Conveniencias
Qui¨¦n ha visto a Celia Villalobos. La candidata del PP al Congreso por M¨¢laga no va a participar en ning¨²n debate electoral. La tertuliana por excelencia, la dicharachera pol¨ªtica que nunca rehuy¨® una invitaci¨®n a confrontar ideas aunque le llegaran de medios de comunicaci¨®n catalogados por el aparato de su partido como territorio hostil, ha decidido que ya basta. Recuerda la ex alcaldesa de M¨¢laga que en su primera campa?a municipal celebr¨® m¨¢s de un centenar de debates. Seguramente no exagera, porque hizo el primero seis meses antes de los comicios. Pero es que entonces Villaobos hab¨ªa puesto asedio a una alcald¨ªa que el PSOE ganaba repetitivamente con mayor¨ªa absoluta, y convirti¨® aquella campa?a en una carrera de fondo en la que todo era ¨²til con tal de que garantizara la proyecci¨®n perseguida.
Ahora, de vuelta de casi todo, Villalobos, ex alcaldesa y ex ministra, no ambiciona m¨¢s que ayudar a su partido a mantener el Gobierno, y ha decidido que ya vale de tanto debate, porque ahora ya no le interesan y ha llegado el momento de jugar a conservar, a tener la pelota sin arriesgarla.
Villalobos se ha vuelto de lo m¨¢s disciplinada en su partido. Se trata de hacer una campa?a lo m¨¢s plana posible, en la que no haya debates porque el PP no va a confrontar con partidos que no tienen posibilidad de gobernar s¨®los, que su rival no es el PSOE, sino una coalici¨®n en la que estar¨ªan varios partidos m¨¢s.
A su compa?ero de partido y cabeza de lista al Parlamento Andaluz por M¨¢laga, Joaqu¨ªn Ram¨ªrez, le ocurre lo contrario. Ram¨ªrez, como Te¨®fila Mart¨ªnez, quiere un cambio en Andaluc¨ªa y, al contrario que Villlaobos, no tiene nada que conservar, debe jugar al ataque y arriesgar, y va a participar en no menos de cuatro debates en esta campa?a.
La coincidencia de las elecciones generales y auton¨®micas es un mal asunto para poner a prueba la coherencia de las estrategias de partido. Adem¨¢s de que los temas meramente andaluces pasen completamente desapercibidos, resulta que no es lo mismo jugar en el Congreso que en el Parlamento Andaluz, que lo que conviene en cada escenario es bien diferente en ocasiones..
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªgeuz Zapatero no se cansa de emplazar al debate Mariano Rajoy, pero en Andaluc¨ªa fue el presidente del Gobierno, Manuel Chaves, quien tuvo que hacer lo propio con la jefa de la oposici¨®n, Te¨®fila Mart¨ªnez, que no sab¨ªa a que carta quedar. Si Mart¨ªnez siguiera la directriz de los estrategas electorales del PP, har¨ªa una campa?a de bajo tono para no despertar a los votantes socialistas que en las ¨²ltimas elecciones optaron por dormirse en la abstenci¨®n. Pero si piensa en la Junta, la candidata del PP cree que debe poner en aprietos a Chaves, y cuestiona su gesti¨®n, y lo descalifica llam¨¢ndole mentiroso, prepotente o censor. Seguramente recordar¨¢ que en 1990, las primeras elecciones de Chaves, el PSOE logr¨® la mayor¨ªa absoluta m¨¢s amplia con la abstenci¨®n m¨¢s alta de la historia. Los datos siempre dan argumentos para que cada cual justifique su propia conveniencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.