Decorado viviente
La puesta en escena de los m¨ªtines est¨¢ cada vez m¨¢s uniformada, lo que var¨ªa es el paisaje humano, si es urbano o rural
Tecnolog¨ªa y mercadotecnia han uniformando la escenograf¨ªa mitinera. Los partidos pol¨ªticos dejan todo en manos de empresas especializadas y salvo colores, lemas, anagramas y, sobre todo, medios econ¨®micos, la liturgia del acto p¨²blico en campa?a var¨ªa poco de un partido a otro. PSOE y Partido Popular llevan incluso sus propios realizadores de televisi¨®n y dan la imagen en directo a las cadenas que lo soliciten. Los lugares del mitin se eligen en funci¨®n del lleno previsto, m¨¢s bien a la baja, de manera que nunca haya sensaci¨®n de vac¨ªo, ya que la idea es transmitir fuerza y entusiasmo.
Cada paso est¨¢ estudiado como si fuera un teatro: el sonido, los fondos, la ubicaci¨®n de los focos para que no creen sombras o la intensidad musical. Los populares, por ejemplo, cuenta con tres ritmos diferentes de la misma sinton¨ªa seg¨²n el momento: buler¨ªas para el comienzo, balada mientras se llena el local y bakalao para el final.
El contraste est¨¢ m¨¢s en el paisaje, en si es urbano o rural. En el polideportivo de Tarifa (C¨¢diz), d¨®nde Te¨®fila Mart¨ªnez reuni¨® a unas 300 personas tra¨ªdas tambi¨¦n de municipios vecinos, se pod¨ªa leer un ilustrativo cartel: "Por higiene y decoro no escupan al suelo ni a las paredes". En el Palacio de Congresos de Sevilla, sin embargo, por seguir con el mismo partido, los forofos que acudieron a vitorear a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se sentaron en c¨®modos sillones tapizados sin alterar su compostura.
En lo que s¨ª intervienen directamente los partidos es el suministro del decorado viviente, esa hinchada incondicional que aplaude a rabiar hasta un estornudo y agita banderolas sin desmayo. Las organizaciones provinciales son las encargadas del reclutamiento, pues la inmensa mayor¨ªa son militantes y con frecuencia analistas de ocasi¨®n que recitan las encuestas de corrido. El origen de la clac marca tambi¨¦n las formas en el vestir, cambia mucho si se trata de pueblo o capital, aunque el porcentaje de rubias es abrumador entre los devotos populares, mientras que las chupas de cuero y los tonos oscuros hacen furor entre los afectos del PSOE.
Despu¨¦s de ocho a?os en el Gobierno de la naci¨®n, la muchachada entusiasta que a mediado de los noventa llenaba las plazas del PP ha ido menguando. Ahora el bullicio de Nuevas Generaciones se reduce a un comando igual de jaracandoso que suele dar el chasquido para los aplausos y los gritos de "presidenta, presidenta". Se imponen los matrimonios mayores que apilan reposadamente pasquines y folletos en el regazo y aprietan la estampita de sus l¨ªderes como si fuera un talism¨¢n. En el acto con Aznar en Sevilla, que tuvo mucho de homenaje, las puertas estaban flanqueadas por j¨®venes enchaquetados con la tarjeta de seguridad. Javier Arenas iba de traje y el presidenta saliente de informal. Te¨®fila, de rosa y sin fular.
Los incondicionales del PSOE han bajado en edad, pero tampoco se ven juveniles legiones portando pancartas. En el mitin central de Andaluc¨ªa, que se celebr¨® en Dos Hermanas (Sevilla) la organizaci¨®n regional llev¨® 400 autobuses parar aclamar juntos a Manuel Chaves, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Felipe Gonz¨¢lez. Algunos llevaban un pa?uelito rojo anudado al cuello, ¨²nica nota de color, junto con el exagerado frenes¨ª de la pancarta de la agrupaci¨®n Sur Rosa Luxemburgo, que rezaba "Chaves para siempre"
PP y PSOE reparten banderitas con sus respectivos logotipos (el PP tambi¨¦n de Andaluc¨ªa), no obstante, hay quienes prefieren traerlas de casa, a riesgo, destrozar el gui¨®n tan esmeradamente preparado. En los foros populares es frecuente detectar los colores rojo y gualdo, y en los actos del PSOE en estas elecciones han resurgido las ense?as republicanas.
La puesta en escena de Izquierda Unida y PA es notablemente m¨¢s modesta que la de los partidos mayoritarios, si bien el esquema es similar en cuanto a la parafernalia de fervor y delirio: abrazos, besos y arrechuchos a sus l¨ªderes en el trayecto al estrado. En los m¨ªtines de IU se alterna la vieja est¨¦tica de izquierda docente, con los rostros quemados por el sol y gorrillas encasquetadas hasta las cejas. El mocer¨ªo antiglobalizaci¨®n de pantalones inmensos y cortes de pelo imposibles con los pa?uelos saharauis, las camisetas del Che y los toques del son cubano.
El p¨²blico que arenga a los andalucistas es quiz¨¢s el m¨¢s heterodoxo. Indumentarias sport se une a vestidos de gala, corbatas con jers¨¦is de pico, y eso s¨ª, mucho color verde Andaluc¨ªa y m¨²sica por sevillanas.
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