Una familia con escasa relaci¨®n con el vecindario

"Era una familia que lleva unos 15 a?os en esta zona y que se relaciona muy poco con el resto del vencidario. Pocas veces se les ve¨ªa hablar con la gente. S¨®lo iban a sus cosas". As¨ª se expresa un vecina del supuesto terrorista Jamal Zougan, que ha residido en el n¨²mero 14 de la calle de Sequillo, en el populoso barrio madrile?o de Ascao.

Un piso bajo ha sido la residencia de la madre, la hermana y el propio Jamal. Seg¨²n comentaron algunos vecinos, ¨²ltimamente tambi¨¦n resid¨ªa Mohamed Cahoui, tambi¨¦n ahora detenido que, seg¨²n algunas fuentes, es hermanastro del primero (al tener ambos la misma madre).

El barrio de Ascao se convirti¨® ayer en un lugar repleto de periodistas y de agentes de Informaci¨®n dedicados a la lucha antiterrorista. "Hac¨ªa varios d¨ªas que no se les ve¨ªa ni entrar ni salir, en especial al chaval [Jamal]. La madre vino el pasado s¨¢bado por la ma?ana y se march¨® a toda velocidad", explic¨® otra mujer que reside en el mismo inmueble.

Algunos vecinos se mostraron hostiles y pidieron que se dejara trabajar a la polic¨ªa. "Eran unos marroqu¨ªes educados, que ya estaban muy asentados en el barrio. Tienen una tienda de frutos secos y comestibles", a?adi¨® otro residente.

Jamal Zougan y su hermanastro llevaban ocho a?os regentado diversos comercios en la zona, entre ellos una ferreter¨ªa, una tienda de comestibles y el locutorio Nuevo Siglo, en el n¨²mero 17 de la calle del Tribulete.

Los residentes en el barrio de Lavapi¨¦s tambi¨¦n destacaron lo conocidos que eran los detenidos: "Eran personas que iban muy modernas vestidas y que eran muy divertidos con todo el barrio", se?alaron varios conocidos.

Seg¨²n comentaron algunos vecinos, el ¨²ltimo en llegar al negocio fue Jamal Zougan, que fue contratado por sus amplios conocimientos en el mundo de la inform¨¢tica y por ser un experto en liberar las tarjetas de los tel¨¦fonos m¨®viles.

De hecho, la tienda que regentaban se hab¨ªa convertido en una de las que m¨¢s afluencia ten¨ªa en los alrededores. Los m¨®viles ten¨ªan un precio bastante m¨¢s reducido que en otros puntos de distribuci¨®n, lo que hac¨ªa pensar a los vecinos que la mayor¨ªa de estos terminales hab¨ªa sido robado. Adem¨¢s se pod¨ªa recargar las tarjetas de prepago.