Las v¨ªctimas del 11-S en EE UU aconsejan a los madrile?os que pidan ayuda psicol¨®gica
"Espa?a tiene experiencia, pero este atentado va m¨¢s all¨¢", dicen desde Nueva York
Si hay una ciudad en el mundo que puede entender mejor el dolor y la angustia por la que est¨¢n pasando los madrile?os, ¨¦sa es Nueva York. El 11-M volvi¨® a revivir nada m¨¢s despertarse el horror y la sensaci¨®n de vulnerabilidad que palparon y olieron cuando dos aviones se empotraron en las Torres Gemelas, destrozando el coraz¨®n de Manhattan. Es un sentimiento que recorre todo EE UU, sobre todo entre las familias que perdieron a personas queridas en los atentados del 11-S. S¨®lo han pasado dos a?os y medio.
Mary Ellen Salomone, de 41 a?os, es presidenta de la Asociaci¨®n de Familias del 11 de Septiembre. Tiene tres hijos de ocho, siete y cinco a?os. Su marido, John Salomone, perdi¨® la vida ese fat¨ªdico d¨ªa cuando trabajaba en el piso 104 de la Torre Uno del Word Trade Center. Desde entonces, Salomone se dedica a poner en contacto a los familiares de otras v¨ªctimas del 11-S con instituciones de salud mental para ayudarles a superar el trauma.
Su reacci¨®n, nada m¨¢s enterarse de los atentados de Madrid, fue de "simpat¨ªa". Le vino a la memoria todo lo que pas¨® cuando perdi¨® a su marido. "Es muy dif¨ªcil para cualquier persona que ha perdido a alguien querido no revivir este dolor tan profundo que est¨¢n sintiendo en Espa?a", afirma. El consejo que da a las familias que est¨¢n sufriendo ahora es "que no dejen de vivir, porque si no los terroristas conseguir¨¢n matar dos veces".
Quiz¨¢ sea por el elevado n¨²mero de v¨ªctimas y su magnitud. O porque el mismo atentado podr¨ªa haberse producido en el metro de Nueva York, de Los ?ngeles o Washington. O a lo mejor es por la posible participaci¨®n de Al Qaeda. Pero lo cierto es que esta vez el pueblo estadounidense ha sentido el golpe del terrorismo en Espa?a m¨¢s cerca que nunca, y algunos, como Donald Goodrich, se sienten directamente identificados con los que han perdido a seres queridos. Y en su caso aun m¨¢s, porque tiene familia en Espa?a.
El hijo de Donald, Peter, iba en el vuelo 175 de United Airlines, el segundo avi¨®n que se empotr¨® en las Torres Gemelas. Cuando muri¨® ten¨ªa 33 a?os. El relato de este abogado de 61 a?os es estremecedor. "Las cosas ordinarias y simples me traen la muerte de mi hijo a la memoria". Pero impresiona su integridad y capacidad de superaci¨®n del dolor. "Uno mismo debe darse tiempo y el espacio suficiente para seguir adelante, a pesar de que cualquier detalle te haga pensar y te quite el presente", explica.
Lo m¨¢s importante ahora, seg¨²n aseguran los que sufrieron el 11-S en sus carnes, es que los afectados pidan ayuda a especialistas. "As¨ª ver¨¢n que sus reacciones son normales", dice Donald. Y piden adem¨¢s un esfuerzo de transparencia y de comunicaci¨®n a las autoridades civiles porque, si no, como advierte Mary Ellen Salomone, "su vac¨ªo y la angustia ser¨¢n aun mayores". "Espa?a tiene experiencia en el terrorismo, pero este atentado va m¨¢s all¨¢ de nuestro vocabulario", concluyen.
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