Metamorfosis rojiblanca

Presionar y correr. La abulia del Atl¨¦tico, el barullo habitual, se transform¨®, al menos, en la estructura elemental de un equipo de f¨²tbol: balones a la espalda de la defensa del Betis y dos hombres, Paunovic y Torres, corriendo como flechas tras el bal¨®n raso y perpendicular a la l¨ªnea de gol. Con una receta tan sencilla, los rojiblancos tuvieron hasta una docena de oportunidades claras. Y as¨ª, marc¨® el yugoslavo el primer tanto. Un bal¨®n largo a Torres, que, tras driblar en el ¨¢rea peque?a, sirvi¨® atr¨¢s a Paunovic para que fusilara la superioridad del equipo madrile?o. Y as¨ª marc¨® el propio Torres el segundo.

Paunovic y Fernando Torres, adem¨¢s de correr mucho, se compenetraron a la perfecci¨®n en la interpretaci¨®n del contraataque. Paunovic le dio un gol a Torres y Torres otro a Paunovic. El del Ni?o, que cumpl¨ªa veinte a?os, fue a los pocos segundos del empate b¨¦tico. Una jugada extraordinaria del delantero, que recorri¨® medio campo con la pelota cosida al pie, se apoy¨® en Paunovic y se encontr¨® solo frente a Prats. Raso y a un lado, coloc¨® el bal¨®n en la red. Una jugada perfecta a velocidad escalofriante.

El Betis s¨®lo tuvo una ocasi¨®n, adem¨¢s del gol de Joaqu¨ªn. Pero fue la m¨¢s clara del partido, exceptuando los tantos. Tote se encontr¨® solo y sin portero, con todo el tiempo del mundo y la pelota en su pierna buena, la izquierda, e incomprensiblemente mand¨® fuera el bal¨®n. El delantero b¨¦tico estuvo especialmente aturdido durante todo el tiempo que permaneci¨® en el campo. Tampoco Alfonso estuvo mucho m¨¢s l¨²cido. Ni Joaqu¨ªn o Denilson por las bandas, inexistentes. Ni Benjam¨ªn e Ito, imprecisos y lentos, superados por De los Santos e Ibagaza.

El Atl¨¦tico, sin sacar brillo a la pelota, se mov¨ªa con velocidad e intenci¨®n. Ibagaza ejerc¨ªa de lanzadera a las carreras de los dos delanteros o a las entradas por la derecha de Aguilera. Nano despert¨® en el segundo tiempo y tom¨® el relevo del capit¨¢n, pero asociado a Sergi y por la izquierda.

El equipo madrile?o entendi¨® que recuperando el bal¨®n muy adelante se ahorra el engorro de elaborar el juego desde atr¨¢s. Algo para lo que De los Santos no est¨¢ muy dotado. Adem¨¢s, la defensa resolvi¨® con solvencia los escasos problemas que le planteaba el Betis, que sin embargo defendi¨® bastante mal. El conjunto sevillano perd¨ªa de manera inmediata la pelota nada m¨¢s cruzar el medio campo, pero, si por alguna extra?a casualidad la pelota se acercaba al ¨¢rea de Aragoneses, all¨ª estaban Lequi y Garc¨ªa Calvo para resolver el envite.

El Atl¨¦tico recuperaba el bal¨®n muy r¨¢pido. Y despu¨¦s se dedicaba a explotar, como un ni?o con un juguete nuevo, las posibilidades de ese descubrimiento: el f¨²tbol veloz y vertical. Los laterales tambi¨¦n participaron de la transformaci¨®n. Sobre todo, Sergi. El catal¨¢n subi¨® mucho por su banda, la izquierda, y desbord¨® con bastante facilidad a un Joaqu¨ªn ausente. Una vez superado ¨¦ste, Sergi y Nano afrontaban con superioridad a Varela.

El Atl¨¦tico apost¨® por la velocidad y la presi¨®n. Toda una novedad. Y funcion¨®. Una metamorfosis que no presenci¨® el Frente Atl¨¦tico. El fondo sur del Calder¨®n permaneci¨® vac¨ªo durante todo el encuentro, con velas encendidas sobre los asientos y pancartas de recuerdo a las 202 v¨ªctimas del atentando del pasado 11 de marzo en Madrid.