Al Celta le puede el surrealismo

Tras ocho goles, cuatro penaltis se?alados -aunque a la postre se lanzaron seis pues hubo que repetir dos-, dos expulsiones y alguna que otra lesi¨®n, es decir, en un partido t¨ªpico del Celta, los de Antic sumaron un punto con sabor a desastre. Dominaban el partido con dos goles de ventaja a falta de diez minutos, pero a ra¨ªz de la expulsi¨®n de Velasco se metieron en su caracter¨ªstica din¨¢mica infernal: acort¨® el Racing de penalti, un rato m¨¢s tarde empat¨® Javi Guerrero y a¨²n tendr¨ªa tiempo Milosevic de fallar una m¨¢xima pena en el tiempo a?adido. El resultado satisfizo m¨¢s al equipo de Alcaraz, ya a diez puntos del descenso, que al Celta, una m¨¢quina de encajar goles que sigue desaprovechando oportunidades de engancharse a la permanencia.

El Racing y Meg¨ªa D¨¢vila, que expuls¨® a Regueiro a los 34 minutos, le dieron al Celta un buen pu?ado de razones para creer en la victoria, pero el grupo de Bala¨ªdos s¨®lo necesitaba una se?al para desmoronarse, y ¨¦sta lleg¨® con la expulsi¨®n de Velasco. Atr¨¢s quedaban las malas sensaciones del inicio del partido, con Jesuli que ca¨ªa lesionado y un penalti transformado por Christian antes del cuarto de hora. Otro error del joven Bouz¨®n volvi¨® a poner por delante al Racing, pero cuando Mostovoi empat¨® en el primer minuto de la segunda parte, el Celta insinuaba el suficiente compromiso con el partido para lograr una victoria fundamental.

Vivieron los de Antic a partir de entonces sus mejores minutos. Exprimieron su superioridad num¨¦rica y castigaron con contundencia el paso atr¨¢s del Racing. Tras una bonita combinaci¨®n, Mostovoi puso por delante a los suyos, y el partido parec¨ªa cerrado cuando Milosevic convert¨ªa un penalti discutible por mano de Juanma.

Cualquier equipo con un m¨ªnimo de madurez hubiera echado el candado, pero este Celta es un especialista en dejarse intimidar. Rugi¨® el Sardinero con la expulsi¨®n de Velasco y se tambalearon los vigueses. Otro de los inexplicables penaltis de la tarde elevaron el miedo c¨¦ltico, y apenas nueve minutos despu¨¦s de la expulsi¨®n, el Racing ya le hab¨ªa empatado el encuentro. Para que no pudiera lamentar su suerte, el descuento le deparaba a Milosevic un penalti, pero cuando las piernas tiemblan la punter¨ªa es lo primero que se pierde.