Los barceloneses salen a la calle y se vuelcan en solidaridad con las v¨ªctimas de Madrid
Todas las universidades catalanas suspendieron las clases y los estudiantes se manifestaron
La noticia del atentado tuvo un efecto demoledor en la capital de Catalu?a. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, convoc¨® inmediatamente cinco minutos de silencio a mediod¨ªa en la plaza de Sant Jaume. A partir de entonces Barcelona empez¨® a quedar paralizada. Miles de universitarios dejaron las clases y empezaron a manifestarse por las calles de la ciudad, los ciudadanos no acababan de abandonar la plaza de sant Jaume, la gente se lanzaba hacia los hospitales para dar sangre y todo tipo de organizaciones se ofrec¨ªan para prestar la ayuda que se les encargara.
Hab¨ªan pasado dos horas desde que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, presidiera los cinco minutos de silencio contra el atentado de Madrid y la plaza de Sant Jaume, de Barcelona, segu¨ªa pr¨¢cticamente llena. M¨¢s de 5.000 personas hab¨ªan acudido a la cita y algo parec¨ªa retenerles pegados a los adquines del emblem¨¢tico coraz¨®n de Catalu?a. Los corros de ciudadanos generaban conversaciones que recorr¨ªan toda la plaza. El horror, la indignaci¨®n y la tristeza eran patentes en los rostros de todos ellos.
Mientras, junto a la puerta del Palau de la Generalitat se formaba una cola de ciudadanos dispuestos a donar sangre en una de las cinco unidades distribuidas por la ciudad. En poco m¨¢s de media hora pasaron m¨¢s de 50 personas. M¨¢s de mil personas salieron a la calle en la puerta del Hospital Cl¨ªnic y otros 500 se concentraron en las escaleras del Palacio de Justicia. Cientos de ciudadanos catalanes se dirigieron al Instituto Catal¨¢n del Voluntariado (Incavol) para ofrecerse como voluntarios para colaborar en las tareas de emergencia en Madrid.
Ni siquiera el bullicio de La Rambla escap¨® al dolor por las v¨ªctimas de los atentados. Tampoco los turistas se mantuvieron al margen de la consternaci¨®n general. "Me fui de Colombia escapando de la violencia y mira", explicaba un ciudadano de ese pa¨ªs en el vest¨ªbulo del hotel Majestic. Muchas personas segu¨ªan las noticias por radio a traves auriculares. Las caras se tornaban m¨¢s graves a medida que avanzaba la ma?ana y se desvelaba la dimensi¨®n de la tragedia.
Algunos comercios del centro de la ciudad colocaron cortinas o grandes telas negras en sus escaparates. "Nosotros cerraremos ma?ana a partir de mediod¨ªa. Queremos solidarizarnos con las v¨ªctimas", explicaba Antoni Torrens, presidente de la asociaci¨®n de comerciantes del paseo de Gr¨¤cia.
La Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos (FAVB) inst¨® a los ciudadanos a colocar s¨¢banas blancas en los balcones para mostrar el rechazo al atentado de Madrid.
Todas las universidades catalanas suspendieron las clases y se adhirieron a los dos d¨ªas de duelo -ayer y hoy- convocados por la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE). Miles de universitarios organizaron concentraciones y manifestaciones en Barcelona, en las plazas de la Universitat, de Catalunya, de Francesc Maci¨¤ y de Sant Jaume; en esta ¨²ltima se sumaron a la convocatoria ciudadana de cinco minutos de silencio. Desde la avenida de Pedralbes, centenares de estudiantes fueron bajando hasta alcanzar la plaza de Francesc Maci¨¤; a la marcha se adhirieron otras personas. En esta plaza finalmente llegaron a concentrarse m¨¢s de 1.000 ciudadanos.
Los cientos de estudiantes que a las 12.00 acudieron a la plaza de Sant Jaume sintieron que aquello no era suficiente para mostrar su rechazo al brutal atentado de Madrid y decidieron, de forma espont¨¢nea, ir hasta la plaza de Catalunya para hacer una sentada. Los estudiantes subieron por la Via Laietana y por el ¨²ltimo tramo de La Rambla hasta alcanzar la c¨¦ntrica plaza barcelonesa. "Ha sido inhumano", comentaba una estudiante de primer a?o de Medicina. "Que vean que todos los catalanes estamos en contra del terrorismo y que no nos quedamos al margen", gritaba, meg¨¢fono en mano, la joven que tom¨® la iniciativa y dirigi¨® a los estudiantes hasta la plaza de Catalunya.
Mientras, los universitarios se iban sentando en el suelo de la plaza y alzando cientos de folios en blanco para reclamar tan s¨®lo una cosa: paz. Las pancartas abundaban en este mensaje: La gente quiere vivir en paz, Hoy todos somos v¨ªctimas y Hoy todos con Madrid. Los estudiantes permanecieron sentados en silencio unos cinco minutos. A su alrededor, muchas personas que pasaban por la plaza decidieron pararse y sumarse a la concentraci¨®n. El silencio lo rompi¨® un sentido aplauso.
Desde los diferentes puntos de la ciudad, los estudiantes, uno por uno, mostraban su consternaci¨®n ante lo ocurrido. Amanda Rey, de 24 a?os, estudiante de Filolog¨ªa inglesa, recordaba: "Es horroroso levantarte por la ma?ana con una noticia as¨ª. Es como una verdadera pesadilla, y no te la acabas de creer". En el interior del ya casi vac¨ªo edificio de la universidad, Teresa Aleu, de 83 a?os, hab¨ªa acudido ayer por la ma?ana al recinto para ver una exposici¨®n sobre el Patufet, un tebeo que ella le¨ªa cuando era peque?a. Pero no se pod¨ªa concentrar en lo que estaba viendo: "Es horrible lo que ha pasado. Te dan ganas de no salir a la calle nunca m¨¢s, pero hay que vivir".
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