?Quo vadis, Hitler?
C¨®mo echan pelotas fuera, con qu¨¦ cinismo, con cu¨¢nta desverg¨¹enza y con ese calculado y fingido disimulo, que repugna a la inteligencia de cualquier ciudadano con una pizca de memoria hist¨®rica. Pero t¨² has dicho p¨²blica y rotundamente, sin titubeos, sin concesiones, lo que ya tantas otras veces se ha dicho: que los or¨ªgenes del PP est¨¢n en la huesa del dictador Franco. Y Franco o el franquismo era un fascismo de corte bellotero, pero un fascismo de intolerancias, de c¨¢rceles y ejecuciones, de sospechas, de silencios, de obediencias sin rechistar, de prohibici¨®n de otras lenguas que no fueran el castellano, de exterminio de ideas, derechos y libertades, de paz sepulcral. Pero todo eso se sabe, aunque conviene recordarlo, y est¨¢ de sobra en los an¨¢lisis y en los textos, como est¨¢ en la realidad de cada d¨ªa que el PP cuenta, entre su militancia, con ilustres apellidos que participaron personalmente en aquel r¨¦gimen abominable o que son de su misma estirpe y tradici¨®n. Tradici¨®n de intolerancia, de mando, de explotaci¨®n, de expolio, de revancha, de caciquismo, de soberbia, de chuler¨ªa se?oritinga. De modo que si barruntas bajo las alfombras de ese PP, encalado a prisa, o en sus galer¨ªas subterr¨¢neas, los ver¨¢s formados en centurias, con la parafernalia emblem¨¢tica, teatral y decadente, de cr¨¢neos y tibias: son sus recursos secretos que hay que utilizar seg¨²n determinen las circunstancias. Es, pues, una estupidez preguntarle al espectro de Hitler que d¨®nde va, porque si algo le queda no es si no el b¨²nker conservador, por m¨¢s que ahora les incordie o as¨ª lo manifiesten. Se lo han ganado a pulso, aunque tambi¨¦n lo llevan en su ADN autoritario y despectivo. Por eso, causa estupor y m¨¢s hilaridad que un mindungui popular pretenda endosar la argucia del dictador nazi a la izquierda. Es una falacia tan ostensible que nadie traga. Adem¨¢s, dicen que forma parte del argumentario de los candidatos del PP. Aunque t¨² lo tienes claro, y sabes que eso no es argumentario ni espontaneidad: es puro consignismo. Un indicio m¨¢s de a qu¨¦ manos podemos volver. Cruel destino.
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