Locuras belcantistas
Un teatro de ¨®pera que se precie, es decir, con su proyecci¨®n social y educativa correspondiente, debe realizar actividades paralelas que complementen su pol¨ªtica de espect¨¢culos. El Teatro Real ha organizado, coincidiendo con las representaciones de Don Pasquale, un taller de ¨®pera en torno a Donizetti, con direcci¨®n del tenor Enrique Viana.
Los alumnos han mostrado lo fruct¨ªfero de su aprendizaje a varios niveles -vocal, expresivo, teatral- en un espect¨¢culo alrededor del ¨²ltimo compositor belcantista, con fragmentos escenificados de algunos de sus t¨ªtulos: bufos como Olivo e Pasquale o L'ajo nell'imbarazo; c¨®micos como Rita; semiserios como Alina, regina di Goiconda, Il furioso all'isola di San Domingo o Linda di Chamounix; farsas como La lettera an¨®nima o I pazzi per progetto; gozosos como Betly, o serios como Anna Bolena.
Tardes con Donizetti
Director: Enrique Viana. Piano: Andr¨¦s Juncos. Con Celia Alcedo, Alba Forast¨¦, Elena L¨®pez, Carolina Masetti, Amanda Serna, Paz Mart¨ªnez, Andoni Bara?ano, Isidro Anaya, Pedro Llarena, H¨¦ctor Guerrero, Mercedes Arcuri, Beatriz D¨ªaz, Julio Morales y Javier Gal¨¢n. Teatro Real, 18 de marzo.
Todo ello engarzado en un formato teatral con continuidad. Lo que pod¨ªa haber sido una funci¨®n de fin de curso sin m¨¢s ha desembocado en un vistoso espect¨¢culo, con unas prestaciones musicales y teatrales de alta categor¨ªa art¨ªstica y profesional.
Tenor-actor-pedagogo
Enrique Viana ha dado una vuelta de tuerca adicional a su trayectoria art¨ªstica. En su d¨ªa lidi¨® como tenor heroico (aunque no en sentido wagneriano, claro) en los espacios m¨¢s ins¨®litos -iglesias de ac¨²stica infame, por ejemplo- con los programas belcantistas m¨¢s exigentes; particip¨® en espect¨¢culos teatrales casi a su medida hasta que invent¨® el suyo propio, La locura de un tenor, con un punto de imaginativa extravagancia; volc¨® sus conocimientos en diferentes cursos de canto -maravilloso el de Aranjuez- consiguiendo un extraordinario prestigio como pedagogo.
Toda esta trayectoria se sintetiza en Tardes con Donizetti. Y adem¨¢s el tenor-actor-pedagogo se revela como director de escena. Trajes de ¨¦poca, pelucas, unos primorosos maquillajes le sirven a Viana para desarrollar su personal est¨¦tica.
Utiliza con soltura el espacio y se desenvuelve como pez en el agua en un planteamiento gestual lleno de tics que a veces recuerdan los del cine mudo. Tiene sentido del humor, una iron¨ªa nunca desmesurada y un dominio especial de las situaciones autocr¨ªticas o travestidas.
Los cantantes responden a la perfecci¨®n, incluso en la faceta teatral. Y el pianista, Andr¨¦s Junco, estupendo en el juego de complicidades. El ¨¦xito fue inmenso en el abarrotado Caf¨¦ de Palacio del Real. Las l¨¢grimas de felicidad se asomaron al creador del invento. Donizetti y Viana: una pareja feliz. Que dure.
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