Inmigraci¨®n y campa?a

El aumento de la inmigraci¨®n ha sido uno de los fen¨®menos de mayor calado de los ocho a?os de Gobierno del PP. El n¨²mero de extranjeros residentes en Espa?a se ha multiplicado por cinco, desde el medio mill¨®n de 1996 a los 2,5 millones actuales. Esto ha provocado perplejidad, cierto temor y brotes espor¨¢dicos de xenofobia en un pa¨ªs que ha sido tradicional productor de emigrantes. La respuesta de los Gobiernos de Aznar ha oscilado entre la dureza verbal, la legislaci¨®n kafkiana y una cierta dejadez de hecho. El PP ha fracasado en esta materia, como se?ala un informe reciente de la ONU, al constatar que en Espa?a hay entre 600.000 y 800.000 extranjeros sin papeles, que ni son expulsados ni son legalizados.

Los inmigrantes est¨¢n aqu¨ª para quedarse y van a venir m¨¢s. Estudios solventes afirman que cabe esperar la llegada de varios millones m¨¢s en la pr¨®xima d¨¦cada y aseguran tambi¨¦n que Espa?a los necesita para mantener su crecimiento econ¨®mico, compensar la d¨¦bil demograf¨ªa nacional y garantizar el futuro del sistema de pensiones. Los l¨ªderes pol¨ªticos responsables deber¨ªan explic¨¢rselo pedag¨®gicamente a los electores. La apertura controlada a la mano de obra extranjera y su integraci¨®n en una sociedad democr¨¢tica es una necesidad vital.

Poco est¨¢ hablando Rajoy de este asunto, quiz¨¢ porque sabe que asusta a sus electores de derechas. Sin embargo, el cap¨ªtulo 25 del programa del PP se refiere al fen¨®meno bajo el prometedor t¨ªtulo de "Inmigraci¨®n ordenada en una sociedad abierta". Propone el PP un "esfuerzo" para "anticiparnos al reto que va a suponer la adaptaci¨®n de nuestras estructuras sociales a esta cuesti¨®n". Es lamentable que ese "esfuerzo" no se haya realizado en los ¨²ltimos ocho a?os, m¨¢xime cuando Zapatero ha propuesto una y otra vez un pacto entre partidos, empresarios y sindicatos para establecer una pol¨ªtica de Estado sobre el tema.

Las ofertas del PSOE son m¨¢s concretas. Entre ellas, la creaci¨®n de una Agencia Espa?ola de Migraciones, que re¨²na competencias dispersas, el establecimiento de oficinas de contrataci¨®n en los pa¨ªses de origen o la elaboraci¨®n de un estatuto para la integraci¨®n de los inmigrantes. A diferencia de Rajoy, Zapatero ha abordado este asunto poco rentable electoralmente y ha hecho propuestas dignas de estudio, como conceder papeles a los inmigrantes irregulares que denuncien situaciones de explotaci¨®n laboral. O limitar al 35% el n¨²mero de alumnos inmigrantes por aula y transportar gratuitamente a los restantes a colegios de barrios con menor concentraci¨®n de extranjeros. El PP se ha re¨ªdo, pero es algo que hace varias d¨¦cadas puso en pr¨¢ctica EE UU, un pa¨ªs del que tantas otras cosas admiran los conservadores espa?oles.