Reflexiones tras el 11-M
Entre el 11y el 14 de marzo hemos vivido unos d¨ªas de gran intensidad. El 11 signific¨® un demoledor dolor, y el 14 por la noche, con todo ese dolor ya siempre presente en nuestras vidas, signific¨® la esperanza de que muchas cosas que deben cambiar pueden ahora cambiar. Yo quisiera expresar en esta p¨¢gina algunas reflexiones que asaltan continuamente mi pensamiento en estos d¨ªas a ra¨ªz de todo lo vivido.
La constataci¨®n progresiva de que el atentado lo cometi¨® un grupo terrorista vinculado o ¨¦mulo de Al Qaeda nos exige a todos -actores sociales, intelectuales, medios de comunicaci¨®n, representantes pol¨ªticos- un enorme esfuerzo pedag¨®gico para evitar las posibles derivas islamof¨®bicas que pueden surgir. Es un momento de gran responsabilidad com¨²n para transmitir con serenidad y sin quiebra que la identificaci¨®n colectiva -por el origen religioso, ¨¦tnico o nacional de los terroristas- con todos los marroqu¨ªes, ¨¢rabes y musulmanes no s¨®lo es injusta, sino que tiene un nombre, y se llama racismo. No se puede estigmatizar a nadie por lo que es, sino s¨®lo por lo que hace; no se puede olvidar en estos momentos que muchos de esos ciudadanos ¨¢rabes y musulmanes son tambi¨¦n v¨ªctimas del mismo terrorismo y ser¨ªa profundamente injusto castigarles doblemente con el rechazo, la marginaci¨®n o la agresi¨®n.
Conocemos las lamentables consecuencias que en ese sentido produjeron los atentados del 11 de septiembre. En noviembre de 2002, un informe de Human Rights Watch se?alaba que en EE UU las agresiones sufridas por la poblaci¨®n musulmana hab¨ªan aumentado en un 1.700% desde el 11-S; en Europa, el informe elaborado por el Centro Europeo contra el Racismo y la Xenofobia sobre la Islamofobia en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea tras el 11-S, preven¨ªa sobre el alarmante aumento del sentimiento de sospecha y los prejuicios contra los musulmanes en dichos pa¨ªses y resaltaba que hab¨ªa aumentado la intransigencia e incluso la agresi¨®n contra las mujeres musulmanas que usan el pa?uelo en la cabeza (hiyab). Pero hay que decir que todo ello no ha sido ajeno a la puesta en pr¨¢ctica de una nueva legislaci¨®n antiterrorista basada en el perfil racial y religioso, realizando multitud de arrestos arbitrarios por el principio preventivo de sospechar de todo ¨¢rabe y musulm¨¢n, lo que ha tendido a criminalizar globalmente a todo ese enorme colectivo en el mundo occidental.
Esos efectos ya han creado un sentimiento social que ha ido alimentando una nueva islamofobia que, ahora, con m¨¢s motivo hay que contener y erradicar. Esto es de capital importancia porque ya antes de los atentados hemos visto desarrollarse en nuestro pa¨ªs un discurso sobre los inmigrantes enormemente pernicioso. Cronistas, destacados pol¨ªticos y algunos responsables de la pol¨ªtica migratoria han desarrollado un discurso p¨²blico basado en la necesidad de orientar nuestra demanda laboral de inmigraci¨®n hacia las comunidades latinoamericanas o de la Europa del Este porque, se dice, su condici¨®n de cristianos es un factor clave de integraci¨®n. Se reclama p¨²blicamente que debemos seleccionar inmigrantes "con afinidades de lengua, religi¨®n y cultura". De ah¨ª que se haya construido un poderoso sentimiento social de que hay inmigrantes "deseados" e inmigrantes "intrusos", siendo estos ¨²ltimos asimilados con los de origen ¨¢rabe y musulm¨¢n. Es por ello que hay que trabajar desde lo m¨¢s aparentemente intrasdendente a lo m¨¢s trascendente.
Esto es, por un lado, acabar con el uso del t¨¦rmino "terrorismo isl¨¢mico", que traslada simb¨®licamente el mensaje del miedo a todo musulm¨¢n. Los grupos terroristas tienen nombres y siglas, y ¨¦sa debe ser la ¨²nica denominaci¨®n que se utilice, como hacemos con los otros terroristas. Y, al igual que justamente hemos acu?ado el mensaje "Vascos s¨ª, ETA no", ahora debemos a?adir otro: "?rabes s¨ª, Al Qaeda no". Por otro lado, y de ah¨ª una de mis esperanzas del domingo por la noche, la pol¨ªtica de inmigraci¨®n debe modificarse, sobre todo dedicando todo el inter¨¦s y esfuerzo que hasta ahora no se ha dedicado a la integraci¨®n y a la lucha contra el racismo, a campa?as de sensibilizaci¨®n que transformen esa mentalidad social creciente que identifica al inmigrante con delincuencia, miedo, amenaza e "intrusos". Ahora, tras los atentados, se hace m¨¢s necesario que nunca ese cambio.
El segundo pensamiento que ocupa mi mente es el argumento que se est¨¢ defendiendo por parte de algunos sectores, tanto dentro de nuestro pa¨ªs como desde fuera, de que retirarse de Irak ser¨ªa ceder al chantaje de los terroristas. El verdadero chantaje es el que ellos est¨¢n tratando de hacernos con ese argumento buscando a la desesperada que se mantenga una pol¨ªtica internacional injusta y b¨¢rbara que est¨¢ en el origen de muchos muertos civiles inocentes (empezando por los 10.000 iraqu¨ªes que se ha llevado por delante la reciente guerra). Adem¨¢s del hecho de que el 90% de los espa?oles se expres¨® claramente en contra de la guerra y la participaci¨®n en la ocupaci¨®n militar, con lo cual nadie se estar¨ªa doblegando a los terroristas, sino que se estar¨ªa siendo democr¨¢ticamente consecuente con los que ostentan la soberan¨ªa; y adem¨¢s de que la defensa del PSOE de la retirada de los soldados espa?oles de la ocupaci¨®n militar de Irak, en tanto no sea Naciones Unidas quien controle y represente a la comunidad internacional en ese pa¨ªs, forma parte de su programa electoral mucho antes de los atentados, lo realmente importante es que esa posici¨®n no responde a ning¨²n inter¨¦s populista ni improvisado, ni a ninguna cobard¨ªa frente a la amenaza terrorista en nuestras propias carnes, sino, por el contrario, a una serena reflexi¨®n, a un convencimiento racional y a una valiente determinaci¨®n de que hay que contribuir a transformar la perniciosa pol¨ªtica internacional que ha sumergido al Medio Oriente en un marasmo pol¨ªtico, en una de las regiones m¨¢s inestables y militarizadas del planeta y donde se acumulan injusticia con humillaci¨®n, terrible alquimia para potenciar extremismos, violencias y terrorismos.
En estos d¨ªas he recibido multitud de llamadas de colegas europeos dici¨¦ndome que ahora los espa?oles representamos una esperanza para reforzar Europa, para contribuir a una concepci¨®n m¨¢s sensata y humana de lo que debe ser la visi¨®n europea del Mediterr¨¢neo y la consecuci¨®n de soluciones pol¨ªticas a los conflictos y las ocupaciones en Oriente Medio frente a los militarismos y las aventuras de tipo colonial. Y s¨®lo con mucha pol¨ªtica se podr¨¢ afrontar esa draconiana pero necesaria tarea, a su vez requisito necesario para, junto con los instrumentos policiales y de seguridad, derrotar pol¨ªticamente al terrorismo.
Y hay que comenzar por recuperar la confianza de las poblaciones civiles en esa parte del mundo enderezando el preocupante sentimiento creciente entre ellas de desconfianza hacia la denominada "guerra contra el terrorismo", tal y como se ha aplicado y utilizado para justificar dictaduras impunes, ocupaciones militares y bombardeos. Es significativo se?alar que, seg¨²n la encuesta realizada por la prestigiosa instituci¨®n americana The Pew Research Center for the People and the Press en siete pa¨ªses ¨¢rabes, se observa que desde la invasi¨®n norteamericana de Irak la lucha contra el terrorismo liderada por Washington ha perdido de manera radical cr¨¦dito entre ellos: menos de un cuarto de los encuestados la apoya hoy d¨ªa. Es decir, la "guerra contra el terrorismo", tal y como la formula y aplica Washington y sus seguidores, no tiene base social en buena parte del mundo donde se tiene que llevar a cabo con ¨¦xito dicha "guerra".
Es por ello que contribuir a modificar la situaci¨®n de ocupaci¨®n que padece Irak, retir¨¢ndonos de all¨ª en tanto se mantega la situaci¨®n que prevalece desde el 20 de marzo de 2003, es sin duda una importante manera de empezar a vencer al terrorismo pol¨ªticamente, recuperando y poniendo a nuestro lado a las sociedades civiles y pol¨ªticas ¨¢rabes. Ellas, y acabar con su sufrimiento y humillaci¨®n, son el futuro de la paz, la estabilidad y la democracia en la regi¨®n.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe e Isl¨¢mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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