SARA ENCINAS SORIANO / "Nadie se sienta en su sitio"

Cuando Marta le dijo adi¨®s a Sara Encinas, de 26 a?os, vecina de Vic¨¢lvaro, el mi¨¦rcoles 10, jam¨¢s pens¨® que no la volver¨ªa a ver sentada en su puesto de operadora telef¨®nica de Conecta, en Alcobendas. Pero ah¨ª est¨¢ la silla, vac¨ªa, con un lazo de luto atado y un poema de despedida. "Nadie se sienta en su sitio", asegura Marta.

Tampoco Raquel digiere bien los cruasanes a la plancha. "Es lo que desayunaba todos los d¨ªas; eso y un caf¨¦ con leche en los 10 minutos de descanso". As¨ª romp¨ªa su ritmo de 9.00 a 15.30, en el que contestaba las llamadas a los clientes que buscaban informaci¨®n financiera. Entre dato y dato, dejaba correr sus sue?os de chica positiva, estudiante tambi¨¦n de Derecho en la Universidad Aut¨®noma, a la que le gustaba salir con sus amigos y con ?scar, su novio formal desde hace seis. "Se hab¨ªan metido en un piso que les dar¨ªan en 2007 y estaban muy ilusionados. Esperaban que no les timaran, como hab¨ªa pasado ya con otra cooperativa que se qued¨® con todo su dinero", cuenta Chari, otra compa?era, que a?ade: "A pesar de esas cosas, era todo alegr¨ªa".

Puede que el optimismo le viniera de su energ¨ªa contagiosa. O quiz¨¢ tambi¨¦n se le pegara con el aire fresco del campo, adonde iba constantemente Sara, puede que para guardar mejor su dieta vegetariana. Para sus compa?eros ha sido dura su p¨¦rdida y la de Loli, Mar¨ªa Dolores de la Fuente, otra trabajadora de Conecta que tambi¨¦n perdi¨® la vida en los atentados.

Sara constru¨ªa sin pedir nada a cambio: "Recuerdo c¨®mo se preocup¨® hasta el final de su abuelo, que muri¨® en enero. Fue perdiendo la cabeza y Sara se preocup¨® de que no se le olvidara leer. Su muerte le afect¨® mucho. No se present¨® a los ex¨¢menes parciales de febrero. Pero pensaba aprobar todo lo que pudiera en junio", recuerda Marta. "No s¨¦, a lo mejor este detalle te ayuda a conocerla mejor...".-