Caos en el 112 y en el 061

El d¨ªa 24 de febrero de 2004, a las 8.10 horas solicit¨¦ de los servicios del 112, pues mi padre se encontraba dando saltos en la cama, inconsciente, con los ojos en blanco y la mand¨ªbula torcida. Me tomaron los datos y los tel¨¦fonos y me comentan que permanezca al habla, me pasan con otra persona, me vuelven a tomar los datos y el estado de mi padre y me dice que me pasa con el m¨¦dico; a los dos minutos de espera se pone el doctor, me dice que cu¨¢l es la situaci¨®n de mi padre; se lo cuento, aunque le comento que yo no estoy en su casa, sino que marcho para all¨¢; me dice que manda una ambulancia y m¨¦dico a su casa y, mientras, que le pongamos apoyado sobre el costado izquierdo.

Cuando llego a casa, a las 8.45, y no llega la ambulancia, por un lado llamo yo al 112, y por otro, mi hermano, al 061. A m¨ª me dicen, en el 112, que no tienen ninguna llamada y que me mandan una ambulancia. A mi hermano, en el 061, le indican que se ponen en contacto con su ambulatorio de Orcasitas.

A los cinco minutos me llaman del ambulatorio de Orcasitas y nos comenta una doctora que se identifica como Fern¨¢ndez, que su titular, la doctora Jare?o, no ha llegado todav¨ªa, que quiz¨¢s, como est¨¢ lloviendo, estar¨¢ en alg¨²n atasco, pero que nos manda una ambulancia. Le comento que ya mandan una del 112, pero dice que mejor, aunque se junten dos ambulancias.

Al poco de colgar nos llama la doctora Jare?o, con la cual estuvimos en su consulta el d¨ªa anterior. Decimos los s¨ªntomas que tiene y me contesta que manda la ambulancia para trasladarlo al Doce de Octubre (del ambulatorio de Orcasitas a su domicilio distan unos 400 metros, aproximadamente).

A las 9.15 se repite otra vez la crisis, y como no llegan las ambulancias, envolvemos a mi padre, en una manta, entre mi hermano y yo, a pesar de que estaba lloviendo y vive en un octavo piso.

Lo metimos como pudimos en un coche y lo trasladamos a urgencias; 9.30 horas, suena mi m¨®vil y me dicen que es del 061, que me mandan una ambulancia; les contesto que ya no la necesito, pues estoy en el Doce de Octubre y que son vergonzosos sus cormportamientos. En urgencias le dictaminan ataques epil¨¦pticos, deshidrataci¨®n y anemia. Sigue ingresado en urgencias.

Mi padre se llama Manuel, tiene 75 a?os, con problemas de pulm¨®n, coraz¨®n, es diab¨¦tico, tiene varios bypass y una pierna amputada total. Este problema, y debido a su estado, ya nos ha ocurrido m¨¢s veces, por lo cual me decido a denunciarlo en espera de que tomen las medias oportunas las personas que les corresponda.

Nota: a las 8.45, en el 112 me contestaron que no ten¨ªan ning¨²n aviso. A las 9.30 me llaman a mi m¨®vil, cuyo n¨²mero les hab¨ªa dado yo a las 8.10. ?C¨®mo se explica esto? Es lamentable y vergonzoso. Pagamos unos impuestos de primera y recibimos unos servicios tercermundistas.