Los rincones del pantano
Una ruta entre la quietud del embalse de La Bre?a y el r¨ªo Cabrilla en Almod¨®var del R¨ªo (C¨®rdoba)
El municipio de Almod¨®var del R¨ªo (C¨®rdoba) ofrece un asequible paseo desde la quietud del pantano de La Bre?a hasta el hilo l¨ªquido que desemboca en ¨¦l, el r¨ªo Cabrilla. La ruta es una retrospectiva desde la consecuencia hasta la antesala del embalse, en el paisaje de la Sierra Morena.
Desterrado el coche tras cruzar la presa en una peque?a explanada a la derecha, la ruta ofrece dos alternativas. La primera es bordear la orilla del pantano a trav¨¦s de un sendero r¨²stico. La segunda es el camino asfaltado que los ciudadanos atraviesan con sus coches de camino a las fincas circundantes, que se convierten en atalayas del pantano. El primero ofrece la cercan¨ªa a los saltos de las carpas, y el segundo la vista de p¨¢jaro, el paisaje.
Para evitar los ruidos de los motores y las incertidumbres de sus irrupciones, lo ideal es entregarse al camino liberado de los coches. Pero la irresponsable suciedad que los peroles dominicales dejan en la orilla del pantano sugiere alejarse de ¨¦ste, verlo desde arriba, donde son inapreciables los restos de fogatas, vidrios, latas y pl¨¢sticos. Entre todos ellos, pedalea indignado Joaqu¨ªn Infante, de 27 a?os, vecino de Almod¨®var del R¨ªo. Lo hace desde peque?o, el olor del campo le reconforta, pero no puede evitar su lamento. "Lo que es una pena es eso", dice colorado del esfuerzo y se?alando una hilera de botellas bajo un inmenso cartel que conmina a cuidar la naturaleza. Un motivo m¨¢s para tomar el camino asfaltado.
Un grupo de tres amigos pesca a la orilla del pantano. Es un entrenamiento para el campeonato que hay al d¨ªa siguiente. Pescan y sueltan. Tambi¨¦n lamentan el estado en el que los visitantes dejan el entorno. Es s¨¢bado, y es un lugar transitado. Otra familia recorre el camino paralelo al pantano buscando esp¨¢rragos. Son finos y largos, pero lo que importa es "dar un paseo y hacer ejercicio", afirma Gaspar Rodr¨ªguez con unos ejemplares en la mano.
Conforme la carretera asfaltada se aleja del pantano, se contemplan sus vistas y la caminata desemboca en zonas de cultivo con vacas, cabras y ovejas como principales pobladores del lugar. Una majestuosa panor¨¢mica del arroyo de Guadazueros anuncia a poca distancia el c¨¢mping, con el pantano a mano derecha.
Superada el ¨¢rea de descanso, los ¨²ltimos dos tercios de este camino de unos 6,5 kil¨®metros discurren por diversos cortijos que se dejan atr¨¢s con la Osa mayor que forman los postes kilom¨¦tricos del sendero. Aunque la longitud de la ruta no es exigente, s¨ª lo son las continuas cuestas.Los cortijos de Los Trigachos, Malos Pasos y Cabeza Pedro Baja marcan el sendero encorsetado entre encinares, alcornoques o quejigos que plagan estos montes frondosos.
El fin de trayecto nos inserta en el Parque Natural de Hornachuelos en el que es posible ver gatos monteses, zorros, tejones, ciervos, ¨¢guilas, b¨²hos reales y, a veces, linces. Entre las brumas, parecen haberse tomado el d¨ªa libre, pero hay que aguzar los sentidos. La pendiente desciende suavemente. Una fuente avisa de la cercan¨ªa del puente sobre el r¨ªo Cabrilla. Si antes estaban las inmensidades de aguas quietas, ahora destaca la timidez de un peque?o hilo de agua que llegar¨¢ hasta la parada obligatoria puesta en La Bre?a.
Conexi¨®n con la historia
- C¨®mo llegar. Almod¨®var del R¨ªo es uno de los municipios m¨¢s vistos para quienes, antes de construida la autov¨ªa, viajaban entre C¨®rdoba y Sevilla. Al salir de C¨®rdoba, se ha de tomar la N-431, la antigua carretera a Sevilla. A unos 20 kil¨®metros se llega a Almod¨®var y, una vez dejado el pueblo a la izquierda, una indicaci¨®n hace girar a la derecha hacia la presa de La Bre?a. El mejor lugar para dejar el veh¨ªculo es al pasar la presa, en una peque?a explanada que queda a la derecha, junto al pantano.
- Qu¨¦ ver. Uno de los principales atractivos de la ruta son los paisajes que muestran las muchas cuestas del camino. El otro atractivo es la riqueza en flora y fauna de la zona. Pero si uno quiere darse un atrac¨®n de paisajes, antes o despu¨¦s de realizar la ruta, puede hacer un viaje al mundo medieval y visitar el Castillo de Almod¨®var, una de las fortificaciones mejor conservadas de la provincia y una obra maestra de la defensa que los antepasados realizaban de C¨®rdoba, la cual se ve desde esta fortificaci¨®n que domina la Vega del Guadalquivir. Estos 5.628 metros cuadrados encumbrados por ocho torres cumplieron un papel crucial en las luchas de los reinos Taifas.
- Alternativas. El final de la ruta propuesta lleva al puente de la Cabrilla. Al seguir se sigue por las Tejoneras de Mesas Bajas y Las Mesas hasta el r¨ªo Guadiato. Una vez cruzado el Vado del Pandero, se sube por la Umbr¨ªa de las Perchas y se conecta con otras cuatro rutas. La ruta de Fuente del Elefante-Arroyo Bejarano-Ba?os de Popea, un glosario hist¨®rico desde el mundo romano al ¨¢rabe en medio de la riqueza de flora y fauna. El sendero El Rosal-Llano de los Mesoneros-Guadarrom¨¢n, grandes espacios para la contemplaci¨®n. La ruta C¨®rdoba la Vieja-Vereda de la Canchuela-Trassierra, cargada de paisajes entre el valle y la sierra. Y el camino Puerto Atarfi-Valdejetas-Cerro del Trigo, con vestigios de la ciudad romana de C¨¢rbula y especies bot¨¢nicas inusuales.
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