V¨ªctimas por partida doble

"Te llega una mujer con la cara hecha un mapa despu¨¦s de una paliza y no puedes hacer nada por ella; es una situaci¨®n de impotencia tremenda". Empar L¨®pez, abogada del Centro de Comunicaci¨®n y Servicios Interculturales (CCSI) de Torrent, una entidad de asistencia a los inmigrantes de la Mancomunitat de L'Horta Sud, se refiere a casos recientes de inmigrantes que han acudido a su centro y otros asistidos por compa?eros que han sido v¨ªctimas por partida doble: Al acudir a la comisar¨ªa a poner una denuncia se exponen a salir con una orden de expulsi¨®n bajo el brazo si no tienen sus papeles en regla.

L¨®pez recuerda un caso de enero pasado en el que una mujer marroqu¨ª acudi¨® a la comisar¨ªa de la polic¨ªa nacional de Torrent para dar cuenta de una agresi¨®n sufrida por su hermano. Tras tramitar la denuncia, los agentes le remitieron una carta con una cita para el lunes siguiente por una cuesti¨®n "de su inter¨¦s".

Al acudir a la comisar¨ªa para denunciar maltratos se exponen a una orden de expulsi¨®n

Deb¨ªa presentarse ante el grupo operativo de extranjeros. "Acud¨ª con ella a la polic¨ªa", recuerda la letrada. Los agentes quer¨ªan conocer cu¨¢l era la situaci¨®n de la mujer, si ten¨ªa su documentaci¨®n en regla o no. "Encima de cornuda, apaleada", les espet¨® L¨®pez, quien relata que al final se echaron atr¨¢s: "Si no voy a acompa?arla, sale con una orden de expulsi¨®n".

Mar¨ªa, una joven de 19 a?os el uno de enero pasado, pas¨® por una circunstancia similar. Entr¨® a la comisar¨ªa de Zapadores de Valencia con la intenci¨®n de denunciar la agresi¨®n que hab¨ªa sufrido su hermano el d¨ªa de Nochevieja. Y sali¨® con la denuncia puesta pero adem¨¢s, con un expediente de expulsi¨®n a cuestas.

Mar¨ªa, como la mujer anterior, tampoco tiene permiso de residencia y trabajo. A¨²n no la han expulsado, como se?ala su abogado, Javier Botey, pero puede ser cuesti¨®n de d¨ªas. "Cualquier gesti¨®n puede volverse en su contra", destaca este letrado que lleva a?os trabajando con inmigrantes. Se est¨¢ creando un ambiente de persecuci¨®n, se?ala, como nunca antes hab¨ªa existido contra este colectivo. "No s¨®lo les niegan el pan y la sal, sino la propia existencia", apunta.

G. R., una mujer colombiana de 30 a?os, no lleg¨® ni siquiera a pisar la comisar¨ªa. En este caso, ella fue la agredida. No le peg¨® su pareja, que tiene dos sentencias por agresi¨®n, por lo que "se anda con cuidado". En una discusi¨®n que mantuvo con su marido a finales de febrero, "como sabe que no le puede pegar", no lo hizo. Fue un amigo del marido que estaba en casa quien la emprendi¨® a golpes con ella, mientras su pareja lo observaba, relata Empar L¨®pez, que tambi¨¦n ejerce como abogada en este caso.

El parte m¨¦dico de las urgencias del hospital La Fe del 26 de febrero describe marcas en el cuello donde "parece haber sido cogida", un traumatismo en el brazo derecho, un hematoma en el p¨¢rpado superior izquierdo, y policontusiones, entre otros aspectos.

Cuando acudi¨® al CCSI de Torrent, los t¨¦cnicos del centro le facilitaron asistencia psicol¨®gica y trataron de buscar un alojamiento seguro; pero fue imposible.

"Para buscar un centro de acogida hace falta una denuncia y no quisimos ir a la comisar¨ªa", recuerda L¨®pez, ante el temor de que, como en otros casos, se le abriera un expediente de expulsi¨®n. Adem¨¢s, tampoco se atrevieron a remitir el caso a los centros de atenci¨®n a las mujeres maltratadas de Bienestar Social.

"Todas las trabajadoras sociales de la zona saben que al acudir a estos lugares se remite la informaci¨®n de las mujeres a la polic¨ªa", explica.

?Soluci¨®n? "Estamos atadas de pies y manos; es en una situaci¨®n de impotencia terrible", comenta. A ello suma, adem¨¢s la inseguridad jur¨ªdica en la que se mueven los inmigrantes al no poder denunciar con libertad por el temor de pasar en pocos minutos de v¨ªctima a ser denunciado. "Dependes de la buen voluntad del polic¨ªa de turno", aclara.

Botey recuerda conversaciones con polic¨ªas que est¨¢n en contra de esta pol¨ªtica de persecuci¨®n a los sin papeles. "Comentan que su funci¨®n deber¨ªa ser la de proteger a los que viven en el pa¨ªs, sean espa?oles, extranjeros con papeles o sin papeles".

Sin embargo, cada vez son m¨¢s comunes las acciones policiales destinadas a identificar a extranjeros sin documentaci¨®n en regla.

En diciembre, la Guardia Civil irrumpi¨® en la sede de CC OO de Torrevieja donde se atend¨ªa a extranjeros que quer¨ªan regularizar su situaci¨®n. Hace poco, L¨®pez encontr¨® una patrulla policial frente al centro de atenci¨®n a inmigrantes de Torrent interrogando a las personas que sal¨ªan de recibir ayuda.

La Delegaci¨®n del Gobierno rechaza que existan directrices destinadas a controlar a los extranjeros que carecen de documentaci¨®n. E incluso va m¨¢s lejos: "Dudo mucho que sean ciertos [los casos en los que se les ponen ¨®rdenes de expulsi¨®n a los inmigrantes que acuden a las comisar¨ªas a poner denuncias]", apunta un portavoz de la delegaci¨®n. "Si esa fuera una pol¨ªtica programada, no tendr¨ªamos m¨¢s que ir a las puertas de la oficina de extranjeros", se?ala. "Bastante tenemos con expulsar a los que delinquen como dedicarnos al resto", concluye.