentes en el estadio muniqu¨¦s, donde jam¨¢s hab¨ªan logrado si quiera un empate. Se les vio animados en el vestuario: Ronaldo, con leotardos y crema abrasiva en los pies, bromeando con Z¨¦ Roberto; Casillas estrechando guantes con Khan; Figo risue?o; Beckham exhibiendo una barba marinera, saludando muy cordial al rival... Luego, al salir del t¨²nel y recibir el viento alpino en la cara, las cosas cambiaron. Ni los fragorosos cantos carnavaleros de la hinchada b¨¢vara ni la tradicional humareda con olor a salchicha asada que envuelve el estadio Ol¨ªmpico de M¨²nich fueron suficientes para caldear una noche helada, con nieve acumulada en el grader¨ªo y a los costados del campo. La temperatura cay¨® a unos ocho grados bajo cero, el Bayern se apoder¨® de la pelota y los gal¨¢cticos, a sufrir.
El Bayern monopoliz¨® el juego a bal¨®n parado. Y si al Madrid le toc¨® lanzar alg¨²n tiro de esquina debi¨® soportar una andanada de bolas de nieve. La postal tuvo folklore: junto a la coleta de Beckham zumbaron las bolas compactadas por la hinchada local. En un acto de gentileza c¨ªvica, un empleado del Bayern pidi¨® por megafon¨ªa que cesara el fuego: "Por favor, dejen de lanzar bolas de nieve, que luego lamentaremos las consecuencias".
El Bayern se conjur¨® poco antes del pitido inicial. Todos los jugadores fueron chocando palmas, uno por uno, en torno a las figuras de Ballack y Kahn, que estaba lejos de imaginar que su labor en el partido iba a tener funestas consecuencias para los suyos. Enfrente, los madridistas menguaron como si sintieran un respeto incontrolable por un rival que, al fin y al cabo, siempre les hab¨ªa ganado en su campo, en siete partidos oficiales y en un tormentoso amistoso de 1980 (9-1).
Ayer se rompi¨® la maldici¨®n . Todo comenz¨® en 1976 cuando en el partido de vuelta de los cuartos de final de la por entonces Copa de Europa el Bayern venci¨® 2-0 y despidi¨® al Madrid de la competici¨®n. En el 87 fue a¨²n peor. Gan¨® 4-1 el Bayern y el conjunto blanco dej¨® en el recuerdo el pisot¨®n en la cara del malogrado Juanito a Matthaeus. Las siguientes cinco visitas en partido oficial a M¨²nich se saldaron tambi¨¦n con derrota, aunque en dos de ellas, que finalizaron 2-1, la de 2000, en la que Anelka anot¨® el gol que puso al Madrid en la final, y la del 2002, cuando Geremi llev¨® al equipo a semifinales, tuvieron pinta de triunfo.
Respir¨® ayer el Madrid, que sac¨® petr¨®leo de un choque que Roberto Carlos, autor del disparo que se comi¨® Kahn, calific¨® de "vital". "Si llegamos a la final", se?al¨® el brasile?o, "bien podemos pensar que lo hemos conseguido gracias a este empate".
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