Otro tripartito
Ignora el votante, porque no es adivino, si el resultado de los comicios del pr¨®ximo domingo cambiar¨¢ el pelaje y la costumbre de nuestra clase dirigente, o si s¨®lo cambiar¨¢ el pelaje, o si ser¨¢n otros los usos y costumbres, por ejemplo, en materia de urbanismo y especulaci¨®n, con independencia de los resultados electorales. La fiebre desarrollista en las filas conservadoras del Partido Popular no deja un resquicio de esperanza respecto al alocado hormig¨®n. Aunque en el ¨¢mbito del cemento no est¨¢n solos. Les sobran aliados y socios en el gobierno del cemento, y gobiernan mediante la Ley Reguladora de la Actividad Urban¨ªstica de la Generalitat Valenciana, la LRAU de dudosa utilidad para el conjunto de la ciudadan¨ªa, y de menos utilidad todav¨ªa para la geograf¨ªa valenciana.
Por las comarcas norte?as, un colectivo de centenares de ciudadanos ya promovi¨® hace unos meses la plataforma c¨ªvica Abusos Urban¨ªsticos No. Una plataforma, cuyas quejas y querellas han llegado ya hasta el Parlamento Europeo, que pone en tela de juicio la ley de marras, lo mismo que la han puesto en tela de juicio varias sentencias del Tribunal Supremo. Pero Alcossebre, Borriana u Oropesa, por el norte, no son las ¨²nicas poblaciones costeras donde la ley cruji¨®; en las comarcas sure?as no parece que vaya ese texto legal mejor. El cabeza de lista del Bloc-Esquerra Verda por la circunscripci¨®n de Alicante indicaba esta semana pasada que hay que modificar esa ley que "funciona en exclusivo beneficio de promotores y urbanizadores, al facilitar la sobreexplotaci¨®n del suelo y la feroz especulaci¨®n". Tambi¨¦n desde el sur valenciano se enviaron miles de firmas al Parlamento Europeo, lamentando los abusos urban¨ªsticos. Unos abusos urban¨ªsticos constituidos en desgraciados vertebradores de la realidad valenciana. Y han sido tambi¨¦n las gentes del Bloc-Esquerra Verda quienes, en Oropesa, han dado a conocer la querella que un grupo de vecinos ha presentado contra el alcalde del PP, contra su antecesor en el cargo -el independiente y dependiente del cemento, Francisco Garrido-, y contra el ex concejal de Urbanismo y portavoz socialista en el consistorio local. El tripartito del hormig¨®n, as¨ª califica el Bloc a quienes se?ala envueltos en temas de prevaricaci¨®n administrativa y anomal¨ªas en este o aquel complejo residencial. Tripartito, ¨¦ste y otros similares, de los que no se habla o se discute en campa?a electoral. Tripartitos que no son anatematizados por el recalcitrante conservadurismo como se anatematiza el tripartito de allende el Ebro.
Pero, en ocasiones, la anomal¨ªa o el dislate se realiza en solitario y con mayor¨ªa absoluta. En La Vall d'Alba, cerca de la costa aunque no en la costa, feudo del PP y de las inversiones clientelistas del PP, el consistorio conservador y la urbanizadora de la zona industrial, montan un tiberio con la compra y venta de los terrenos, de tales dimensiones, que una sentencia judicial acaba por indicar que se han de pagar 27 euros donde antes se pagaban tres con comisi¨®n incluida para el ayuntamiento. Un galimat¨ªas mercantil, lleno de irregularidades, donde no se acaba bien de distinguir qui¨¦n es el pol¨ªtico del ayuntamiento y qui¨¦n el hombre de negocios interesado en los terrenos.
Y la lista del disparate urban¨ªstico se alarga por aqu¨ª y se estrecha por all¨¢, aunque siempre est¨¢ omnipresente en mayor o menor medida. Poco importa, mientras el conservadurismo y sus tripartitos tengan la cortina de Carod-Rovira para ocultar el verdadero espect¨¢culo.
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