Gonz¨¢lez: Por qu¨¦ no debe ganar el PP
"Si vencen el 14 de marzo van a interpretar que el voto avala todo lo que han hecho en Irak"
LA COHESI?N TERRITORIAL
"El PP ha incumplido la primera funci¨®n del Gobierno, que es mantener la cohesi¨®n a trav¨¦s del di¨¢logo"
"El gran problema es que con una ETA muy debilitada, el conflicto pol¨ªtico ha tomado una enorme dimensi¨®n"
"El candidato del PP asume que la fractura territorial es el principal problema del pa¨ªs, porque el ¨²nico pacto que ha propuesto es un pacto para defender la unidad de Espa?a, literalmente expresado as¨ª. Ese problema no exist¨ªa hace ocho a?os, cuando empez¨® el gobierno del PP, que ha incumplido la primera funci¨®n del Gobierno central, que es la de mantener la cohesi¨®n de los territorios a trav¨¦s del di¨¢logo y de pol¨ªticas concretas. Uno puede tener la fijaci¨®n de pensar este problema en t¨¦rminos del Pa¨ªs Vasco, donde hay una responsabilidad del PNV, que se ha dejado arrastrar o ha ido voluntariamente a una din¨¢mica en la que el Gobierno hace el papel del partido, proponiendo un proyecto que, sin tener en cuenta su primera obligaci¨®n de gobernar para todos los ciudadanos, representa s¨®lo a una parte de la sociedad, la mitad m¨¢s uno o la mitad menos uno, tanto da. Pero la cuesti¨®n no s¨®lo afecta al Pa¨ªs Vasco. Olvidamos que en Andaluc¨ªa el Gobierno de la naci¨®n ha llegado a decir a los andaluces: 'Reconocemos que debemos medio bill¨®n de las antiguas pesetas, pero no vamos a pagar hasta que haya un Gobierno que nos guste. Este Gobierno no nos gusta'. Si lo que ha dicho la se?ora Aguirre en Madrid, que s¨®lo se compromete a acortar las listas de espera sanitarias para los madrile?os, lo hubiera dicho cualquier otra fuerza pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco o en Catalu?a, habr¨ªa sido un esc¨¢ndalo. Como el Gobierno de la naci¨®n no cumple su deber de mantener la cohesi¨®n, cada d¨ªa hay m¨¢s tensiones territoriales. Y en algunos casos, como en el Pa¨ªs Vasco, ni siquiera hay relaci¨®n institucional".
"La situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco contamina hasta tal punto el discurso pol¨ªtico que Jaime Mayor Oreja se permite decir que en Andaluc¨ªa existe el mismo miedo al cambio que en el Pa¨ªs Vasco. El voto tiene ahora una importancia coyuntural mucho m¨¢s decisiva que en cualquier proceso electoral normal, porque se est¨¢n precipitando ciertos elementos de crisis. Si el voto consolida en el poder al Partido Popular, va a consolidar esa manera de hacer pol¨ªtica, que tiene ra¨ªces hist¨®ricas. Los dirigentes del Partido Popular, empezando por el se?or Aznar, mostraron un rechazo absoluto a la Constituci¨®n cuando se elabor¨® y aprob¨® en 1978, no s¨®lo a la estructura territorial del Estado, tambi¨¦n al modelo educativo y econ¨®mico. Diez o doce a?os despu¨¦s dijeron literalmente que hab¨ªan cambiado, que asum¨ªan una Constituci¨®n que consagraba un modelo federalizante y que era necesario completar ese modelo con la reforma del Senado. Pasados otros diez a?os, cualquiera que haga una propuesta en ese sentido resulta que est¨¢ rompiendo la unidad de Espa?a. Es un desprop¨®sito que me temo que responde a un puro oportunismo pol¨ªtico. El mismo oportunismo pol¨ªtico que les llev¨® a pactar con el PNV en 1996 y a romper violentamente tres a?os despu¨¦s".
"Claro que hubo un cambio en el PNV. Ya en mayo del 98 advert¨ª de que se estaba negociando una tregua entre el PNV y ETA y que ese pacto inclu¨ªa contenidos inasumibles e inaceptables. Advertimos de ello al Gobierno, pero al menos el Ministerio del Interior sosten¨ªa que era una intoxicaci¨®n. Cuando aparece la tregua con el Pacto de Estella, Aznar acepta dialogar con ETA, llam¨¢ndole Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco por primera y ¨²nica vez en la historia desde un Gobierno, a sabiendas de que ETA fijaba el marco de la negociaci¨®n en los t¨¦rminos del Pacto de Estella. Yo vi con asombro que a pesar de todo se manten¨ªa nominalmente la coalici¨®n del PP con el PNV, que dio paso, una vez que ETA rompi¨® su tregua, a un proceso de criminalizaci¨®n del PNV. Y el enfrentamiento se ampli¨® del PNV a todo el propio Gobierno vasco. Ciertamente, el plan que present¨® luego Ibarretxe hunde sus ra¨ªces en los postulados de Lizarra, pero eso no le impidi¨® en su d¨ªa al PP proponer el di¨¢logo con ETA. Es verdad que ha dicho luego que s¨®lo estaba dispuesto a hablar sobre la entrega de armas por parte de ETA, pero antes Aznar se hab¨ªa referido a los violentos como movimiento de liberaci¨®n. Si de verdad s¨®lo quer¨ªa hablar de entrega de armas, los emisarios del Gobierno hubieran sido otros".
"Si es verdad lo que dice Imaz, creo que a¨²n es posible reconducir al PNV a cauces constitucionales. Deben cumplirse dos condiciones que de forma menos clara tambi¨¦n parece aceptar Ibarretxe. Una, previa al debate: que haya desaparecido la violencia que se ejerce sobre la mitad de la poblaci¨®n vasca, y en particular sobre los representantes no nacionalistas del Pa¨ªs Vasco, adem¨¢s de sobre el conjunto de la poblaci¨®n espa?ola. La segunda, que todo sea discutible. Aceptar el debate no significa que se les tenga que dar la raz¨®n. Naturalmente que no estoy de acuerdo con el contenido de la propuesta de Ibarretxe y precisamente por eso estoy dispuesto a discutir, porque vulnera las reglas y precisamente por eso carece de legitimidad democr¨¢tica. Los votos dan legitimidad para ejercer el poder dentro del ¨¢mbito de unas competencias y no fuera. Pero si es negociable de la A a la Z, como dice Imaz, se puede discutir. Pero cada vez que alguien responsable del PNV aparece intentando buscar una salida de algo que es un error, hay mucho m¨¢s inter¨¦s en taponar esa salida que en intentar reconducir esas propuestas a t¨¦rminos constitucionales".
"La Constituci¨®n de 1978 puso en marcha una descentralizaci¨®n de un poder autoritario y centralista. Primero hacia las comunidades aut¨®nomas, que era el mandato constitucional, y luego hacia arriba, hacia la Comunidad Europea. Pero cuando se cede poder hacia fuera despu¨¦s de haberlo cedido hacia dentro, es necesario actualizar la propia voluntad del constituyente, porque una parte sustancial de lo que descentralizamos hacia Bruselas eran competencias que se hab¨ªan atribuido a las comunidades. Por tanto, hay que revisar el proceso de conformaci¨®n de la voluntad nacional para representar a esas comunidades, que tambi¨¦n son Estado. Este Gobierno no s¨®lo no se ha preocupado de esto, sino que lo ha despreciado. Ni siquiera establece mecanismos de coordinaci¨®n, de di¨¢logo, de integraci¨®n de la voluntad nacional. El Senado ser¨ªa un instrumento muy ¨²til, pero tambi¨¦n se puede resolver fortaleciendo las comisiones interterritoriales, a trav¨¦s de encuentros de los presidentes de las comunidades con el presidente del Gobierno. Pero no s¨®lo no se avanza en esa direcci¨®n, sino que se ha liquidado a la segunda C¨¢mara como el centro del debate representativo nacional sobre los problemas de las autonom¨ªas. Por todo esto vivimos una tensi¨®n territorial creciente, que la focalizamos en el Pa¨ªs Vasco, pero que es perceptible tambi¨¦n en Andaluc¨ªa o Extremadura. Esta pasi¨®n por decir que quien proponga modificar la Constituci¨®n est¨¢ destruyendo la unidad de Espa?a, es una estupidez que nace de la incomprensi¨®n de la realidad de Espa?a y del modelo que hemos puesto en marcha para responder a esa realidad. Lo definitorio no es cu¨¢ntas competencias mantiene el Gobierno central, sino c¨®mo y con qu¨¦ competencias mantiene la solidaridad y la cohesi¨®n. Desde luego, se atenta contra la cohesi¨®n cuando el Gobierno central se niega a pagar la deuda contra¨ªda con Andaluc¨ªa porque no le gusta su Gobierno. Estamos en manos de un Gobierno que no tiene intenci¨®n real de mantener la cohesi¨®n territorial ni de proteger la pluralidad. Y si gana recibir¨¢ un aval para seguir haciendo lo mismo".
"Como yo no soy nacionalista, debo decir que un nacionalista perif¨¦rico no puede deslegitimar que alguien haga nacionalismo espa?ol, porque si es ileg¨ªtimo el nacionalismo espa?ol, ser¨¢ porque es ileg¨ªtimo el nacionalismo de cualquier tipo. Y como no me siento nacionalista, lo que digo es que la retroalimentaci¨®n de impulsos nacionalistas en direcciones contradictorias es muy delicada, incluso muy peligrosa para la convivencia. Tomemos la distancia que queramos, pero no perdamos de vista la historia que hemos vivido muy recientemente: en la antigua Yugoslavia no hab¨ªa un nacionalismo real, la gente viv¨ªa absolutamente mezclada desde el punto de vista de sus adscripciones ¨¦tnico-culturales, pero se introdujo un discurso nacionalista crecientemente excluyente que tom¨® cuerpo en diez a?os, hasta hacer absolutamente imposible e intolerable la convivencia, hasta fracturar las relaciones familiares, los matrimonios mixtos. Construir convivencia es un esfuerzo de generaciones, destruirla es algo que se puede conseguir en una d¨¦cada".
"En todo esto hay, sin duda, una gran responsabilidad primigenia del terrorismo. Un segmento important¨ªsimo de la poblaci¨®n vasca no se siente libre, porque se siente amenazada, tratada de manera excluyente. Al mismo tiempo, se ha producido un debilitamiento progresivo de ETA durante los ¨²ltimos diez a?os, aunque siempre hay que advertir de que puede cometer una barbaridad y generar un clima de terror, incluso en este momento de desarticulaci¨®n muy seria de lo que podr¨ªamos llamar la estructura operativa de ETA. El problema b¨¢sico es que se ha producido una fractura de la unidad de todas las fuerzas democr¨¢ticas contra el terrorismo. Todos coincidimos en el rechazo a la violencia como instrumento de acci¨®n pol¨ªtica, pero no hay un frente de todas las fuerzas democr¨¢ticas contra el terrorismo. Y en esa fractura hay responsabilidades m¨²ltiples, pero creo que la menor responsabilidad es la de los socialistas, que han hecho un gran esfuerzo por mantener la unidad de este frente. El gran problema es que con una ETA muy debilitada el conflicto pol¨ªtico ha tomado una dimensi¨®n que no ten¨ªa cuando ETA contaba con una gran capacidad de agredir y de crear terror. El Pacto de Estella est¨¢ en el origen de esta reversi¨®n, y cuando el PNV trat¨® de corregirlo, una vez rota la tregua, present¨® un plan que, lejos de representar a toda la sociedad vasca, trataba de satisfacer s¨®lo al nacionalismo".
"Estoy absolutamente convencido de que a¨²n es posible reconstruir la unidad de los dem¨®cratas frente al terrorismo. M¨¢s all¨¢ de nuestras discrepancias desde el punto de vista de la concepci¨®n de la pol¨ªtica, hay algo que nos une, y es que rechazamos totalmente el uso de la violencia con fines pol¨ªticos, y mientras no tengamos resuelto ese problema, nos comprometemos a no hacer nada que alimente la idea de que detr¨¢s de una propuesta hay el chantaje de la violencia. ?sa es la base del pacto. La liquidaci¨®n de Ajuria Enea destruy¨® esa filosof¨ªa que era imprescindible frente a la violencia".
POL?TICA EXTERIOR
"Hemos pasado de una relaci¨®n de respeto mutuo con EE UU a una de dependencia absoluta"
"Nuestra posici¨®n en Europa afecta a la pol¨ªtica interior y exterior al mismo tiempo; es un espacio p¨²blico en el que compartimos soberan¨ªa en un mont¨®n de materias que han ido progresando a lo largo de diez a?os y que han desembocado en algo tan importante como un solo banco central y una sola moneda. Cuando se comparte soberan¨ªa, las fronteras entre pol¨ªtica exterior e interior se difuminan. Parte de las competencias atribuidas a Bruselas son competencias que no pertenecen al Gobierno central, sino al Estado espa?ol, que las atribuy¨® constitucionalmente a las comunidades aut¨®nomas; por tanto, hay algo de pol¨ªtica interior. Respecto de Europa habr¨ªa dos cuestiones b¨¢sicas: el Gobierno del PP nos ha llevado a una posici¨®n en la que no somos parte de la mayor¨ªa que puede construir Europa, ni somos parte de la minor¨ªa que puede bloquear decisiones que afecten a nuestros intereses. ?ste es el resultado de la gesti¨®n de este Gobierno. Cabr¨ªa plantear una pregunta para un debate que nunca existir¨¢: 'D¨ªgame usted un cap¨ªtulo de los intereses de Espa?a que haya mejorado con su pol¨ªtica'. Seguro que van a traer a colaci¨®n Niza. En Niza hicimos lo siguiente: renunciar a bastantes esca?os en el Parlamento a cambio de preservar una posici¨®n en el Consejo cercana a los grandes. Tampoco nos interes¨® dar la batalla por la Comisi¨®n. Nos interesa lo intergubernamental, y ah¨ª conseguimos una buena posici¨®n. Pero cuando viene la Constituci¨®n europea, que va a consolidar el sistema de doble mayor¨ªa, resulta que hemos perdido representaci¨®n parlamentaria, hemos perdido posiciones reales en la Comisi¨®n, y vamos a perder la posici¨®n supuestamente ventajosa adquirida en Niza. El problema es que hemos dejado de ser europe¨ªstas como Gobierno, que no aparece en todo el debate de la Convenci¨®n. Miento, aparece una vez: en la definici¨®n de Europa como cristiana. Pues claro que la civilizaci¨®n cristiana conforma parte del desarrollo europeo como civilizaci¨®n, es evidente. Pero ponerlo al mismo tiempo que se habla del eje del bien y del mal, del conflicto de civilizaciones y tal, es sencillamente innecesario. Puede ser interesante para el Vaticano, pero es innecesario para lo que queremos demostrar ante el mundo. Por tanto, en pol¨ªtica europea el fracaso se ha visto multiplicado y acelerado porque este Gobierno ha comprado, dentro de esta dial¨¦ctica de los buenos y los malos en la que mete a los propios espa?oles, la pol¨ªtica norteamericana de la vieja y la nueva Europa y se ha alineado incondicionalmente con Estados Unidos".
"Nos cost¨® un enorme esfuerzo equilibrar la relaci¨®n con EE UU despu¨¦s de la experiencia del franquismo, porque Estados Unidos estaba acostumbrado a que le dieran en Espa?a las facilidades propias de una colonia. Ellos no quer¨ªan ceder su situaci¨®n de privilegio en la colonia, y cost¨® mucho trabajo a todos recomponer la relaci¨®n desde la autonom¨ªa. Todo ese trabajo se ha venido abajo con la incondicionalidad del Gobierno espa?ol respecto de la estrategia de Bush, que nos ha llevado a esta cosa que es espantosa por un lado y est¨²pida por otro. De nuevo habr¨ªa que decir a cambio de qu¨¦, ?en qu¨¦ ha mejorado nuestra posici¨®n mediterr¨¢nea o latinoamericana? Ya no digo la europea. Hemos pasado de una relaci¨®n de respeto mutuo, de cooperaci¨®n y de amistad, a una de dependencia absoluta. Cuando empez¨® la primera andanada de la estrategia neoconservadora, que coincide con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la primera guerra de Irak tras la invasi¨®n de Kuwait, ya hubo quien trat¨® de establecer una divisi¨®n del mundo entre buenos y malos, los que segu¨ªan a Estados Unidos y los que no. Eso no prosper¨® con el viejo Bush ni con Clinton. S¨®lo Bush hijo, absoluto desconocedor de la complejidad del mundo, compra entera la estrategia neoconservadora alimentada por el drama espantoso de las Torres Gemelas. Pero no es la consecuencia s¨®lo de las Torres Gemelas, la estrategia ya estaba previamente establecida, incluso en la recuperaci¨®n de la famosa guerra de las galaxias. Estrategia que va a seguir subyaciendo en la pelea interna de Estados Unidos, porque una parte de los neoconservadores que nos han metido a todos en este espantoso l¨ªo de Irak, que cada d¨ªa est¨¢ peor, y que a cambio dec¨ªan que iban a arreglar el problema israelo-palestino, resulta que querr¨ªan ahora desaparecer de ese escenario con el argumento de que 'hicimos lo que ten¨ªamos que hacer y nos vamos'. Este Gobierno nos ha metido de lleno en esa pol¨ªtica incomprensible, que en nada ha mejorado nuestra posici¨®n en el mundo. Y lo dram¨¢tico es que de este asunto no tocaba discutir hace un a?o, ni tampoco ahora. Pero este pa¨ªs no puede cerrar este cap¨ªtulo sin una investigaci¨®n y un debate parlamentario, porque necesita saber por qu¨¦ nos mintieron, como tratan de averiguar en Estados Unidos, en el Reino Unido y ahora en Australia. Es una cuesti¨®n de respeto democr¨¢tico. La gente no se dej¨® enga?ar, eso es lo m¨¢s sorprendente: el 90% de la opini¨®n p¨²blica no quer¨ªa eso. Por eso es tan importante lo que vaya a ocurrir electoralmente, porque si ganan el 14 de marzo van a interpretar que el voto avala todo lo que han hecho en Irak. Y ya no habr¨¢ nada que investigar ni aclarar".
CRECIMIENTO NO SOSTENIBLE
"Ocupamos el puesto 28 en aplicaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas. El pa¨ªs lo terminar¨¢ pagando"
"Cuando decimos que somos la octava potencia industrial del mundo, olvidamos que los estudios m¨¢s serios sobre el desarrollo de la sociedad del conocimiento nos sit¨²an en el puesto 28 en aplicaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas. ?Cu¨¢l es mi preocupaci¨®n? En primer lugar, hicieron un proceso de privatizaciones que confundi¨® a la opini¨®n p¨²blica, creyendo que estaban liberalizando cuando estaban creando un oligopolio de oferta controlado por gente de confianza en los sectores de actividad clave para la econom¨ªa espa?ola, desde la energ¨ªa a las telecomunicaciones, etc¨¦tera, a trav¨¦s del cual quer¨ªan tener un poder financiero decisivo y un poder medi¨¢tico. Completaron el cuadro, aunque a veces se les resquebraja, porque a pesar de entregar a un amigo de confianza lo que sea, pongamos por caso Telef¨®nica, los fondos de inversi¨®n no son amigos de nadie, y las aventuras queridas por el poder pero inadecuadas para el funcionamiento de las empresas tienen sus l¨ªmites y los estamos viendo. Pero aparte de ese proceso, que es un proceso absolutamente opaco, sin ning¨²n tipo de explicaci¨®n y mucho menos de transparencia, y que no ha aumentado sustancialmente la competencia, y eso explica en parte nuestro retraso en el acceso a nuevas tecnolog¨ªas, el modelo econ¨®mico se basa en ladrillo y cemento. Y yo no tengo nada contra el ladrillo y el cemento, tengo algo contra una carest¨ªa que hace que tengamos una vivienda y media por habitante y familia, pero que haya un mont¨®n de gente que no puede tener acceso a la vivienda. Esta cosa que me reprochaba el se?or Aznar en el 93, de la inmensa carest¨ªa de la vivienda, que exclu¨ªa a los j¨®venes y que ahora parece que no les preocupa tanto. El modelo econ¨®mico, ladrillo y cemento, con productividad no competitiva por la falta de aportaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas al sistema, tiene una derivada inmediata: el pa¨ªs quiere seguir compitiendo por salarios baratos, pero su nivel de renta per c¨¢pita ya no se lo permite. ?C¨®mo compensarlo? Desestructurando el modelo de empleo, de trabajo. Sobre la base de una inmigraci¨®n y una precariedad en los titulados, en los j¨®venes con buena formaci¨®n, unida a salarios muy bajos. Me preocupa que el descuido absoluto por las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢ provocando una p¨¦rdida de competitividad enorme. Se est¨¢ agotando el modelo justo cuando se recupera la econom¨ªa internacional. Este Gobierno no va a cambiar de modelo, y no se va a tomar en serio lo que significa la revoluci¨®n tecnol¨®gica, no como un sector de actividad, sino como algo que impregna a la totalidad del sistema, y por tanto aumenta la productividad de todos los sectores. No niego que este modelo haya tenido ¨¦xito en materia de empleo durante algunos a?os, pero es insostenible. Cuando se crea empleo sin aumentar la productividad se termina pagando. Lo pagar¨¢ el pa¨ªs".
"Estamos ante un Gobierno irresponsable con el destino del pa¨ªs en pol¨ªtica territorial, en pol¨ªtica exterior y en su modelo econ¨®mico. A la vista de los problemas que hemos tenido estos d¨ªas con la nieve, suelo decir en broma: 'Es que cuando yo gobernaba, no nevaba, la nieve es una aportaci¨®n del PP'. Por cierto, las grandes v¨ªas de comunicaci¨®n son competencia del Estado; para entendernos, son elementos de cohesi¨®n territorial concretos. El Gobierno no se siente responsable de su abandono sistem¨¢tico, pero tampoco de la inseguridad ciudadana. Ha llegado a decir a los andaluces, cuando ha habido robos en los juzgados, que ellos tienen la responsabilidad de la justicia. No es posible que tengan la competencia de seguridad y que si hay elementos de inseguridad se lo achaquen a otro. Este Gobierno es ineficaz en la prestaci¨®n de servicios e irresponsable en pol¨ªtica territorial. Si las elecciones avalan sus pol¨ªticas, nos llevar¨¢ con esas luces rojas encendidas a una situaci¨®n muy seria".
?Hay algo que haya hecho bien Aznar?
"S¨ª, ha aglutinado a toda la derecha".
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