?A d¨®nde llevan a la UPV?
La reciente aprobaci¨®n, tras un procedimiento trucado, ins¨®lito y turbulento, de la Ley del Sistema Universitario Vasco, constituye una extravagancia parlamentaria digna de figurar en una galer¨ªa de raros. De entrada, esta ley responde a un proyecto del Gobierno que s¨®lo, y una vez m¨¢s, ha encontrado eco en la antigua Batasuna, con lo que, m¨¢s all¨¢ de otras consideraciones de ¨ªndole legal, un proyecto nacionalista en origen se convierte en m¨¢s nacionalista, excluyendo a la mitad del pa¨ªs.
Por otra parte, el articulado de la ley contradice cada uno de los objetivos de la memoria que la preced¨ªa. Frente al objetivo europeo que compart¨ªamos, la ley construye una Universidad integrada en el Ordenamiento General del Sistema Educativo Vasco, con relaciones prioritarias con las universidades ubicadas en Euskalherria y con otras a fin de impulsar el euskera dentro del ¨¢mbito de la Europa de las naciones. Una declaraci¨®n ampulosa que ya desde el art¨ªculo 2 apunta a una diana muy por debajo del desaf¨ªo de cualquier universidad -tambi¨¦n de la nuestra- en t¨¦rminos de convergencia europea de la educaci¨®n superior en el horizonte 2010 de la Declaraci¨®n de Bolonia.
El 'lehendakari' ha aceptado el trazado propuesto por Iztueta para sacar la ley con SA
Esta ley no termina de entender que la autonom¨ªa universitaria debe ser respetada
Con esta obsesi¨®n nacional por delante, el objetivo del pluriling¨¹ismo y su desarrollo queda en un mero enunciado y el euskera es la ¨²nica lengua que aparece privilegiada. Tambi¨¦n el otro gran objetivo, el de la calidad, parece extraordinariamente mermado con una Agencia de Evaluaci¨®n y Acreditaci¨®n del Profesorado (Aveca) dependiente del Gobierno, un Consejo Social sin condiciones para poder tener voz y una autonom¨ªa universitaria muy recortada.
La ley se enreda tanto en obsesiones de corte nacionalista que acaba convirtiendo en problema, por invasi¨®n de la autonom¨ªa universitaria, lo que nunca ha sido un problema: el desarrollo del euskera en la Universidad. Un ¨¢mbito perfectamente gestionado y que ha venido dando sus frutos de manera pac¨ªfica se ver¨¢ ahora invadido por un Gobierno desconfiado, que se obliga a tutelarlo todo, hasta el punto de atreverse a dictar a los tribunales los m¨¦ritos que han de considerar, o a configurar tribunales distintos para las pruebas en euskera, o a invadir el recinto universitario en lo que se refiere a la utilizaci¨®n de las lenguas; una invasi¨®n por la que, parad¨®jicamente, se ha conseguido rebajar el peso espec¨ªfico del euskera en el decreto de noviembre recurrido por la Universidad.
La autonom¨ªa universitaria, garantizada constitucionalmente como mejor instrumento de adaptaci¨®n a los cambios, recibe un palo soberano -a¨²n mayor que con la LOU- con esta ley que no termina de entender que la Universidad debe ser respetada, a modo de la Academia plat¨®nica, como un espacio-lugar con l¨®gica ajena e independiente del control pol¨ªtico; una actitud realmente curiosa viniendo de quienes no paran de reclamar mayores dosis de autogobierno.
Por otro lado, no hay en la ley ni un solo compromiso de financiaci¨®n, con lo que queda patente la situaci¨®n de abandono en la que el Gobierno vasco decide mantener a su Universidad. Y ello, pese a que la CAV destina tan s¨®lo un 0,84% del PIB a la educaci¨®n superior frente al 1,10% de la media espa?ola y al 1,26 de la UE; y pese a que necesitamos incrementar en al menos 700 nuevos puestos de trabajo las contrataciones de Personal y Servicios para situarnos en el mapa medio de nuestro entorno; y a pesar de que menos del 5% del gasto universitario en toda Espa?a se realiza en el Pa¨ªs Vasco, porcentaje muy por debajo de nuestro peso en la econom¨ªa espa?ola
Esta ley tampoco sirve para encauzar un modelo de investigaci¨®n concertada con la empresa, de modo que el ineficaz divorcio entre centros tecnol¨®gicos y Universidad, caracter¨ªstico de esta comunidad, se consolida. Pero es la vulneraci¨®n de la igualdad de oportunidades de esta ley la que sume a la UPV en la mayor inseguridad jur¨ªdica, sobre todo en los cap¨ªtulos de personal. Falta adem¨¢s un compromiso, en cifras reales, para becas, ayudas y cr¨¦ditos al estudio, y sobra que las universidades privadas tengan los mismos derechos que la p¨²blica cuando sus deberes no son iguales.
Para lo que s¨ª sirve la ley es para canalizar los recursos p¨²blicos a universidades privadas, para generar todo un sistema de profesorado contratado paralelo al funcionarial y para someter a la Universidad al control del Gobierno. Pero ninguno de ellos responde a los objetivos de Europa, calidad o pluriling¨¹ismo de la memoria que preced¨ªa a la ley, con lo que queda claro que es el propio Gobierno quien traiciona sus propios objetivos; unos objetivos que el Grupo Socialista comparte pero que no han encontrado acomodo alguno en la ley.
Las cosas podr¨ªan haber sido de otra manera, si el nacionalismo gobernante hubiera tenido una cierta altura de miras, pero no ha sido as¨ª. El Gobierno de Ibarretxe, tras un primer amago de rectificaci¨®n, ha resuelto finalmente ceder ante EA, antes que abrirse a la pluralidad vasca y ser leales ante la ciudadan¨ªa, cumpliendo de paso el compromiso del lehendakari de no pactar con quien no condena la violencia. El lehendakari ha aceptado el trazado propuesto por Iztueta para sacar la ley con SA.
Por eso, Ibarretxe paga por segunda vez y de manera colosal el coste de la pol¨ªtica Iztueta. Una pol¨ªtica que redunda, en este caso, no s¨®lo en un incumplimiento de su compromiso, sino, adem¨¢s, en la aportaci¨®n de un marco jur¨ªdico peque?o, m¨¢s entretenido en responder a obsesiones nacionalistas, que en dar respuesta a los problemas reales de nuestra Universidad en un mundo globalizado.
Isabel Cela¨¢ Di¨¦guez portavoz de Educaci¨®n del Grupo Socialista en el Parlamento vasco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.