Tarantino transforma en un asesino al Peque?o Saltamontes
David Carradine protagoniza 'Kill Bill', cuya primera parte se estrena hoy, con Uma Thurman
A sus 67 a?os, David Carradine espera que Kill Bill produzca en su carrera cinematogr¨¢fica un giro tan grande como el que signific¨® Pulp Fiction para John Travolta cuando, hace ahora 10 a?os, Quentin Tarantino rescat¨® del olvido al protagonista de Fiebre del s¨¢bado noche. "Lo espero secretamente, aunque cuando Travolta trabaj¨® con Tarantino ten¨ªa 40 a?os y yo hice Kill Bill con 66 y no hemos seguido la misma trayectoria despu¨¦s de nuestros respectivos ¨¦xitos en la d¨¦cada de los setenta, pero es cierto que Tarantino nos busc¨® porque ambos fuimos iconos en esos a?os", afirma Carradine, cuyo personaje da nombre el jefe de la banda de asesinos contra la que planea su venganza la novia interpretada por Uma Thurman en Kill
"Filmamos en cuatro continentes durante medio a?o a raz¨®n de 14 horas diarias"
Bill, el ¨²ltimo filme del director americano cuya primera parte se estrena hoy en Espa?a.
David Carradine se mueve y habla relajada y pausadamente, sin abandonar un cigarrillo cuyos efectos aten¨²a con una boquilla de plata. Su perfil de hombre duro, labrado por personajes implacables en la pantalla, se desmonta de inmediato cuando afirma que "el personaje de Caine, en la serie Kung Fu", le cambi¨® la vida. "Como lo hizo con mucha gente que todav¨ªa se dirige a m¨ª para decirme que aquel Peque?o Saltamontes, como a m¨ª, le ayud¨® a encontrar el equilibrio entre el cuerpo y la mente", explica. Ahora, despu¨¦s de un centenar de pel¨ªculas en su haber, aquel Peque?o Saltamontes que atrap¨® a varias generaciones con su filosof¨ªa no violenta se transforma, gracias a la imaginaci¨®n de Tarantino, en un asesino sanguinario. "A Tarantino le encantaba aquella serie y me llam¨® para participar en Kill Bill porque le dije que, haciendo Kung
Fu, aprend¨ª ocho o nueve maneras de matar a alguien sin hacer ruido", recuerda con sentido del humor el actor californiano. El resultado es un personaje enigm¨¢tico y "muy del estilo de Tarantino", en palabras de Carradine, cuyo rostro no aparece en ning¨²n plano de la primera parte de Kill B
ill. S¨®lo sus botas, su silueta y su enorme y amenazante figura.
Para que el Peque?o Saltamontes se convirtiera en Bill, David Carradine tuvo que acometer un rodaje mastod¨®ntico: "Filmamos en cuatro continentes durante medio a?o a raz¨®n de 14 horas diarias", indica el actor, quien sin embargo no considera que fuera una labor especialmente dura para alguien que ha trabajado "en sitios incre¨ªbles". "He tenido que hacer peleas en gran parte de mis pel¨ªculas y me he roto muchos huesos por culpa del cine", comenta. Quiz¨¢s ese car¨¢cter forjado en el cine de acci¨®n convenci¨® a Tarantino para que Carradine participara en "la pel¨ªcula m¨¢s violenta que se ha hecho nunca en los Estados Unidos", como la define su protagonista, "aunque Miramax [la productora de la cinta] no quiere que esto se diga en p¨²blico".
"Tarantino tiene una personalidad tan arrolladora cuando rueda como la imagen que da a la prensa, pero es una persona muy amable, que no chilla, no se enfada, que hace el rodaje divertido y que siempre intenta pas¨¢rselo bien con todo lo que hace", dice Carradine del popular director de Tennessee, antes de apostillar que ¨¦ste "nunca habla de sus cosas durante el rodaje, ya que se concentra s¨®lo en su trabajo".
Tanto que el volumen final de lo filmado, a lo largo de seis meses, daba para "156 horas porque se rodaron 1.200.000 pies de pel¨ªcula", un metraje inviable para su distribuci¨®n comercial y que finalmente se redujo a las casi cinco horas de las dos partes en que se ha dividido y distribuido la pel¨ªcula. "Cuando supe que se iba a dividir en dos partes pens¨¦ que era maravilloso, porque la segunda parte es muy diferente de la primera. La primera parte es eminentemente acci¨®n, mientras que la segunda se centra m¨¢s en la historia y los personajes, y sigue siendo Tarantino, con su estilo. A todo el mundo en los Estados Unidos le ha encantado la primera parte y todos esperan ya la segunda, que normalmente debe de ser mejor que la primera, ya que es cuando empiezan a desarrollarse los personajes. Es posible que alg¨²n d¨ªa se exhiban juntas, en la edici¨®n de DVD o en una reposici¨®n, pero tambi¨¦n entonces se ver¨¢ que, aparte de dos buenas pel¨ªculas, es una gran pel¨ªcula en su totalidad", opina Carradine. No cree que tenga un efecto negativo el hecho de que se distribuya en dos partes porque "a la gente que le gusta el cine de Tarantino le gusta repetir".
No son ¨¦sas las ¨²nicas diferencias entre la primera y la segunda entrega (que se estrena en EE UU el 16 de abril) de Kill Bill. El veterano actor desvela que "en el montaje final de la primera parte se redujeron mucho los largos di¨¢logos de la pel¨ªcula, pero en la segunda no ocurre eso e incluso hay un momento en el que hablo por espacio de ocho minutos", concluye entre risas el hombre que enamor¨® al mundo hace 30 a?os con un personaje antiviolento y que ahora espera resucitar para el gran p¨²blico encarnando al m¨¢s sanguinario y cruel de los asesinos del cine americano.
Babelia
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