Ah¨ª, donde yo
Con sus tres ¨²ltimos libros publicados, a los que ahora se suma Lo de ella, Concha Garc¨ªa (La Rambla, C¨®rdoba, 1956) ha conseguido una consolidada madurez, una voz po¨¦tica m¨¢s que importante en el conjunto de la poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea. En esta ¨²ltima etapa de su escritura, la tensi¨®n y la fragmentaci¨®n ling¨¹¨ªstica que daba sentido a su poes¨ªa ha venido a ocupar el espacio de un sujeto igualmente tenso y fragmentado, interlocutor directo de un di¨¢logo que el poema establece en su deseo de comprender la realidad de un mundo desconcertante y confuso. Su libro anterior, ?rboles que ya florecer¨¢n, crec¨ªa en la inquietud del porvenir, en la esperanza de un all¨ª por llegar en contradicci¨®n con el aqu¨ª del presente cotidiano, un futuro finalmente tambi¨¦n imprevisible y desconcertante. Por eso en Lo de ella, el sujeto se abre a un juego de inmediatez donde se narra a s¨ª mismo ("S¨®lo me tengo a m¨ª"), donde se reencuentra en sus apariencias y se difumina en "el doblez de lo que ya tiene". La inmediatez de ese yo se muestra en "un tiempo / que cabe aqu¨ª, no all¨ª", que alarga lo que puede ese camino hacia el futuro infinito, y se detiene y juega con lo que es, con lo que ha sido y lo que podr¨ªa haber sido: "Lo de ella es como la tierra / en esa efervescente hinchaz¨®n / que traen las primaveras, / pero / yo, la que fui, la que queda". La escritura sigue buscando el sentido en descripciones naturalistas, en la repetici¨®n de lo cotidiano, mientras que el sujeto, al igual que las cosas, es un complejo de recuerdos, de sentimientos ligados a un espacio y a un tiempo, a su duraci¨®n.
LO DE ELLA
Concha Garc¨ªa
Icaria. Barcelona, 2004
70 p¨¢ginas, 9 euros
Las cosas carecen por s¨ª mismas de ritualidad m¨¢s all¨¢ de su repetici¨®n, hay que darles continuidad: "Me encanta recordarme. Ser varias / entre otras. Repartir osad¨ªas / en noches oscuras. Saber que / la continuidad no es rito". Parte este libro de un punto de vista estrictamente femenino de la existencia, de un foco declarado que tamiza los instantes de vida, y que incluso hace patentes los sue?os: "Algunas veces, / despu¨¦s de caer, / mi pensamiento se coloca / en la fisura, en el fino hueco / del que sale toda luz". Y de ah¨ª surge este libro que mezcla y re¨²ne, pues sus fragmentos, m¨¢s que aforismos, son r¨¢fagas de luz, peque?as redes que atrapan sensaciones, una amalgama de instant¨¢neas detenidas en el tiempo, un vaiv¨¦n de huellas y sue?os: "Esa disposici¨®n a dar vueltas / sin regresar de lugar alguno / lleva a tu boca lo no decible / r¨ªos de pensamientos que callan". Una voz de mujer que se asoma a la propia identidad en el cuerpo poli¨¦drico de una escritura que es como ese "peque?o diamante / que en su brillo se oculta". Peque?os trozos del ser, luminosos ¨¢ngulos que se reflejan en un cielo quebrado, pliegues que se dibujan "ah¨ª, donde yo".
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