Un islote en un mar de asfalto
El barrio de Los Olivos, en Hortaleza, est¨¢ rodeado por modernas carreteras, pero su acceso es un camino de arena
El barrio de Los Olivos, en Hortaleza, est¨¢ tan mal comunicado como un pueblo rec¨®ndito. Pero este vecindario de casitas bajas habitado por m¨¢s de medio millar de personas no se encuentra en mitad de la sierra, sino rodeado de urbanizaciones de lujo y modernas carreteras. Los problemas de este modesto vecindario, pr¨®ximo a la lujosa urbanizaci¨®n del Encinar de los Reyes, comenzaron con la construcci¨®n del ensanche urban¨ªstico de Sanchinarro, que borr¨® del mapa el camino asfaltado por el que acced¨ªan al barrio de la Virgen del Cortijo. Pero fueron las obras de la autopista de peaje Madrid-Guadalajara, la Radial 2, las que agravaron su aislamiento.
Tras la eliminaci¨®n de la carretera a Virgen del Cortijo, el ¨²nico acceso a Los Olivos es una v¨ªa que, sin cartel indicador alguno, parte del kil¨®metro 11,8 de la autov¨ªa de Burgos (A-1), por detr¨¢s de la iglesia de los Padres Dominicos. En su primera parte est¨¢ asfaltada porque por ella se llega a un colegio privado, a una residencia canina y a un vivero de plantas. Pero el asfalto desaparece al llegar a un t¨²nel bajo la M-40.
"A veces llamas al centro de salud y te dicen que aqu¨ª no vienen"
"El camino no est¨¢ en condiciones, pero ?qu¨¦ hacemos, dejar a los chavales sin escuela?"
Hasta las obras de la R-2, este camino, a trav¨¦s del t¨²nel, era precario pero transitable. Pero el trazado de la citada autov¨ªa oblig¨® a modificar el sistema de drenaje de la M-40 en ese punto y el nuevo ha convertido el paso en una piscina de barro. La ¨²nica alternativa es a¨²n peor: un camino de tierra, estrecho y lleno de baches, en el que los veh¨ªculos pesados, como el autob¨²s que lleva a los 57 ni?os a la escuela, tiene que andar con cuidado para no volcar por el constante balanceo.
Hartos, los habitantes de este aislado islote, que carece de alcantarillado, alumbrado p¨²blico y suministro de agua (la cogen de las fuentes), presentaron en diciembre un escrito al Ministerio de Fomento, responsable de la Radial 2, reclam¨¢ndole que dote al barrio de unos accesos dignos. Es decir, que asfalte la carretera y evite que el t¨²nel se convierta en un pantano, volviendo, al menos, a la situaci¨®n previa a la construcci¨®n de la radial.
Su iniciativa, amparada en el derecho de petici¨®n previsto en la Constituci¨®n, cuenta con el apoyo jur¨ªdico de C¨¢ritas. En tres meses, es decir, para el 20 de marzo, Fomento tiene que darles una respuesta motivada.
Portavoces del ministerio aseguran, sin embargo, que despu¨¦s de la construcci¨®n de la radial "la empresa concesionaria de las obras procedi¨® a restituir el camino a su estado inicial, conectando el drenaje de la M-40 al colector de Valdebebas". "El asfaltado del camino por el que llegan los vecinos a su barrio no es competencia nuestra, sino del Ayuntamiento de Madrid", a?aden.
La concejal presidente de la Junta Municipal de Hortaleza, Sandra Lorite, asegura que ha pedido explicaciones a Fomento sobre los problemas de acceso a este barrio. "A principios de febrero nos contestaron desde la Direcci¨®n General de Carreteras del ministerio dici¨¦ndonos que subsanar¨ªan el problema en unos d¨ªas", afirma. Pero mientras las instituciones dan por resuelto el problema, los vecinos sienten que su aislamiento s¨®lo es fuente de calamidades.
El pasado mi¨¦rcoles, seg¨²n denuncian, el conductor del autob¨²s escolar se neg¨® a trasladar hasta el barrio a los ni?os a trav¨¦s del inseguro camino de tierra. Susana Jurado, de 30 a?os, vecina de Los Olivos desde hace una d¨¦cada y madre de dos peque?as, explica indignada que "o porque el ch¨®fer era nuevo o porque le pareci¨® peligroso el estado del camino, el hecho es que los ni?os tuvieron que volver andando ellos solitos durante un buen rato hasta que uno de los padres les vio y avis¨® al resto". "Cada d¨ªa vemos partir el autob¨²s con preocupaci¨®n porque el camino no est¨¢ en condiciones, pero ?qu¨¦ hacemos, dejar a los chavales sin escuela?", explica.
El pasado 17 de febrero, una ni?a de cuatro a?os de Los Olivos muri¨® aplastada por un cami¨®n a las puertas de su casa. Los padres, destrozados al ver a su peque?a malherida, decidieron trasladarla por su cuenta al hospital, donde falleci¨® al d¨ªa siguiente despu¨¦s de aguardar a la ambulancia durante media hora. No se atrevieron a esperar m¨¢s porque temieron que, como ha ocurrido otras veces, el equipo m¨¦dico se hubiera perdido por la zona dado que el acceso al barrio no est¨¢ se?alizado.
El suceso ha conmocionado a este peque?o pueblo. Sus habitantes se preguntan si la ni?a se habr¨ªa salvado de vivir en un lugar bien comunicado al que los servicios de emergencia llegan sin problemas. "A veces llamas al centro de salud y te dicen que aqu¨ª no vienen; o compras un electrodom¨¦stico y el repartidor llega mucho m¨¢s tarde de lo previsto y enfadado despu¨¦s de dar vueltas por la zona", explica Jurado, y a su lado asienten otros dos vecinos, Carmen Jim¨¦nez y Ram¨®n Cervig¨®n. "Y los taxis tampoco entran al barrio, llegan hasta el t¨²nel y de ah¨ª no pasan", puntualizan, y a?aden que el correo se reparte con retraso, las basuras se recogen con menos frecuencia de lo deseable y las l¨ªneas de tel¨¦fono tardan m¨¢s en instalarse que en otras zonas de la ciudad.
En este barrio nunca tuvieron autob¨²s de l¨ªnea. Pero mientras existi¨® la carretera que enlazaba con Virgen del Cortijo pod¨ªan acercarse a ese vecindario donde hay tiendas, escuela, centro de salud, farmacia, bares y parada de transporte p¨²blico. "En coche tardabas cinco minutos y andando veinte, por una carretera c¨®moda y asfaltada; por los accesos actuales, sin embargo, tienes m¨¢s de una hora de camino lleno de barro y veinte minutos si vas en coche", explica Jim¨¦nez.
En medio de tantas carencias observan, impotentes, c¨®mo a unos pocos metros del destrozado camino de acceso a su barrio una gran superficie comercial ha construido una carretera, nueva, bien asfaltada, con sus aceras y sus luces, para acercar hasta sus puertas a los residentes de La Moraleja. "Te sientes como si fueras un ciudadano de segunda, y nosotros tambi¨¦n pagamos impuestos", explican.
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