Valiente, generoso y arriesgado

Sus ¨²ltimos meses no fueron ajenos a la crisis de Antena 3. Tras su cese como corresponsal en Nueva York, en verano pasado, pidi¨® una excedencia para seguir en la ciudad al menos otro a?o y regres¨® a Chechenia para realizar un gran documental, que editaba cuando decidi¨® que ten¨ªa que cubrir en Hait¨ª la ca¨ªda de Jean-Bertrand Aristide. El peligro de la marginaci¨®n laboral le afect¨® m¨¢s, probablemente, que el peligro de la guerra. Ignoraba qu¨¦ iba a hacer en el futuro. Tal vez en Hait¨ª quiso bordar su mejor trabajo, tal vez se expuso demasiado. Tal vez tuvo mala suerte. ?l sol¨ªa decir que en la guerra es mejor contar con el sentido com¨²n que con la suerte.

Le conoc¨ª en Nueva York. La primera vez que compartimos unos vasos de vodka me cont¨® que estaba empe?ado en entrevistar a Osama bin Laden, por entonces un personaje escasamente conocido, y me enumer¨® algunos de sus contactos: contrabandistas de armas, soldados chechenos, dirigentes isl¨¢micos...

Ten¨ªa una asombrosa capacidad para desempe?ar los trabajos m¨¢s dif¨ªciles y ganarse la confianza de personas desconfiadas por naturaleza. Quienes le trataban no le olvidaban. Era un personaje rom¨¢ntico, bueno y desprendido, sentimental, apasionado. Cuando acampaba en las monta?as afganas se levantaba antes que nadie para preparar caf¨¦. Animaba a quienes no ten¨ªan su experiencia. Madera de h¨¦roe.

En Nueva York fuimos vecinos. Y en Nueva York le vi por ¨²ltima vez, en una iglesia del Village donde se celebraba un funeral por Julio Anguita Parrado.