Suicidas
A pocas horas de dar comienzo la campa?a electoral, uno se percataba de que falta entusiasmo. La gente, esa mayor¨ªa apabullante y natural, tiene los ideales en el subsuelo de la nostalgia, junto al ratoncito P¨¦rez, el p¨®ster de Norma Jean (o de Redford) y alg¨²n que otro fracaso de semejante hechura. Vivimos un tiempo malo para la l¨ªrica y ¨®ptimo para la decepci¨®n, aunque -tambi¨¦n es cierto- cada cual subsiste como puede y se busca un punto de apoyo que justifique el equilibrio y la existencia. De todos modos, la supervivencia f¨ªsica y emocional es dif¨ªcil a veces. Hay quien no resiste un pulso con lo que le ha tocado en suerte y opta por autoenviarse al m¨¢s all¨¢, borrarse de la lista y ah¨ª te quedas, mundo amargo. Las estad¨ªsticas de la OMS son contundentes: cada 40 segundos hay un suicido en el planeta, y cada 3, un intento fallido; en 2002 se quitaron la vida 3.500 personas en Espa?a (el 70% j¨®venes de entre 15 y 25 a?os, el resto, ancianos mayores de 75); el 50% de los suicidas hab¨ªa expresado su intenci¨®n de hacerlo; el 95% de los suicidios est¨¢ relacionado con alg¨²n tipo de trastorno ps¨ªquico; el 15% de la poblaci¨®n ha pensado en alg¨²n momento en poner fin a su vida, el 3% lo ha llegado a intentar y 9 de cada 100.000 personas lo han terminado haciendo. ?Razones? Sin duda, hay donde elegir. Los j¨®venes y adolescentes se acogen al fracaso escolar, rupturas amorosas o causas relacionadas con drogas y alcohol. Los ancianos enferman de soledad y de desesperanza.
Si no cambian mucho las cosas, los expertos auguran que una enfermedad como el suicidio, de no atajarse con las adecuadas medidas preventivas, ser¨¢ la segunda causa de enfermedad en el mundo hacia el 2020. De momento, si alguno de ustedes ha pensado alguna vez en desapuntarse de esta historia, busque alg¨²n amigo, abr¨¢cele bien fuerte y acu¨¦rdese del axioma: La vida no vale nada, pero tampoco hay nada que valga m¨¢s que la vida. Ahora vote si quiere el pr¨®ximo 14 de marzo; alg¨²n resto de ideal le quedar¨¢ por ah¨ª para meter en un sobre y so?ar en voz baja. No se amargue. El desencanto s¨®lo sirve para escribir poemas y alojar arrugas en la frente.
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