Gran peque?o plan
El nuevo plan de la Administraci¨®n de Bush para transformar el mundo musulm¨¢n, de Mauritania a Afganist¨¢n, en el Gran Oriente Medio (GOM), tiene nombre de logia, pero esa denominaci¨®n se va introduciendo desde EE UU en el vocabulario diplom¨¢tico. Cuando se acabe de perfilar, con ¨¦ste u otro nombre, ser¨¢ probablemente aprobado en sus diversas dimensiones en la cumbres de junio pr¨®ximo del G-8, de la OTAN y la Uni¨®n Europea. Despu¨¦s se ver¨¢ si realmente da algo de s¨ª o se disipa como un fuego artificial. ?Habr¨¢ servido la guerra de Irak al menos para provocar una reflexi¨®n, desde dentro y fuera, sobre este mundo cuyo bloqueo se ha convertido en una bomba de relojer¨ªa? Contando s¨®lo los 22 pa¨ªses de la Liga ?rabe, la regi¨®n tiene un PIB menor que el de Espa?a, con un atraso considerable de la mujer, y un mercado laboral en el que van a entrar 50 millones de j¨®venes de aqu¨ª a 2010, seg¨²n el documento de EE UU de preparaci¨®n del G-8 filtrado por Al Hayat y muy inspirado por los informes del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
El concepto de Gran Oriente Medio es un reflejo de la visi¨®n militar con la que EE UU, desde hace al menos 50 a?os, ha abordado este cono de Gibraltar a Afganist¨¢n. Por parte europea, Alemania lo hizo suyo -en primer lugar, Fischer en M¨²nich, y luego, Schr?der en su visita a Washington- como terreno de entendimiento con EE UU. Pero entre los europeos hay reparos ante el temor de que el GOM diluya el proceso euromediterr¨¢neo de Barcelona y el de cooperaci¨®n de la UE con el Golfo, y Washington intente financiarlo con los fondos que Bruselas no llega a gastar por falta de proyectos del Sur. En la Uni¨®n pronto ampliada, lo que prima es la nueva pol¨ªtica de vecindad que contemplar¨¢ "todo, salvo las instituciones", es decir, la participaci¨®n de estos pa¨ªses terceros cercanos en el mercado ¨²nico o en otras dimensiones, pero no en el proceso decisorio de la UE. Los europeos est¨¢n desarrollando una "asociaci¨®n estrat¨¦gica para un porvenir com¨²n con Oriente Medio" como alternativa al GOM.
El plan GOM se inspira en el proceso de Helsinki de los a?os setenta de apertura del bloque del Este con tres cestas, esta vez referidas a la democracia y al buen gobierno, a la educaci¨®n y al desarrollo econ¨®mico. Pero EE UU ha ido por el mundo ¨¢rabe presentando Helsinki como un instrumento para "derrocar" al imperio sovi¨¦tico. Hist¨®ricamente no fue as¨ª, pero esta perspectiva provoca escalofr¨ªos en el espinazo de algunos Gobiernos ¨¢rabes, que adem¨¢s rechazan, como los europeos, todo enfoque "bloque a bloque". La Liga ?rabe ha comenzado a trabajar sobre su propio plan. Y EE UU ha dado una cierta marcha atr¨¢s al decidir tomar como interlocutores a los Gobiernos antes que a las sociedades.
En el del GOM hay unos preocupantes puntos negros. En primer lugar, es una manera para EE UU de enmarcar el cambio en Irak en un contexto m¨¢s amplio. Pero la realidad puede ser tozuda y demostrar lo contrario: que, dada la situaci¨®n, es necesario antes resolver Irak, si es que tiene soluci¨®n. Los atentados antichi¨ªes de la semana pasada han puesto de manifiesto una ins¨®lita capacidad de coordinaci¨®n de sus autores. La guerra civil es algo m¨¢s que un fantasma.
En segundo lugar, EE UU pretende que el conflicto entre israel¨ªes y palestinos quede aislado de este plan. Por experiencia sabemos que no es posible, pues acaba contamin¨¢ndolo todo en la regi¨®n. Incluso m¨¢s si la implosi¨®n en curso de la Autoridad Nacional Palestina lleva al caos.
Tercero, todo intento de modernizaci¨®n y democratizaci¨®n lleva a plantear el problema de Arabia Saud¨ª, que EE UU no sabe c¨®mo tratar. Es un pa¨ªs bien armado, clave para el petr¨®leo, pero tambi¨¦n fuente de financiaci¨®n de la penetraci¨®n del fundamentalismo wahab¨ª en el mundo entero y uno de los or¨ªgenes del monstruo del terrorismo global. La modernizaci¨®n en Riad no puede consistir s¨®lo en que las mujeres puedan conducir. Pero la democratizaci¨®n, all¨ª y en otros lugares, puede llevar al triunfo de las fuerzas m¨¢s radicales. Algo est¨¢ empezando, pero sus resultados son inciertos.
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