Gitanos universitarios, s¨®lo 1 de cada 100
Asociaciones roman¨ªes luchan contra el absentismo para llegar a la educaci¨®n superior
Los gitanos componen la minor¨ªa m¨¢s importante de Andaluc¨ªa. La Junta estima que entre 200.000 y 350.000 personas de esta etnia viven en la regi¨®n. No obstante, s¨®lo el 1% de esta poblaci¨®n llega a la universidad, seg¨²n calcula la Asociaci¨®n de Mujeres Universitarias Rom¨ªs de Andaluc¨ªa (Amuradi), aunque tampoco existen estad¨ªsticas sobre el tema. Por eso, Amuradi reclama estudios e investigaciones sobre la comunidad gitana en la universidad.
Amuradi es un colectivo de mujeres porque Beatriz Carrillo, su presidenta, se encontr¨® en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla con un grupo de j¨®venes gitanas, una coincidencia "poco habitual" para esta etnia. Adem¨¢s, son m¨¢s las mujeres gitanas que acceden a la universidad que los hombres, pero Amuradi defiende la integraci¨®n de todos. La Universidad de C¨®rdoba es la que, proporcionalmente con el n¨²mero de alumnos, cuenta con m¨¢s estudiantes gitanos. Beatriz Carrillo asegura que en todas las provincias andaluzas hay universitarios gitanos.
Este escaso acceso tiene una ra¨ªz: "La historia ha condenado a los gitanos al retraso social y hubo un momento en que no asumimos la educaci¨®n como una prioridad, a lo que se suma que el sistema educativo no estaba preparado para integrarnos", explica la presidenta de Amuradi. Carrillo incide en que son muchos los prejuicios que pesan sobre su etnia y que "muchos gitanos se lo creen y muestran cierto recelo".
El acceso a la universidad pasa por la constancia en las etapas educativas previas. Beatriz Carrillo cree que la actitud est¨¢ cambiando, y es lo que intenta la asociaci¨®n que preside. "Ahora todos los ni?os gitanos est¨¢n escolarizados, pero el absentismo escolar es alto y la continuidad es complicada; queda mucho por hacer", puntualiza.
No obstante, la presidenta de Amuradi ve m¨¢s complicado eliminar los prejuicios de la sociedad hacia los gitanos que estos mismos asimilen que llegar a universidad es una opci¨®n para "salir de la marginalidad a la que hemos estado sometidos", y que esta v¨ªa no esta re?ida con su propia identidad cultural. "Hay gitanos que han llegado a la universidad y no pierden sus se?as de identidad", asegura.
Beatriz Carrillo argumenta que desde hace diez a?os, "cuando las autoridades abordaron el asunto", las tasas de absentismo escolar han disminuido. Tambi¨¦n advierte de que cuando estudiaba se encontr¨® m¨¢s de un profesor que "transmit¨ªan mensajes con muchos prejuicios". Para evitarlos, Amuradi organiza charlas y actividades de divulgaci¨®n de la cultura gitana por las universidades andaluzas.
El director territorial en Andaluc¨ªa de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano, Humberto Garc¨ªa, coincide con Amuradi en que la formaci¨®n post obligatoria es una necesidad. Este colectivo convoca becas para alumnos gitanos. Esta red intenta tratar tambi¨¦n el hecho de que, a veces, los gitanos se sienten "aislados en el entorno universitario" al no encontrar compa?eros del mismo entorno, lo que "dificulta la constancia y hace que las familias se cuestionen la idoneidad de estos estudios".
Garc¨ªa considera que con la formaci¨®n acad¨¦mica no s¨®lo no se pierden las se?as de identidad, "sino que se ayuda a mantenerlas". Humberto Garc¨ªa considera que no es f¨¢cil ni desterrar los prejuicios ni concienciar a la poblaci¨®n gitana. "Son cuestiones de siglos que no se pueden cambiar de la noche a la ma?ana", puntualiza.
El responsable en Andaluc¨ªa de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano, con implantaci¨®n nacional, ve positivo que las tasas de absentismo escolar se hayan reducido, pero le preocupa el hecho de que "el distanciamiento social entre gitanos y no gitanos haya aumentado".
David Jim¨¦nez Castro, de 24 a?os, es cordob¨¦s y estudia tercero en la Facultad de Derecho de la Universidad de C¨®rdoba. Adem¨¢s, trabaja como educador en la asociaci¨®n de ayuda a ex toxic¨®manos Ariadna. David relata que fue en el instituto, en el que tuvo algunos problemas de integraci¨®n, donde se concienci¨® de que ten¨ªa que ir a la universidad. Su padre tiene coches de caballo y tambi¨¦n se dedica a la venta de antig¨¹edades.
"Quiero trabajar como abogado para evitar los atropellos al pueblo gitano", cuenta. David explica que es un universitario m¨¢s, que tiene buenas amistades y que va con sus compa?eros tanto a estudiar como de marcha.
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