"Jap¨®n debe retirar sus tropas de Irak"
Una cuesti¨®n personal; El grito silencioso; Arrancad las semillas, fusilad a los ni?os...; pr¨¢cticamente todas las novelas de Kenzaburo O¨¦ (Ose, Jap¨®n, 1935) -publicadas en Espa?a por Anagrama- aluden de una manera u otra a la amenaza nuclear, el armamentismo, al pacifismo como respuesta. En todas aparece, tambi¨¦n de una forma u otra, su hijo, Hikari, que naci¨® con una grave deficiencia cerebral y que aprendi¨® a expresarse a trav¨¦s de la m¨²sica y es hoy un notable compositor. Salto mortal (Seix Barral), la primera novela que publica desde que gan¨® el Premio Nobel en 1994, no pod¨ªa escapar a estos temas recurrentes, s¨®lo que es m¨¢s extensa (817 p¨¢ginas) y densa que las anteriores.
"No ha quedado ninguna ideolog¨ªa en Jap¨®n. Hay un vac¨ªo de poder, de liderazgo"
"Habr¨ªa que encontrar la forma de canalizar la fuerza y el fanatismo de los j¨®venes"
Los denominados Patr¨®n y Guiador crean una secta que predice el fin del mundo y que predica el arrepentimiento como ¨²nica salvaci¨®n. Una facci¨®n radical se propone hacer volar una central nuclear y, ante la gravedad de la situaci¨®n, ambos l¨ªderes aparecen en televisi¨®n y apostatan. Los fieles se dispersan, pero 10 a?os despu¨¦s Patr¨®n y Guiador reconstruyen la secta.
O¨¦ est¨¢ conmovido por los atentados de Madrid.
Pregunta. ?C¨®mo lo sinti¨®?
Respuesta. Me impresionaron las im¨¢genes de esa multitud llena de dolor, de pena, de ira, manifest¨¢ndose en silencio. En la actitud de los ciudadanos espa?oles vi una semilla de esperanza. Han demostrado una nueva voluntad de la que me gustar¨ªa aprender. Lo que ha pasado en Madrid tambi¨¦n podr¨ªa pasar en Tokio.
P. Su pa¨ªs tiene tropas en Irak.
R. Hace 50 a?os creamos una Constituci¨®n de paz que nos ha ayudado a desarrollar nuestra democracia, una Constituci¨®n que no permite enviar tropas al extranjero. Pero eso ha cambiado. Los sectores m¨¢s conservadores lograron que se enviaran tropas a Irak. Temo que se est¨¦ produciendo un cambio de signo. Jap¨®n deber¨ªa reconsiderar seriamente la experiencia del fracaso de la guerra. Lo que signific¨®. Y debe retirar sus tropas de Irak. Cuando regrese, pienso escribir a favor de la retirada.
P. Cuando gan¨® el Nobel dijo que se dedicar¨ªa a leer. ?Lo ha hecho?
R. S¨ª. Durante tres a?os s¨®lo le¨ª y di clases en Princeton. Luego me puse a escribir Salto mortal.
P. Tambi¨¦n dijo que estudiar¨ªa nuevos g¨¦neros literarios.
R. Lo he hecho. Publiqu¨¦ la novela en 1999 y durante estos cuatro a?os he escrito dos ensayos para ni?os. He querido explicarles lo que es el hombre y lo que es el mundo. De todas mis obras, son los que se han vendido m¨¢s. Mi mujer me ayud¨® con las ilustraciones. Ha sabido expresar muy bien lo que yo concibo y pienso.
P.
Salto mortal es la novela m¨¢s larga que ha escrito.
R. Exacto. Hablo y entiendo muy poco espa?ol, pero he ojeado las cinco ¨²ltimas p¨¢ginas y me he dado cuenta de la sensaci¨®n suave de las palabras. La versi¨®n inglesa es mucho m¨¢s dura. Tengo mucha curiosidad por ver c¨®mo reaccionan los lectores espa?oles. ?A usted qu¨¦ le parece?
P. Estoy abrumada.
R. ?Por qu¨¦?
P. Porque es muy densa. Hay que sentarse y concentrarse.
R. Eso es un halago. Hoy en d¨ªa hay muy poca gente que se ponga a leer libros sentada y concentr¨¢ndose. Hace tres a?os m¨¢s o menos sali¨® en Jap¨®n una nueva traducci¨®n del Quijote muy bonita. Tres escritores j¨®venes hicieron comentarios y dijeron que no iban a leer la segunda parte. Es rar¨ªsimo, ?verdad? Con lo interesante que es. Leyendo la segunda parte, uno se da cuenta de lo divertida que es la primera, y es cuando se entera de que el Quijote es una obra magn¨ªfica. La literatura japonesa retroceder¨¢ si los j¨®venes no se ponen a leer las obras sentados y concentrados.
P. Llama la atenci¨®n que su secta sea de origen cristiano.
R. Judeocristiano. Yo quer¨ªa crear una agrupaci¨®n religiosa que fuera original, que no existiera en ninguna parte del mundo. Ya sabe que en Jap¨®n hubo un grave incidente [en 1995 la secta La Verdad Suprema atent¨® con gas sar¨ªn en el metro de Tokio y provoc¨® 12 muertos y miles de personas intoxicadas]. Ellos s¨ª que recibieron mucha influencia india, pero mi secta es una religi¨®n que es una mezcla de todo.
P. Patr¨®n es un l¨ªder muy extra?o. Tiene trances, y quien los interpreta es Guiador.
R. Pienso lo mismo. Creo que en Jap¨®n no existe ning¨²n l¨ªder verdadero, ninguno que valga la pena. Patr¨®n simboliza el l¨ªder cero, el l¨ªder inactivo. Estuve tres a?os estudiando, tal como dije al principio de la conversaci¨®n. En el siglo XVII aparece un jud¨ªo que se convirti¨® al islam y junto a ¨¦l siempre hab¨ªa un orador. Me llam¨® la atenci¨®n el que un l¨ªder tuviera necesidad de un orador.
P. Patr¨®n tiene incluso una llaga en el costado.
R. Quer¨ªa expresar as¨ª que el l¨ªder es un farsante. La imagen que tenemos los japoneses de un l¨ªder judeocristiano es que tenga una llaga sagrada. Y hay algo m¨¢s. Mi hijo naci¨® con una lesi¨®n muy grave en el cerebro. Un ser inocente que nace y que ya viene con la carga de una lesi¨®n. El hecho de tener un hijo as¨ª y la llaga del Patr¨®n tienen una relaci¨®n entre s¨ª. No s¨¦ explicarme bien, pero quer¨ªa manifestar mi dolor y tambi¨¦n entender mejor a mi hijo.
P. ?Tiene alguna relaci¨®n el personaje Morio, que s¨®lo se expresa a trav¨¦s de la m¨²sica, con su hijo?
R. Mi hijo con problemas crea m¨²sica y siempre sale en mis novelas. Dentro de mi coraz¨®n esta expresi¨®n, mori, tiene mucho que ver con la muerte. Mori en japon¨¦s es bosque, y para m¨ª lo m¨¢s misterioso es el bosque.
P. Es su novela menos autobiogr¨¢fica.
R. Es la primera vez que pongo mi primera persona en tercera. Mi hija me puso un apodo. Cuando yo no estoy en casa, por lo visto, me llaman Patr¨®n.
P. La secta se disgrega despu¨¦s de intentar volar una central nuclear, pero cuando vuelve a reunirse se plantea comprar armas.
R. Cuando renace de sus cenizas planea ser especialmente violenta. El l¨ªder no quiere ese tipo de violencia, no es lo que promueve. Son los j¨®venes los que retoman la secta, y lo hacen de una forma m¨¢s violenta. Preocupa mucho en Jap¨®n la creaci¨®n de sectas. Habr¨ªa que encontrar la forma de canalizar la fuerza y el fanatismo de los j¨®venes y de animarlos a que participen en asociaciones pacifistas.
P. ?C¨®mo son los j¨®venes japoneses de hoy?
R. Tras la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica no ha quedado ninguna ideolog¨ªa en Jap¨®n. Hay un vac¨ªo de poder, de liderazgo. No hay movimientos universitarios. ?Qu¨¦ es lo que influye en los j¨®venes? ?Ad¨®nde se agarran? ?Qu¨¦ es lo que siguen? Hay un grupo budista, Cometo, que tiene una facci¨®n pol¨ªtica que apoya al primer ministro. Esto no es sano. La falta de liderazgo y la falta de proyectos, crear una nueva identidad a trav¨¦s de la experiencia, todo eso es lo que sue?an mis novelas.
P. Cuando recibi¨® el Premio Nobel, rechaz¨® en su pa¨ªs la Orden del M¨¦rito. ?Por qu¨¦?
R. Es una distinci¨®n importante y comporta mucho dinero, pero hab¨ªa un peque?o problema: esa orden la da en mano el emperador en el Palacio Imperial. Antes de la guerra, el emperador era un dios. Con la Constituci¨®n, eso se acab¨®, s¨®lo es un s¨ªmbolo, pero aun as¨ª yo no quiero tener ninguna vinculaci¨®n con el emperador.
P. ?Est¨¢ escribiendo un nuevo libro?
R. Lo estoy preparando. Yo era muy amigo de Edward Said, y antes de que muriera habl¨¢bamos sobre Beethoven y de la gran belleza de los trabajos que hizo al final de su vida. Los dos pens¨¢bamos que los novelistas debemos escribir al final de nuestras vidas sobre la esperanza. Tenemos que hablar a la sociedad de esperanza, de algo brillante, limpio, de futuro, algo que aporte valent¨ªa y fuerza. Y eso es lo que voy a hacer. La primera palabra espa?ola que aprend¨ª fue esperanza. Es bonita y dulce.
Babelia
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