Cambiar cuando todo va bien
Hay un amplio consenso en que la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta del PP significar¨ªa un cambio positivo en la situaci¨®n pol¨ªtica -valorada hoy muy negativamente por los ciudadanos en las encuestas del CIS-, ya que obligar¨ªa a usar m¨¢s el entendimiento que el enfrentamiento y permitir¨ªa un mejor funcionamiento de la democracia. Pero ?qu¨¦ efectos tendr¨ªa sobre la situaci¨®n econ¨®mica que es valorada muy positivamente por los mismos encuestados? La idea predominante es que, dado que la situaci¨®n actual es muy favorable, ser¨ªa bueno no cambiar la pol¨ªtica econ¨®mica. Este razonamiento lo us¨® el PSOE en las elecciones de 1989 y seguramente le ayud¨® a conseguir una mayor¨ªa absoluta despu¨¦s de haber gobernado, como ahora el PP, dos legislaturas. Entonces la situaci¨®n econ¨®mica era tambi¨¦n muy buena, incluso mucho mejor que la de ahora. El PIB estaba creciendo al 5% frente al 2,4% de ahora; el empleo estaba creciendo el 4%, un ritmo doble del actual; las ventas de autom¨®viles estaban disparadas; durante los ¨²ltimos a?os hab¨ªa disminuido el d¨¦ficit p¨²blico en tres puntos, y la deuda p¨²blica sobre el PIB -que hoy est¨¢ por encima del 50%- se hab¨ªa reducido hasta el 40%. Incluso hab¨ªa indicadores m¨¢s positivos, como el fuerte crecimiento de la inversi¨®n privada que hoy no levanta cabeza. Pero igual que ahora, ese crecimiento estaba basado en la demanda interna. Se observaban los mismos desequilibrios en los precios -el deflactor del PIB era, como ahora, dos puntos superior al europeo- y el d¨¦ficit de la balanza corriente se hab¨ªa disparado, como ahora, al 3% del PIB.
La mayor¨ªa absoluta del PSOE le impidi¨® atender los cambios que suger¨ªa la oposici¨®n hasta que el modelo se agot¨®. Y es que, en econom¨ªa, un presente boyante no es siempre garant¨ªa de un futuro pr¨®spero. Los inversores que en enero de 2000 entraron en Bolsa porque estaba subiendo espectacularmente, perdieron la mitad de su patrimonio en pocos meses. En econom¨ªa, el futuro depende de la solidez en que se asienta el crecimiento. Durante los ¨²ltimos tres a?os hemos crecido m¨¢s que Europa, pero la acumulaci¨®n de desequilibrios -d¨¦ficit exterior, p¨¦rdida de competitividad, endeudamiento- har¨¢ que, si no cambiamos de direcci¨®n, la econom¨ªa espa?ola se encuentre en una situaci¨®n sin salida. En alg¨²n sentido ser¨¢ a¨²n peor que en los noventa porque, siendo ya imposible la devaluaci¨®n, el ajuste no se podr¨¢ realizar en a?o y medio, sino que registraremos crecimientos enclenques durante a?os. El partido socialista tiene un buen programa para evitar esta debacle. Consiste en centrar las reformas en la productividad y en la mejora de la competitividad. La ¨²nica forma de salvar el futuro es adoptar mejoras en la educaci¨®n, extender el conocimiento del ingl¨¦s, intensificar el uso de ordenadores, avanzar en la sociedad de conocimiento, potenciar la I+D, evitar el desplome de la burbuja inmobiliaria con la potenciaci¨®n del alquiler, introducir competencia en mercados protegidos, entre otras medidas.
Si el PP obtiene mayor¨ªa absoluta, le ser¨¢ dif¨ªcil girar r¨¢pidamente hacia estos razonables planteamientos debido a su dependencia de los intereses que defienden el modelo actual. En pol¨ªtica uno s¨®lo se vuelve razonable cuando est¨¢ obligado a ello. Felizmente, por lo que dicen las ¨²ltimas encuestas, parece que el elector espa?ol ha aprendido y no cometer¨¢ el error de 1989. Si el PSOE no hubiera obtenido entonces mayor¨ªa absoluta, hubiera tenido que hacer caso a lo que la oposici¨®n reclamaba sensatamente como la reducci¨®n del gasto p¨²blico y otras medidas. Entonces hubiera sido bueno cambiar la orientaci¨®n del Gobierno con algunas ideas de la oposici¨®n. Ahora, si el PP no consigue la mayor¨ªa absoluta, no podr¨¢ despreciar absolutamente a la oposici¨®n y se ver¨¢ obligado a aplicar aquellas medidas m¨¢s sensatas que est¨¢n en el programa socialista, y eso ser¨¢ bueno para la econom¨ªa. Porque en econom¨ªa, cambiar cuando todo va bien puede ser lo m¨¢s prudente. mfo@inicia.es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.