Los secretos del monte
Paseos de primavera por algunas de las arboledas andaluzas singulares
La ley de la flora y la fauna silvestres de Andaluc¨ªa, aprobada a finales del pasado mes de octubre, contempla, entre otras disposiciones, la creaci¨®n de un cat¨¢logo de ¨¢rboles y arboledas singulares de Andaluc¨ªa. De esta manera, la Administraci¨®n ambiental podr¨¢ tutelar uno de los cap¨ªtulos m¨¢s humildes del patrimonio natural andaluz,
C¨®rdoba, gracias al empe?o de su Diputaci¨®n, fue la provincia que primero elabor¨® un inventario de ¨¢rboles y arboledas singulares, tarea en la que fue decisiva la colaboraci¨®n ciudadana. Este modelo participativo se ha ido extendiendo al resto de Andaluc¨ªa y ha servido para que la Consejer¨ªa de Medio Ambiente recopile abundante informaci¨®n a prop¨®sito de estos elementos bot¨¢nicos. Adem¨¢s del cat¨¢logo cordob¨¦s ya se han publicado los de C¨¢diz y Granada, mientras que los correspondientes al resto de provincias andaluzas se encuentran en fase de elaboraci¨®n.
Un repaso a la n¨®mina de arboledas que se han publicitado hasta ahora permite se?alar algunos originales destinos para los viajeros que estos d¨ªas andan preparando sus primeras escapadas de primavera.
- Canuto del Montero (Alcal¨¢ de los Gazules, C¨¢diz). Sobre una superficie de algo menos de 400 hect¨¢reas crece uno de los bosques de niebla m¨¢s interesantes de la regi¨®n. Este tipo de formaciones, conocidas popularmente como canutos, registran un particular microclima h¨²medo y c¨¢lido, motivo por el que en ellas encontraron refugio, hace m¨¢s de 50 millones de a?os, un nutrido grupo de especies vegetales que entonces proliferaban merced al ambiente casi tropical que dominaba el continente. En este caso, siguiendo el curso del r¨ªo Montero, crece una tupida arboleda de quejigos que, buscando la luz en la espesura, se levantan por encima de los 20 metros y que suelen estar tapizados de musgo y cubiertos de hiedras. No menos espectaculares son las tallas que alcanzan los alcornoques, alisos, avellanillos, laureles o madro?os.
-Acebuchar de las Machorras (Jerez de la Frontera, C¨¢diz). Machorra es el t¨¦rmino que en esta comarca se asigna a un bosquete aislado de otro y que presenta una espesura importante. Estas machorras jerezanas est¨¢n compuestas por acebuches, el antepasado de los olivos que hoy cultivamos, su variedad silvestre. Con frecuencia esta especie se presenta como arbusto por lo que, a pesar de su longevidad, no es f¨¢cil contemplarla con el porte de un ¨¢rbol. Los acebuches que crecen en las 74 hect¨¢reas de este enclave, centenarios sin duda, alcanzan per¨ªmetros de m¨¢s de 4 metros y alturas que rondan los 13 metros.
-Secuoyas de La Losa (Hu¨¦scar, Granada). En la segunda mitad del siglo XIX el duque de Wellington regal¨® al marqu¨¦s de Corvera algunos ejemplares de secuoyas, procedentes de norteam¨¦rica, para la ornamentaci¨®n del cortijo de La Losa. Hoy medio centenar de estos imponentes ¨¢rboles se alzan muy por encima de los pinos laricios que los acompa?an. Aunque no alcanzan el centenar de metros que llegan a medir en sus lugares de origen, estas secuoyas granadinas superan los 50 metros de altura.
- Pinar de la Resinera (Alhama de Granada). Si lo que suele llamar la atenci¨®n de un bosquete singular es el gran tama?o de sus ¨¢rboles, este pinar destaca justamente por lo contrario, un caso ¨²nico en toda la regi¨®n. Debido a las duras condiciones que se dan en este paraje los pinos pi?oneros que lo ocupan no suelen rebasar, en su tronco, los 40 cent¨ªmetros de per¨ªmetro, y, como media, apenas se levantan 2,5 metros sobre el suelo. Unas cifras impropias de ejemplares que rondan los 40 a?os y que pertenecen a una especie que destaca por su r¨¢pido crecimiento.
- Fresneda del r¨ªo Cuzna (Obejo, C¨®rdoba). Los bosques de ribera, que anta?o adornaban la mayor parte de los cauces andaluces, han sufrido, como pocas formaciones vegetales, un implacable proceso de exterminio. Por este motivo, la extensa fresneda del r¨ªo Cuzna, que abarca m¨¢s de 100 hect¨¢reas, compone un paisaje que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil de contemplar. Los fresnos est¨¢n aqu¨ª acompa?ados de tamujos y adelfas, y si se quiere disfrutar de una buena panor¨¢mica de esta arboleda lo mejor es acercarse a la atalaya que brinda el puente de la carretera que enlaza Obejo y Pozoblanco.
- Coscojar de Pe?as Rubias (Adamuz, C¨®rdoba). La coscoja es un arbusto bastante frecuente en Andaluc¨ªa, donde suele componer formaciones de gran densidad hasta el punto de ser pr¨¢cticamente impenetrables. Sin embargo, no es f¨¢cil encontrar bosquetes de esta especie con ejemplares de porte arb¨®reo. El coscojar que crece en la umbr¨ªa del abrupto paraje de Pe?as Rubias, junto a un olivar, re¨²ne ejemplares de hasta 7 metros de altura y 50 cent¨ªmetros de per¨ªmetro de tronco, acompa?ados de quejigos, madro?os y agracejos.
Olivos centenarios
En algunos casos, y a pesar de ser un cultivo, se llega a hablar de los olivares como si formaran parte de la cubierta vegetal natural, ya que, en definitiva, representan una derivaci¨®n del primitivo bosque mediterr¨¢neo transformado por el hombre. Aunque en numerosas comarcas el olivo se ha instalado sobre lo que eran antiguas masas de encina, no es menos cierto que, en su modalidad extensiva, el olivar se asemeja a una dehesa.
El cat¨¢logo de arboledas singulares tambi¨¦n incorpora algunas soberbias muestras de olivares centenarios, esos que hoy codician los propietarios de viveros y empresas de jardiner¨ªa para venderlos al mejor postor, sin que hasta ahora haya podido evitarse este expolio.
En C¨®rdoba merece una visita el olivar de Villaseca, en Almod¨®var del R¨ªo, cuya edad se calcula en torno a los 300-400 a?os. La altura media de los ¨¢rboles, que crecen sobre una superficie de algo m¨¢s de seis hect¨¢reas, ronda los seis metros, con ejemplares que en su base, retorcida y rugosa, llegan a medir m¨¢s de ocho metros de per¨ªmetro.
Sin salir de C¨®rdoba no menos llamativo es el olivar de la finca Las Monjas, situada en el municipio de Montilla. M¨¢s de 100 ¨¢rboles centenarios ocupan casi cinco hect¨¢reas, rodeados por los vi?edos caracter¨ªsticos de esta comarca.
Y a¨²n podemos retroceder un poco m¨¢s en el t¨²nel del tiempo visitando el olivar de ?rgiva (Granada), donde ciertos ejemplares se consideran milenarios, aut¨¦nticos "supervivientes vegetales" de ¨¦pocas remotas con troncos que asemejan a esculturas. Algunos vecinos sostienen que fueron los romanos los art¨ªfices de esta plantaci¨®n, mientras que otros le atribuyen un origen ¨¢rabe.
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