En campa?a y frente al horror
El d¨ªa 10 de marzo envi¨¦ a EL PA?S un art¨ªculo titulado En campa?a. Al d¨ªa siguiente llam¨¦ al peri¨®dico para retirarlo ante la masacre de Madrid. El d¨ªa 12 elabor¨¦ otro art¨ªculo titulado Frente al horror, bajo el impacto de lo ocurrido y con la certidumbre de que eran terroristas internacionales. Aunque s¨®lo sea testimonialmente, me ha parecido oportuno rescatar ambos art¨ªculos.
10 de marzo / En campa?a
Extra?a campa?a electoral, sin debates democr¨¢ticos entre candidatos, sin contraste de propuestas ante los electores. Al menos en las elecciones generales, porque donde gobierna el PP no hay debates, porque en las andaluzas, donde gobiernan los socialistas, hay toda la oferta de debate que deseen las fuerzas pol¨ªticas.
Recorro las cuatro esquinas de Espa?a, sin pedir nada para m¨ª, fuera de toda aspiraci¨®n representativa o institucional. Hablo desde mi preocupaci¨®n de ciudadano, marcado, sin duda, por una larga experiencia de gobierno, de pol¨ªtica europea, de relaciones con el mundo, tambi¨¦n como dirigente partidario durante un cuarto de siglo.
En tres grandes temas se centra esta preocupaci¨®n, que traslado con la pasi¨®n de siempre a los ciudadanos que acuden a la cita y con la libertad a?adida de vivir para lo que digo y no de lo que digo. Soy duro calificando la acci¨®n de gobierno, pero la dureza va acompa?ada de explicaciones concretas, a veces minuciosas. Pensaba y pienso que son decisivas estas elecciones, aunque se quieren hacer pasar como una contienda m¨¢s, adormeciendo el esp¨ªritu c¨ªvico y, por ello, cr¨ªtico de la ciudadan¨ªa.
No veo al Gobierno saliente asumir ante el electorado las decisiones que han marcado esta legislatura y marcar¨¢n, en la misma direcci¨®n, si ganaran, la siguiente.
As¨ª, no quieren hablar de la aventura belicista de Irak, que tratan de despachar con un euro arrojado a la cara de quien tiene la osad¨ªa de preguntar por las mentiras de esta guerra, m¨¢s viva y preocupante hoy que hace un a?o. Se deshace Irak, se deshace la paz entre Israel y Palestina, se deshace Afganist¨¢n y los responsables del Gobierno de Espa?a, unidos o uncidos al carro de la estrategia agresiva de la Administraci¨®n de Bush, no saben, no contestan.
Pero pasada la fecha del 14 de marzo, dir¨¢n que los votos que reciban confirman esta senda de nuestra pol¨ªtica exterior que ellos han marcado unilateralmente, rompiendo los consensos y prioridades anteriores. Y si esos votos fueran mayoritarios, seguir¨ªamos obedientes y sumisos en esta deriva extremista que nada tiene que ver con los intereses de Espa?a, ni siquiera con los de EE UU, como proclaman los dem¨®cratas neg¨¢ndose a intercambiar muerte y destrucci¨®n por intereses petroleros.
Hemos cambiado nuestra posici¨®n en Europa, abandonando el protagonismo que nos corresponde en su construcci¨®n pol¨ªtica. Ni con la mayor¨ªa, a la que ya se pasa Blair, con Francia, Alemania, el Benelux y otros, ni con la minor¨ªa, que tiene intereses contrapuestos a los nuestros en el reparto de fondos. Solos en Europa, dividiendo a los europeos, al servicio de la estrategia de los republicanos de Estados Unidos. ?En qu¨¦ hemos ganado como pa¨ªs?
Se agrian nuestras relaciones con el Mediterr¨¢neo, espoleadas por la irresponsabilidad de los gobernantes. Pero tambi¨¦n se distancian de nuestras posiciones los pa¨ªses iberoamericanos, en los que no dejan de preguntarme, siempre que hablo con sus dirigentes: ?a cambio de qu¨¦ ha hecho esto Espa?a? No tengo respuesta, salvo aclarar que si Espa?a son los espa?oles, la inmensa mayor¨ªa ha estado y est¨¢ en contra de este disparate estrat¨¦gico frente a la amenaza del terror.
En este planeta de la globalizaci¨®n, la pol¨ªtica europea es ya pol¨ªtica interior y la pol¨ªtica exterior influye decisivamente en nuestro futuro como pa¨ªs. Pero en la campa?a no est¨¢, se elude cualquier referencia, para poder decir -al d¨ªa siguiente- que los ciudadanos que de buena fe den su voto a este oscuro prop¨®sito est¨¢n avalando esa pol¨ªtica irresponsable y disparatada.
Y tambi¨¦n hablo a los ciudadanos de la pol¨ªtica interior y territorial que se est¨¢ practicando por el Gobierno del PP. ?Es tan dif¨ªcil construir convivencia, que se tardan generaciones esforz¨¢ndose en la tolerancia, en la superaci¨®n del rencor, en la aceptaci¨®n del discrepante -por sus ideas o por sus sentimientos de pertenencia-! Por el contrario, ?es tan f¨¢cil destruir esos valores de convivencia y tan r¨¢pido su deterioro!
La primera obligaci¨®n de los que dirigen los destinos de la naci¨®n, la de mantener unidos a los espa?oles, en su pluralidad y en su diversidad, no se est¨¢ cumpliendo. El prop¨®sito, que aflora cada d¨ªa en los discursos de campa?a de los l¨ªderes del PP, sigue siendo dividir, enfrentar, amenazar con peligros que ellos contribuyen a crear o incrementar. ?O todos contra el PP, o el PP!, gritan por doquier, mientras la realidad de estos cuatro a?os muestra al PP contra todos, empezando por los que fueron sus socios y aliados en los a?os anteriores.
Insisto en el abandono de los servicios p¨²blicos, de la protecci¨®n civil hasta la seguridad ciudadana, pasando por la educaci¨®n o la inspecci¨®n de trabajo. Desde la gesti¨®n desastrosa de la cat¨¢strofe del Prestige, hasta la arrogancia de frases emblem¨¢ticas como el que quiera seguridad que se la pague.
Pero tambi¨¦n hablo del abandono de la defensa nacional, envuelto en discursos banales de patriotismo pero sin capacidad de reclutamiento. O del comportamiento con los militares muertos en el terrible accidente del avi¨®n ucraniano, desconociendo los informes previos y desatendiendo a las familias. O del menosprecio de nuestros servicios de inteligencia en Irak, presumiendo de no haberlos tenido en cuenta para sumarse a la declaraci¨®n de guerra de las Azores.
Pero no acaba ah¨ª, ni tampoco lo dejo ah¨ª, porque el crecimiento de la econom¨ªa iniciado en 1994 se ha repartido de manera desigual. El modelo se est¨¢ agotando y Espa?a pierde posiciones en desarrollo humano -pasa del puesto 8 al 21-, pero tambi¨¦n en acceso a las nuevas tecnolog¨ªas -estamos en el puesto 28, siendo la octava potencia en producto bruto-. El resultado de esta econom¨ªa de ladrillo y cemento, aun con un reparto de la renta disponible negativo para los salarios, nos est¨¢ sacando de la competencia, dejando fuera del acceso a la vivienda a cientos de miles de j¨®venes, y a millones de familias sin poder llegar a fin de mes.
Por eso pido el voto para Zapatero. De los j¨®venes, protagonistas del cambio en las grandes ocasiones. De los desencantados progresistas que pueden volver comprendiendo que su voto es imprescindible para cambiar el rumbo de nuestro pa¨ªs. De la gente de centro que se crey¨® que el viaje del PP desde la derecha rancia hasta la moderaci¨®n era verdad y los ven de vuelta a las viejas posiciones de AP, con sus discursos amenazantes. Incluso el voto de la gente de derecha moderada que acepta mal que Espa?a sea colonizada por la estrategia de los republicanos de Estados Unidos o que creen que el Papa ten¨ªa raz¨®n, como millones de espa?olescuando trataba de evitar la locura de Irak. Y creo que el domingo 14 de marzo habr¨¢ sorpresas que cambiar¨¢n nuestro destino com¨²n.
12 de marzo / Frente al horror
Me cuesta expresarlo con palabras. Es el sentimiento de impotencia ante la barbarie sin l¨ªmites que tantos ciudadanos sienten. Crece sin cesar el n¨²mero de muertos, casi dos centenares ya, y de heridos, m¨¢s de mil, como nunca antes en las acciones terroristas que hemos padecido. Y mi memoria me retrotrae, inevitablemente, a otros momentos vividos desde la responsabilidad de Gobierno.
?Y antes que todo, en mis sentimientos, las familias rotas, v¨ªctimas inocentes de estos asesinos inhumanos! Tantas gentes de condici¨®n humilde, nacionales e inmigrantes, de los que madrugan a la vida, d¨ªa tras d¨ªa, a?o tras a?o.
Atentado contra la convivencia en paz y en libertad, contra todos, ciudadanos que piensan de una u otra manera, con or¨ªgenes distintos, en este Madrid que sigue siendo rompeolas de todas las Espa?as. Ciudadanos unidos en el horror y la rabia ante la salvajada asesina.
Reaccionemos todos, m¨¢s all¨¢ de cualquier diferencia, como si fu¨¦ramos lo que debemos ser, una familia unida en el dolor en esta realidad que es Espa?a, nuestro territorio compartido, nuestra historia com¨²n.
Unidad, unidad frente al terror. No hay un bien m¨¢s preciado para los ciudadanos, sean de donde sean, tengan unas u otras ideas, unas u otras maneras de ver la vida. Que nadie confunda a los culpables, porque son los que son, con unas u otras siglas, con unas u otras excusas. Que nadie se deslice hacia valoraciones que aumenten el dolor, la crispaci¨®n, la divisi¨®n entre ciudadanos.
La unidad no puede ser respuesta a la coyuntura, cuando nos sentimos abrumados por la magnitud del dolor de tanta gente, sino de la serenidad en la comprensi¨®n del fen¨®meno, sin arrogancias, sin prepotencias, sin descalificar la opini¨®n del otro. Eso que llam¨¢bamos consenso, para construir la convivencia y arrinconar a los culpables, aislarlos hasta que pierdan toda la esperanza y sean derrotados.
Lo he vivido y lo revivo ahora. Lo he sentido y lo vuelvo a sentir ahora. He sentido el dolor por las v¨ªctimas y el dolor por la incomprensi¨®n de los que se atreven a utilizar contra los adversarios la rabia justa de los ciudadanos. Suprimamos el dolor a?adido, concentr¨¦monos en el dolor por la tragedia y unamos nuestras fuerzas, todas nuestras fuerzas, para acabar con ellos. Nuestra convivencia, nuestro futuro est¨¢ en juego. Es inevitable que los ciudadanos quieran saber qui¨¦nes son los culpables, aunque para las v¨ªctimas, para sus familias y amigos, lo que importa es el desgarro incomprensible de sus vidas. Es inevitable y necesario, como siempre, pero m¨¢s que siempre.
He gobernado y comprendo a los gobernantes, aunque haya discrepado de decisiones muy importantes, en nuestra pol¨ªtica exterior, en la territorial. Por eso veo natural que se piense en ETA, porque ETA es capaz de hacer lo mismo y lo ha demostrado asesinando a centenares de ciudadanos de toda condici¨®n. Por eso he cre¨ªdo al Ministro del Interior cuando aseguraba rotundamente la autor¨ªa de ETA. Por eso soy incapaz de expresar lo que o¨ª decir al Sr. Aznar ante el asesinato de Tom¨¢s y Valiente y la enorme manifestaci¨®n de dolor de los ciudadanos de toda Espa?a, en momentos similares a los que estamos viviendo, en febrero de 1996.
Como lo he vivido, quiero decir a los ciudadanos irritados contra los pol¨ªticos que, sea quien sea quien gobierne, nadie siente m¨¢s y m¨¢s duramente el zarpazo del terror que los responsables gubernamentales.
Pero tambi¨¦n es l¨®gico pensar en el terrorismo internacional, en esa red de redes que llaman Al Qaeda. Por eso hay que extremar la prudencia y la transparencia, que es una combinaci¨®n complicada, cuando se trata de perseguir a los culpables de una masacre como esta. Los indicios que nos llevan a pensar en el terrorismo internacional son muchos, pero esto no cambia la condena y el rechazo a los asesinos de ETA.
Como las de ETA desde hace d¨¦cadas, tambi¨¦n hemos recibido amenazas de ese terrorismo que llamamos internacional. Amenazas cre¨ªbles, que se han materializado en distintos lugares del mundo, porque la amenaza es para todos. Las implicaciones de esta hip¨®tesis son muy serias y hay que tenerlas en consideraci¨®n en la estrategia de la lucha contra esta forma de terrorismo.
He hablado durante los ¨²ltimos a?os de este tema, en particular desde la tragedia de Las Torres Gemelas, advirtiendo sobre los errores que no se pod¨ªan cometer, pero reclamando siempre solidaridad y coordinaci¨®n en la lucha contra la amenaza del terrorismo internacional.
Felipe Gonz¨¢lez es ex presidente del Gobierno espa?ol.
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