Siete a?os esperando la Carta Municipal

Antes de las auton¨®micas, el gobierno de progreso del Ayuntamiento de Barcelona ten¨ªa adversarios pol¨ªticos en las dos instituciones con las que ten¨ªa que negociar los asuntos m¨¢s importantes, la Generalitat y la Administraci¨®n central. La constituci¨®n del tripartito presidido por Maragall provoc¨® una amplia sonrisa en los rostros del alcalde y los concenales de la mayor¨ªa de gobierno. No era para menos, despu¨¦s de 23 a?os de dificultosa y a veces tensa relaci¨®n entre el gobierno municipal, integrado por el PSC, ERC e IC, y el Gobierno de CiU en la Generalitat.

La perspectiva de partir de muchos planteamientos parecidos en cuestiones como la educaci¨®n, vivienda e infraestructuras ya iba a facilitar el entendimiento. Pero muchos de estos asuntos depend¨ªan, en ¨²ltima instancia, del Gobierno central. Y el 14-M lleg¨® la carambola: la victoria del PSOE colocaba en Madrid a un Gobierno af¨ªn.

La carta se encall¨® en la negociaci¨®n con el Gobierno del PP

Numerosas cuestiones que afectan a Barcelona dependen de la buena sinton¨ªa entre el gobiermo municipal y la Administraci¨®n central, como la biblioteca provincial, pero algunas de gran calado y otras muy urgentes:

Carta Municipal. La ley especial de Barcelona se aprob¨® por unanimidad del Parlament en 1997 y a¨²n no se ha podido promulgar. Sufri¨® varios a?os de retraso por la negociaci¨®n de sus contenidos con la Generalitat y se encall¨® definitivamente en la negociaci¨®n con el Gobierno del PP. Una parte de la Carta Municipal implica la modificaci¨®n de leyes generales que deben ser sancionadas por el Congreso de los Diputados. Barcelona ha visto pasar una legislatura entera sin que la carta avanzara un mil¨ªmetro en los feudos pol¨ªticos del Partido Popular. Se trata de la parte del articulado que refuerza el papel y las competencias del Ayuntamiento y que supone, entre otras cosas, que el consistorio est¨¦ presente en los ¨®rganos de decisi¨®n del puerto y del aeropuerto.

Los otros dos grandes cap¨ªtulos pendientes de aprobar son los relativos a la organizaci¨®n de la justicia local y la financiaci¨®n local. En cuanto a la justicia local, propone la creaci¨®n de jueces de distrito con atribuciones parecidas a las que tienen los jueces de paz. Intervendr¨ªan en los casos de faltas, como denuncias entre particulares. En cuanto a la financiaci¨®n local, el Ayuntamiento reclama mayor participaci¨®n en varios impuestos. Concretamente, pide la cesi¨®n del 10% del impuesto de hidrocarburos y el 5% del IVA. La Carta Municipal tambi¨¦n concede al alcalde atribuciones directas en seguridad vial, como la retirada del carnet de conducir en algunos supuestos.

- Zoo marino. Con el zoo marino ha pasado algo parecido a lo ocurrido con la Carta Municipal . Pese a que el Gobierno del PP parec¨ªa estar de acuerdo inicialmente, lo cierto es que el Ministerio de Medio Ambiente ha retrasado y negado finalmente la autorizaci¨®n para ganar al mar siete hect¨¢reas. En 1992, la Direcci¨®n General de Costas concedi¨® permiso para el zoo marino en las seis hect¨¢reas ya ganadas al mar por la reforma del litoral que se hizo con los Juegos Ol¨ªmpicos. Un a?o despu¨¦s, el Ayuntamiento solicit¨® la ampliaci¨®n en siete hect¨¢reas m¨¢s para que el futuro zoo marino tuviera en total 13. La Generalitat emiti¨® un dictamen favorable en la declaraci¨®n de impacto ambiental y el ministerio condicion¨® la concesi¨®n del permiso al resultado de una revisi¨®n de esa declaraci¨®n y del proyecto de zoo en lo relativo a usos y edificios.

Pese a que en julio el ministerio se pronunci¨® a favor del proyecto, el pasado mes de febrero rechaz¨® de plano la autorizaci¨®n. El proyecto del zoo marino y el de una reserva natural fuera de Barcelona -ambas iniciativas defendidas por el Ayuntamiento- facilitar¨ªa liberar el espacio que actualmente ocupa el zoo en la Ciutadella y unir ese parque con el de la Barceloneta. Se trata de un antiguo proyecto que el alcalde Joan Clos defiende con firmeza pese a que uno de sus socios de gobierno, Jordi Portabella, de ERC, no acaba de estar del todo de acuerdo.

- Dependencias policiales.Los primeros 700 mossos empezar¨¢n a patrullar por Barcelona el pr¨®ximo mes de octubre, pero no disponen a¨²n de las comisar¨ªas necesarias para ser la polic¨ªa ordinaria en la ciudad. El Gobierno catal¨¢n hab¨ªa reclamado al central que le cediera las comisar¨ªas de Nou de la Rambla y Nou Barris, construidas con motivo de los Juegos Ol¨ªmpicos y que se vaciar¨¢n cuando se complete el despliegue de la polic¨ªa auton¨®mica, en el oto?o de 2005. La Generalitat da por hecho que, con el PSOE en el poder, se producir¨¢ ese traspaso de equipamientos que el PP siempre regate¨®, especialmente en el caso de la comisaria de Nou Barris. Tambi¨¦n se espera que la comisar¨ªa del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de la plaza de Espanya, de la que es titular el Ayuntamiento, sea transferida a los Mossos d'Esquadra.