Todo plano
Con nota aprob¨® el Gobierno el Programa de Estabilidad 2003-2007 examinado esta ¨²ltima semana por el Consejo de Econom¨ªa y Finanzas de la UE. En este programa, de obligatoria cumplimentaci¨®n una vez al a?o por todos los miembros de la Uni¨®n, se da cuenta de c¨®mo se est¨¢n cumpliendo los objetivos del Pacto de Estabilidad (d¨¦ficit y deuda p¨²blicos), a la vez que se presentan las proyecciones macroecon¨®micas y presupuestarias que aseguren su cumplimiento a medio plazo. La verdad, despu¨¦s del fiasco que supuso el no cumplimiento y, sobre todo, la respuesta desafiante de los Gobiernos franc¨¦s y alem¨¢n meses atr¨¢s, el Pacto est¨¢ herido de muerte. ?Qui¨¦n va a creer ahora en los planes de los Gobiernos europeos? Desde luego, esta falta de credibilidad no afecta a todos por igual. Podemos decir que el nuestro la mantiene. De ah¨ª ese aprobado con nota.
Ahora bien, dicho lo anterior, tambi¨¦n tengo que a?adir que ni la pol¨ªtica fiscal que se viene realizando en Espa?a ni las cifras que en dicho programa se presentan como objetivos econ¨®micos y presupuestarios para los pr¨®ximos a?os me entusiasman. Es verdad que se han saneado much¨ªsimo las cuentas p¨²blicas y que el Gobierno ha cumplido sus objetivos. Pero eso no basta, pues esos objetivos no eran coherentes ni suficientes con las necesidades coyunturales de la econom¨ªa espa?ola. Tras la integraci¨®n en la Uni¨®n Monetaria Europea, nuestra econom¨ªa est¨¢ recibiendo dosis continuadas y excesivas de expansi¨®n monetaria que, si bien han impulsado el gasto de las familias, tambi¨¦n han alimentado un exceso de endeudamiento y un diferencial de inflaci¨®n con el resto de socios europeos, lo que acabar¨¢ frenando el crecimiento a medio plazo. Los Gobiernos de las distintas administraciones, gracias en gran medida a la inflaci¨®n, se han encontrado a?o tras a?o con unos ingresos muy superiores a los presupuestados y, gracias a los bajos tipos de inter¨¦s, con unas cargas financieras menores de las previstas. Ese exceso de ingresos y el ahorro de gastos deber¨ªan haber servido para generar super¨¢vit presupuestarios, en vez de para gastar m¨¢s, con el fin de absorber y esterilizar parte de la excesiva liquidez generada al amparo de una pol¨ªtica monetaria demasiado laxa para las necesidades espa?olas.
El programa presenta unas previsiones hasta 2007 planas (nunca la econom¨ªa se comporta as¨ª) y m¨¢s bien mediocres en t¨¦rminos de crecimiento del PIB: un 3% anual (gr¨¢fico izquierdo). Ignora que existen los ciclos, que se ha iniciado a escala internacional una nueva fase expansiva y que en las fases expansivas el PIB se acelera y crece por encima de su tasa tendencial de largo plazo (ese 3%), aunque en esta ocasi¨®n no es previsible que lo haga con la alegr¨ªa de otras fases similares anteriores. Si, adem¨¢s, se adoptan las pol¨ªticas fiscales y estructurales adecuadas, el PIB no s¨®lo puede crecer m¨¢s de ese 3%, sino que puede hacerlo sin acrecentar los desequilibrios actuales.
Esto permitir¨ªa generar super¨¢vit presupuestarios mayores de los que se asumen como objetivos en el programa (gr¨¢fico derecho), especialmente si se tiene en cuenta que ya se parte de una situaci¨®n en 2003 mejor de la prevista (que, por cierto, parece quererse empeorar al volver al d¨¦ficit cero despu¨¦s de un super¨¢vit). De nuevo, el cumplimiento estricto de los objetivos presupuestarios alimentar¨¢ la credibilidad del Gobierno, pero dar¨¢ lugar a una pol¨ªtica fiscal inadecuada.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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