Antes y despu¨¦s
Ahora ya s¨¦ a qu¨¦ se parecen las campa?as electorales. Llevaba tiempo d¨¢ndole vueltas a la cosa y escuchando opiniones para todos los gustos, desde las que dicen que el ¨²nico socialista con futuro es Jos¨¦ Bono hasta la de un amigo m¨ªo que sostiene que Mariano Rajoy va a ser el segundo candidato del Partido Popular al que haga presidente del Gobierno la ETA. Pero no, yo ahora he descubierto que a lo que m¨¢s se parece una campa?a electoral es a los anuncios de gordos. Ya saben de qu¨¦ les hablo, ?no? En la primera imagen, sale un hombre con una barriga alrededor de la cual se podr¨ªa celebrar una etapa de la Vuelta a Espa?a y, encima de ¨¦l, un letrero que dice: antes. Y al lado hay otra foto del mismo se?or, s¨®lo que con cuarenta kilos menos y debajo de un cartel que dice: despu¨¦s. El gordo tiene una cara de amargura horrible; de amargura y casi de dolor, igual que si todos los centollos que se hubiera comido en su vida le estuviesen clavando las pinzas en los ri?ones. El delgado tiene una sonrisa que parece prima de un piano de cola, est¨¢ hecho un Tarz¨¢n, y todo ¨¦l resplandece como un ¨¢rbol de Navidad. Es una transformaci¨®n milagrosa, sin duda; pero lo mejor de todo, nos dice el anuncio en cuesti¨®n, es que el cambio se logra sin ning¨²n esfuerzo, no hay m¨¢s que ponerse unos parches adhesivos en los hombros, sentarse ante el televisor, abrirse una cervecita, enchufarse a la corriente el¨¦ctrica y a vivir: en menos de dos meses est¨¢s para que mojen pan en ti, como quien dice.
Pues uno ve la campa?a electoral del PP y es lo mismo. Antes: la delincuencia sube como la espuma en ciudades como Madrid y el n¨²mero de polic¨ªas baja. Despu¨¦s: pondremos treinta y cinco mil polic¨ªas en las calles, dijo Esperanza Aguirre, e inventar¨¦ una brigada de agentes para los barrios, las SERCAM, que dejar¨¢ la capital -con perd¨®n- m¨¢s limpia que un episodio de Heidi. M¨¢s despu¨¦s: es que no me dejan hacerlo, la culpa es de Ruiz-Gallard¨®n.
Antes: las listas de espera son la verg¨¹enza de este pa¨ªs y de esta ciudad; la gente se muere en los pasillos del Gregorio Mara?¨®n, se muere en la lista de espera lo mismo que si la lista de espera fuese el corredor de la muerte y a alguno, como acaba de pasarle a un enfermo cardiaco en Madrid, le llaman del hospital Puerta de Hierro, para operarlo, al d¨ªa siguiente de morirse. Despu¨¦s: v¨®tenme, dice do?a Esperanza, y ya ver¨¢n qu¨¦ despu¨¦s, porque las listas de espera desaparecer¨¢n, los enfermos estar¨¢n sanos como toros de lidia en menos de una semana y en los sanatorios habr¨¢ camas de sobra; de hecho, cada paciente tocar¨¢ a dos, como m¨ªnimo. Y si en dos a?os la lista no se ha reducido a la m¨ªnima expresi¨®n y el m¨¢ximo plazo de tiempo que deba esperar un ciudadano para operarse supera un mes, dimito, me voy a mi casa y punto. M¨¢s despu¨¦s: s¨ª, bueno, pero s¨®lo le arreglar¨¦ las cosas a los censados en Madrid, que si no se nos llena esto de murcianos, argentinos y tal.
Antes: arreglar¨¦ el problema de la M-30 en menos que canta un ?lvarez-Cascos, dijo Ruiz-Gallard¨®n mientras pasaba de presidente a alcalde como quien suelta una liana para coger otra. Despu¨¦s: ya, pero si Esperanza se pone flamenca y hay que hacer un informe medioambiental, entonces ya no me comprometo, est¨¢ clar¨ªsimo, qu¨¦ quieren que yo le haga. M¨¢s despu¨¦s: ni se sabe, pero quiz¨¢ las opciones sean dos, o destruir la naturaleza y el patrimonio hist¨®rico al que afectar¨ªan las obras o quedarse con la M-30 como est¨¢, en plan Purgatorio del Dante.
O sea, que en lo que hay que pensar en estos casos no es en el antes ni en el despu¨¦s, porque con respecto al primero mienten y con respecto al segundo exageran, sino en el m¨¢s despu¨¦s, que es una cosa que tal vez no se pueda decir seg¨²n las leyes de la gram¨¢tica, pero s¨ª seg¨²n las leyes de la pol¨ªtica.
Antes de darles su voto a alguno de los candidatos, piensen en su m¨¢s despu¨¦s o en que a lo mejor, como en esos anuncios de gordos enflaquecidos y dem¨¢s, la cosa tiene truco y los milagros no existen. Piensen en qui¨¦n es cada uno de ellos, m¨ªrenle el curr¨ªculum y saquen sus conclusiones.
?Se puede pasar, en tan poco tiempo, de tan gordo a tan flaco? Ejque ect¨¢ clar¨ªsimo, que dir¨ªa Pepe Bono.
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