Zigzag Zaha
M¨¢s artista que arquitecta, y m¨¢s personaje que artista, Zaha Hadid es la encarnaci¨®n rotunda de la diva. Temperamental y desbordante, su voluminosa figura envuelta en t¨²nicas plisadas de Issey Miyake se impone con una presencia f¨ªsica que irradia aplomo y energ¨ªa contenida. Sobre zapatos imposibles, y ornamentada con bolsos y joyas que quitan el hipo, la iraqu¨ª afincada en Londres transmite una seguridad en s¨ª misma que s¨®lo puede provenir de quien ha construido su imagen con tanto empe?o como su propia obra. Desde la ¨¦poca juvenil en que se ataviaba con telas laboriosamente sujetas con decenas de imperdibles, Zaha -como es universalmente conocida- ha hecho de su persona un proyecto art¨ªstico tan significativo como el formado por sus pinturas, dibujos, escenograf¨ªas y dise?os: un camino ya explorado por Dal¨ª, Warhol o Beuys, pero menos com¨²n en el mundo profesional de la arquitectura.
Elevada al estatus de icono medi¨¢tico, recibi¨® el a?o pasado el Premio Mies por una zigzagueante marquesina de hormig¨®n en Estrasburgo que realiz¨® invitada a t¨ªtulo de artista, y obtiene ¨¦ste el Premio Pritzker por una trayectoria m¨¢s rica en representaciones visionarias que en obras construidas. Nada de esto, sin embargo, disminuye el m¨¦rito de la galardonada o hace pol¨¦mica su elecci¨®n: el un¨¢nime reconocimiento de su talento pl¨¢stico hizo de Zaha, "ir¨®nicamente, una opci¨®n segura" en el Mies, como coment¨® el presidente del jurado, David Chipperfield; y su condici¨®n de mujer y su origen ¨¢rabe, unidos a su popularidad entre los estudiantes -destacada en las motivaciones del jurado del Pritzker-, convierten a la arquitecta en una candidata tan pol¨ªticamente irreprochable como conviene al premio americano (por m¨¢s que su concesi¨®n a "Zaha Hadid from Great Britain" cuando las tropas brit¨¢nicas siguen en Irak se preste a otras lecturas simb¨®licas).
En esta convocatoria se incorporaron al jurado del Pritzker, en sustituci¨®n de los fallecidos J. Carter Brown y Giovanni Agnelli, dos miembros nuevos: el presidente de la empresa Vitra, Rolf Fehlbaum, un fabricante de muebles de autor y promotor de arquitecturas de vanguardia que fue el primer cliente de Zaha; y la directora editorial de Phaidon en Nueva York, Karen Stein. Ambos nombres refuerzan el peso en el premio del dise?o y los medios de comunicaci¨®n, dando un protagonismo a la publicidad y la imagen en sinton¨ªa con el momento del mundo, y haciendo m¨¢s inteligible su decisi¨®n. Por decimotercer a?o consecutivo, el Pritzker elude la arquitectura americana, prolongando la ausencia en el galard¨®n de Peter Eisenman, un autor cuyo talante experimental ha dificultado su reconocimiento profesional, pero que tras la inclusi¨®n en el palmar¨¦s de Koolhaas en 2000 y Zaha en 2004 s¨®lo puede explicarse por alguna testaruda animadversi¨®n.
Avalada por un premio de esta trascendencia y con el combustible del aluvi¨®n de proyectos que actualmente se aglomera en su estudio, la verdadera carrera de Zaha se inicia ahora. De manera apropiada, la arquitecta recibir¨¢ la medalla en San Petersburgo, en la misma Rusia donde se gestaron muchas de las experiencias constructivistas y suprematistas -de El Lissitzky a Malevich- que alimentaron su formaci¨®n londinense, para no hablar de los lienzos de Liubov Popova, cuyas formas geom¨¦tricas transl¨²cidas, derivadas del cubismo anal¨ªtico, se prolongan en los "dibujos de rayos X" de Zaha.
La autora de paisajes cristalogr¨¢ficos y topograf¨ªas fracturadas que demandaba al ingeniero Peter Rice "lo quiero todo torcido", propone hoy sin embargo espacios que fluyen y se penetran sobre territorios de metacrilato, reemplazando el ¨¢ngulo agudo por la curva, el zigzag por el spaghetti, y las colisiones por los flujos. Seguir¨¢ haciendo flotar el hormig¨®n, enredando rampas o agrupando sus columnas delgadas como bastones de lluvia; pero su vocabulario pl¨¢stico estar¨¢ a partir de ahora al servicio de una arquitectura l¨ªquida.
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