El oso y el reto?o

Probablemente harto de la imagen del ambiente gay que retrata la mayor¨ªa del cine espa?ol, repleto de r¨ªmel, plumas, casas de dise?o, camisetas apretadas y m¨²sculo de gimnasio, Miguel Albaladejo ha decidido en Cachorro provocar desde el m¨¢s mundano, terrenal y no menos homosexual ambiente de los llamados "osos": hombres entrados en carnes, sin afeitar y tan orgullosos de su condici¨®n como la m¨¢s reina de las reinas de la noche.

Albaladejo, en su sexta pel¨ªcula en seis a?os, vuelve a demostrar su facilidad para resultar cercano y para ofrecer ternura en las situaciones m¨¢s dram¨¢ticas. El protagonista de la historia, un treinta?ero con un estatus social y econ¨®mico de nivel medio-alto que tiene que hacerse cargo de su sobrino de 11 a?os durante un buen tiempo, es un dechado de virtudes alrededor del sentido com¨²n.

Aunque (manos a la cabeza de los sectores m¨¢s retr¨®grados) tambi¨¦n un hombre promiscuo y sin pareja fija, lo que le sirve al director y guionista para lanzar provocadoras y valientes ideas sobre el cada vez m¨¢s actual debate de la adopci¨®n por parte de homosexuales. Adem¨¢s, ofrece buenas salidas a los personajes aparentemente m¨¢s negativos (como el caso de la abuela del cr¨ªo) para que no se conviertan en meros fantoches.

Sin embargo, como (lamentablemente) tambi¨¦n suele ocurrir en las pel¨ªculas de Albaladejo, se respira cierto amateurismo, como de primera pel¨ªcula realizada con pocos medios, muchas prisas, muy poco gusto por el detalle y poca exigencia consigo mismo, con personajes a los que no se les entiende su ¨²nica frase y momentos que sobre el papel del gui¨®n deb¨ªan ser acongojantes (como el encuentro en el cementerio entre t¨ªo, sobrino y amigos de ¨¦ste), pero que sobre el celuloide resultan demasiado desastrados.