El fallecido n¨²mero 200
El cementerio de Alcal¨¢ de Henares ha vivido los d¨ªas m¨¢s intensos de su historia
El nombre de Francisco Moreno Aragon¨¦s, padre de familia de Coslada, redonde¨® ayer una cifra fat¨ªdica: se convirti¨® sin querer en el fallecido n¨²mero 200 en la lista negra del 11-M. Y en el n¨²mero 14 en el c¨®mputo de los acogidos en el cementerio jard¨ªn de Alcal¨¢ de Henares. Sus parientes empezaron a llegar a primera hora de la tarde de forma imprevista, cuando el centro ya parec¨ªa respirar y se hab¨ªa anunciado que nadie m¨¢s iba a ocupar las salas.
A los vecinos, amigos e hijos de Moreno se les ve¨ªa aturdidos, solitarios, una imagen, la de la soledad, ins¨®lita en los dos ¨²ltimos d¨ªas en este centro que se extiende en una hondonada frente al parque natural de Los Cerros. Servicios de informaci¨®n, sanitarios y de limpieza parec¨ªan descansar por unos instantes de esa pesadilla colectiva que se comenz¨® a vivir desde que se produjeron las explosiones en cuatro trenes en la l¨ªnea de cercan¨ªas del corredor del Henares. "Ha sido una situaci¨®n dif¨ªcil, la peor que hemos tenido nunca y lo hemos vivido desconcertados, con impotencia y rabia por no tener la informaci¨®n necesaria en cada momento", se lamenta Mercedes Garc¨ªa, directora de este centro que qued¨® preparado el mismo jueves para recibir a un centenar de muertos. El viernes la cifra se redujo a 40 y se habilit¨® entonces el polideportivo cercano de El Juncal. Pero all¨ª s¨®lo llegaron los f¨¦retros de dos personas, una empleada de Telef¨®nica y un subteniente del Ej¨¦rcito del Aire.
"Ha sido dif¨ªcil, y lo hemos vivido sin tener bastante informaci¨®n", dice la directora
En la tarde de ayer, demacradas, con la esperanza perdida despu¨¦s de tres d¨ªas de hospitalizaci¨®n, las hijas de Moreno se cruzaron en el tanatorio ajardinado con esos padres, amigos o primos rezagados de alguno de los otros 13 fallecidos que pasaron sus ¨²ltimas horas junto a la familia en un entorno que nunca imaginaron. Por los siete velatorios ha pasado gente con nombres y apellidos, de entre 22 y 52 a?os, entre ellos, varios estudiantes y sindicalistas, una mujer embarazada, otra que deja un beb¨¦, un traductor t¨¦cnico, un bibliotecario, un ingeniero... En las salas hubo visitas oficiales, muchos altos cargos pol¨ªticos y sindicalistas. "Ha sido la primera vez que la gente ven¨ªa preguntando por varios muertos", dice Garc¨ªa.
"Lo m¨¢s incre¨ªble ha sido la entereza de los familiares", comenta Pilar Penalva, encargada de atender a todos los que requer¨ªan su ayuda. Y fueron muchos. Sobre todo, periodistas extranjeros. Adem¨¢s de las televisiones y peri¨®dicos nacionales, all¨ª estaban corresponsales de revistas alemanas, italianas, francesas...; cadenas estadounidenses o portuguesas.
"Alcal¨¢ tiene un nombre ¨¢rabe, tradici¨®n ¨¢rabe... ?existe ahora por aqu¨ª alguna asociaci¨®n ¨¢rabe?", preguntaba uno de los reporteros a alguien que se dejaba entrevistar mientras las cig¨¹e?as sobrevolaban el camposanto. Otro record¨® entonces que precisamente aqu¨ª, en los montes cercanos, a¨²n existen los restos de la ciudad ¨¢rabe original, Al Qal'at'al Salam, que significa "castillo de la paz". Pero aunque todos lo pensaban, no muchos hablaban de autor¨ªas o culpables. El marido de una de las fallecidas, una mujer francesa, gritaba e insultaba en t¨¦rminos muy duros dentro del velatorio a los causantes an¨®nimos de este destrozo. Ha perdido a su esposa con una ni?a de meses. Y mientras se celebraba un funeral por todas las v¨ªctimas en el polideportivo cercano, muchos de los afectados en el camposanto se preguntaban por qu¨¦ no se han juntado los muertos complutenses en un mismo funeral, en un mismo acto colectivo. "Algunas familias han decidido trasladar a los suyos directamente a sus lugares de origen. Cada familia es un mundo", se?ala Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez, alcalde de Alcal¨¢ (del PP).
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