Batasuna mantiene un electorado fiel de cien mil votos, mientras Aralar se estanca y se queda sin esca?o
La ilegalizada Batasuna ha demostrado de nuevo su gran capacidad de resistencia, la fidelidad de su electorado y su habilidad para crecerse en las situaciones dif¨ªciles. En esta ocasi¨®n, sien embargo, los acontecimientos que rodearon los atentados de Madrid le han favorecido electoralmente, al proporcionarle en los tres ¨²ltimos d¨ªas un protagonismo extraordinario. Y la formaci¨®n de Arnaldo Otegi ha sabido utilizarlo como altavoz para evitar ser borrada del mapa pol¨ªtico. Batasuna no ha sido la bolsa de votos para engordar al resto de formaciones nacionalistas, sino que ha hecho valer su llamamiento al voto nulo ¨²til.
Los augurios que dictaban el hundimiento de la opci¨®n radical una vez ilegalizada han quedado invalidados, si se tiene en cuenta que Batasuna ha retenido cien mil votos nulos en el segundo compromiso electoral al que ten¨ªa legalmente cerrada las puertas. En las municipales de mayo, Batasuna alcanz¨® los 126.000 votos. Ahora, la cifra de 100.000 papeletas nulas representa un suelo importante, porque le sigue manteniendo como la principal opci¨®n abertzale a la izquierda del PNV. Aunque se coloca ahora en el 7,7% de la representaci¨®n y ha sufrido un desgaste considerable -como EH alcanz¨® en 1998 el 14% de los votos- no deja de ser significativa la fidelidad que mantiene.
Batasuna ha resistido, sobre todo, en Guip¨²zcoa, territorio donde los votos nulos sumaron un 11,7%. Mantiene su fuerte presencia en los municipios de la comarca de San Sebasti¨¢n, en los que gobern¨® hasta el a?o pasado. En Hernani, Usurbil, Lezo, Astigarraga y Oyarzun, Batasuna retiene una representaci¨®n superior al 20%, a la vita del voto nulo. Sin embargo ha bajado la que manten¨ªa en el Alto Deba.
Sin embargo, Batasuna tiene una presencia limitada en las capitales de los tres territorios donde lleg¨® a alcanzar una representaci¨®n municipal considerable. En San Sebasti¨¢n el voto nulo llega al 7,5%, porcentaje que se reduce considerablemente en Bilbao y Vitoria, donde ronda el 3,60%.
Por su parte, Aralar, el partido escindido de Batasuna, no ha logrado atraer hacia s¨ª los votos de los descontentos de esta formaci¨®n, especialmente de los m¨¢s cr¨ªticos con ETA y la pr¨¢ctica de la violencia. Contra el pron¨®stico de algunas encuestas, la formaci¨®n que lidera Patxi Zabaleta, no ha tenido el tir¨®n que esperaba y se ha quedado estancada en los 38.000 votos, cifra algo superior a los casi 30.000 que logr¨® en las elecciones forales en que se estren¨® como partido.
Sea por sus candidatos desconocidos e inexpertos o por su t¨ªmida campa?a electoral, determinada por las estrecheces economicas, lo cierto es que Aralar no ha despegado ni ha respondido a la expectaci¨®n que hab¨ªa despertado como opci¨®n alternativa a Batasuna. Si en alg¨²n momento pudo Aralar amenazar a Eusko Alkartasuna, no lo ha logrado y ¨¦sta le ha resistido muy bien.
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