La rotura de un colector de aguas fecales obliga a cerrar un comedor escolar
Los 140 ni?os que almuerzan all¨ª lo har¨¢n la pr¨®xima semana en el centro de Arganzuela
Los alumnos del colegio Tirso de Molina tendr¨¢n que almorzar fuera del centro la semana pr¨®xima. A la limitada situaci¨®n de las instalaciones -carece de patio cubierto y sal¨®n de actos, y la biblioteca est¨¢ en un pasillo- se sum¨® el lunes la rotura de un colector de aguas residuales en el comedor. Los 140 ni?os que comen all¨ª a diario tuvieron que conformarse con bocadillos en las aulas. Desde ma?ana acudir¨¢n al centro integrado de Arganzuela, a pesar que los padres reclaman la instalaci¨®n de un sal¨®n prefabricado en el patio interior. El 67% de los alumnos son inmigrantes.
Los 140 alumnos que almuerzan a diario en dos turnos en el comedor del colegio Tirso de Molina, en el distrito de Arganzuela, tendr¨¢n que hacerlo desde lunes en un aula habilitada en el centro dotacional integrado de Arganzuela (antigua estaci¨®n Sur). El comedor del centro, que est¨¢ situado en el antiguo cuarto de calderas, se encuentra en obras desde el viernes a consecuencia de la rotura de una tuber¨ªa de aguas negras que inund¨® los 50 metros cuadrados del espacio. Los trabajos de reparaci¨®n est¨¢n previstos que acaben a lo largo de la semana. Mientras, los alumnos tendr¨¢n que trasladarse tres manzanas para poder comer.
Esta situaci¨®n no es del agrado de la Asociaci¨®n de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), que reclama la construcci¨®n de un sal¨®n prefabricado en el patio interior del centro. Esta instalaci¨®n, seg¨²n la AMPA, podr¨ªa ser utilizada como sal¨®n de actos. "El colegio no tiene un patio cubierto, ni sala de profesores ni sal¨®n de actos. Est¨¢ situado debajo de unas viviendas, y como detalle, la biblioteca est¨¢ en los pasillos porque no hay espacio", denuncia la presidenta de la AMPA, Mar¨ªa Isabel Alonso. "Si nos construyeran un prefabricado, luego se podr¨ªa utilizar para muchas cosas y los ni?os no tendr¨ªan que soportar las bajas temperaturas a la intemperie del patio", prosigue.
"Pasa si aguantas el olor", advert¨ªa el viernes una de las limpiadoras a las puertas del comedor. Para acceder es necesario descender 15 escalones divididos en dos tramos de escaleras en forma de ele. El espacio de unos 50 metros cuadrados tiene s¨®lo dos ventanas peque?as, y carece de salida de emergencia. El hedor impregnaba el ambiente. El jueves hab¨ªan descubierto, gracias a una c¨¢mara peque?a que se meti¨® por la tuber¨ªa, que hab¨ªa una rotura y que era necesario trabajar desde el despacho de direcci¨®n. Tambi¨¦n hab¨ªan vertido un l¨ªquido abrasivo para tratar de limpiar la tuber¨ªa. "Y ya no huele casi nada...", aseguraba la cocinera.
Escape
El escape se detect¨® el lunes pasado, aunque el jueves anterior ya hab¨ªa alg¨²n peque?o charco en la sala. "Lo limpiamos pensando que era algo sin importancia", asegura una de las encargadas, "pero fue a m¨¢s y qued¨® todo anegado".
Por esa zona pasan cada d¨ªa m¨¢s de un centenar de ni?os con edades comprendidas entre los tres y los 12 a?os. "Esta situaci¨®n no debe mantenerse", reclama Paloma, una de las madres organizadas en la AMPA. "La soluci¨®n no pasa por arreglar este comedor y ya. Hace falta un nuevo colegio para mejorar la situaci¨®n de los alumnos", demanda.
Las obras de reparaci¨®n en el comedor comenzaron el viernes y se prolongar¨¢n una semana. El director del colegio, Miguel Bedmar, cree que es una buena alternativa que los alumnos se desplacen a comer al centro de Arganzuela durante los d¨ªas que duren las obras. Para ello llevar¨¢n seis mesas y 24 sillas hasta su nueva ubicaci¨®n: ser¨¢n para que puedan comer los m¨¢s peque?os, puesto que el mobiliario que hay en Arganzuela es para adultos.
Pero el problema no est¨¢ solucionado del todo. En Arganzuela s¨®lo hay cabida para 90 ni?os, y en el Tirso de Molina almuerzan 140, de los 208 escolares del centro. "Les hemos pedido a los padres que, en la medida que puedan, se lleven a sus hijos a comer a casa", se?al¨® Bedmar.
La presidenta de la AMPA fue m¨¢s all¨¢: "?Qu¨¦ criterios vamos a seguir en caso de que no haya espacio para todos?". Como refuerzo, algunos miembros de la Polic¨ªa Municipal ayudar¨¢n a los monitores en el recorrido de los escolares de un centro a otro y se ha contratado a una pareja de monitores.
La situaci¨®n en el colegio Tirso de Molina, ya de por s¨ª un centro con problemas, se ha complicado con la aver¨ªa en el comedor. "Necesitamos soluciones porque no estamos dispuestos a que nuestros hijos estudien en un colegio privado o concertado. Queremos un colegio p¨²blico de calidad", afirm¨® la presidenta de la AMPA.
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