Duelos
A cualquier cosa se llama ahora desaf¨ªo. Antes la gente arrojaba el guante con asiduidad y se bat¨ªa en duelo con padrinos y testigos. En tiempo no muy lejano, hab¨ªa en Madrid combates cada dos por tres. El 29 de febrero de 1904, hoy hace justamente 100 a?os, se bati¨® aqu¨ª en duelo a pistola y a muerte el escritor y periodista Vicente Blasco Ib¨¢?ez, diputado republicano por Valencia. Blasco hab¨ªa sido apaleado d¨ªas antes por la polic¨ªa durante una manifestaci¨®n contra Maura. El escritor puso a caldo desde su esca?o a las fuerzas de orden p¨²blico. El Ministerio de la Gobernaci¨®n le ret¨® a duelo, designando como representante para el efecto al teniente Alestuei, campe¨®n de tiro ol¨ªmpico. El autor de Los cuatro jinetes del Apocalipsis, con m¨¢s de veinte duelos en su haber, siempre hab¨ªa esgrimido espada en los lances. En el desigual combate, Blasco dispar¨® al aire; Alestuei, a la barriga. Pero el destino ten¨ªa otros planes y el tiro rebot¨® en la hebilla del cintur¨®n del escritor, que sali¨® ileso. Muri¨® 24 a?os m¨¢s tarde, exiliado en Francia, multimillonario, famoso, hollywoodense y antimon¨¢rquico.
Madrid y Espa?a entera son hoy puro duelo electoral, se presupone que dial¨¦ctico, porque si fuera del de verdad, no quedaba t¨ªtere con cabeza. Hablando de t¨ªteres, el ¨²nico duelo televisivo entre Rajoy y Zapatero ser¨¢ interpretado por los mu?ecos del gui?ol de Canal +. En todas las dem¨¢s cadenas, el candidato popular se raj¨® y se fue. No ser¨¢ por falta de testigos. Es un reto al humor escuchar a Rajoy que su partido y ¨¦l mismo representan "la Espa?a alegre [?como Trillo?], segura de s¨ª misma [?como Ana Palacio?], confiada [?como ?lvarez-Cascos?] y optimista [?como Aznar?]". Los leones de las Cortes se parten de risa. Ya s¨®lo le queda decir que en Espa?a empieza a amanecer y que volver¨¢ a re¨ªr la primavera. ?Qu¨¦ sofoco!
En cuanto al pueblo, si no nos ponemos las pilas, s¨®lo nos quedar¨¢n duelos y quebrantos cervantinos, es decir, huevos con torreznos. No arrojes el guante, pero tampoco la toalla.
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