Diagn¨®stico: muy grave
Es muy grave que dos centenares de personas hayan fallecido en los atentados del 11-M en Madrid, en una operaci¨®n preparada como un mecanismo de relojer¨ªa, que ha requerido un n¨²mero significativo de participantes, y que ni las fuerzas de seguridad ni las de inteligencia hayan podido evitarlo. Espa?a se enfrenta ahora a dos terrorismos de naturaleza y alcance muy distintos. Uno, local; el otro, global y con una capacidad de da?o mucho m¨¢s masiva e indiscriminada -aunque para los muertos esto cambie poco- que requerir¨¢ muchos m¨¢s y nuevos medios para combatirlo.
Es muy grave que una organizaci¨®n terrorista y, adem¨¢s, extranjera haya podido intervenir, con su violencia, en una elecci¨®n democr¨¢tica e influir en su resultado. Con el 11-M Espa?a ha vivido su propio 11-S, pero tambi¨¦n una especie de 23-F externo: no tanto un golpe de Estado, pero s¨ª un golpe contra el Estado. Lo ocurrido va a tener repercusiones en toda Europa. Ninguna elecci¨®n importante en este continente ni en EE UU estar¨¢ ya libre del miedo.
Es muy grave que el presidente de Gobierno haya enga?ado a medios y en general a la sociedad. ?C¨®mo no creer a un presidente del Gobierno si personal, aunque privadamente, confirma la autor¨ªa de ETA? ?Y al ministro del Interior? Acebes, el pasado jueves, al presentar sus indicios circunstanciales contra ETA, recordaba -salvando algunas distancias- al alegato de Colin Powell en el Consejo de Seguridad sobre las armas de destrucci¨®n masiva de Sadam Husein, que nunca han aparecido. El da?o a la credibilidad de los Gobiernos desde la democracia tambi¨¦n es muy preocupante.
Es muy grave que el Gobierno intentara orientar a toda Espa?a y a todo el mundo hacia la pista ETA, pues con ello ha logrado victimizar a la organizaci¨®n terrorista, que ha cobrado nuevas alas. Y la frase de la declaraci¨®n institucional de Aznar en aquel d¨ªa -"han matado a muchas personas por el mero hecho de ser espa?oles"- resulta demasiado oscura, independientemente de que una parte de los muertos sean extranjeros. Pues los etarras tambi¨¦n son espa?oles (aunque no se reconozcan a s¨ª mismos como tales y haya franceses entre ellos).
Es muy grave que el s¨¢bado, en unas v¨ªsperas electorales cargadas, cuando ya hab¨ªa informaci¨®n sobre la pista isl¨¢mica y las detenciones, el Gobierno retuviera su confirmaci¨®n durante m¨¢s de cinco horas. Probablemente, ante la tragedia, el Gobierno hubiera preferido que hubiera sido ETA a un ataque islamista que abre nuevas incertidumbres, y que Bush prefiriera Al Qaeda, pues le confirma en su discurso de "la guerra contra el terrorismo".
Es muy grave que la diplomacia espa?ola haya sido utilizada para orientar en una sola direcci¨®n, la de la supuesta autor¨ªa de ETA, a la opini¨®n p¨²blica internacional a trav¨¦s de sus embajadas. Y muy grave que, a pesar de algunas resistencias, el Gobierno haya forzado la mano del Consejo de Seguridad de la ONU para atribuir a ETA el atentado. As¨ª, Espa?a ha perdido credibilidad como pa¨ªs y el Gobierno ayudado, una vez m¨¢s, a socavar la de la ONU. Es muy grave que una guerra equivocada e ilegal como la de Irak haya contribuido a aumentar el terrorismo global, y no a reducirlo. Naturalmente, este terrorismo no ha nacido de esta guerra. Ni tampoco el atentado del 11-M debe llevar a cambiar la apreciaci¨®n o las razones de las decisiones. Espa?a debe recuperar la autonom¨ªa de sus decisiones, por sus propios m¨¦ritos o dem¨¦ritos, independientemente de lo ocurrido el 11-M.
Es muy grave el clima de desconfianza que se ha creado en Espa?a, y que perdurar¨¢. Tras las mentiras para la guerra de Irak, ha llegado esto, y no sorprende que los servicios de seguridad y de inteligencia, pese a sus fallos, se rebelen contra su manipulaci¨®n pol¨ªtica. La democracia, como muchas otras relaciones p¨²blicas y privadas, s¨®lo pueden funcionar sobre la base de la confianza. Lo ocurrido recuerda m¨¢s la manera de actuar de Vlad¨ªmir Putin que de Gobiernos democr¨¢ticos.
Aznar se va. Se va mal. Y nos deja mal. Es muy grave.
aortega@elpais.es
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