Camps y Pons
Uno ha sido el interino de un ministro c¨¦lebre, portavoz y ambicioso. El otro ha sido m¨¢s interino de una ciudad (Madrid) que de una persona, lo que le convierte en una rara avis de la eventualidad. Uno, Camps, lleva casi un a?o de puntillas, sin molestar a nadie, ofreciendo convivencias imposibles y frenando el carro desde el verano, en cuanto supo, consternado, que sus innovaciones, que sus cambios de ritmo y que sus quiebros al borde del ¨¢rea no eran aprobados por su mentor/entrenador. El otro, Pons, hombre fuerte de Camps, estaba y no estaba en los meses transcurridos, y eso que cuando estaba, se notaba mucho. Mandaba, que es lo que el votante quiere. Pero sus mandatos, al parecer, no gustaban al mister y a sus raudos y no por ello menos previsibles voceros.
Fueron diez meses de inquietante frustraci¨®n. De sonrisas impostadas y de abrazos de hielo. Las cosas, obvio, no pod¨ªan continuar as¨ª. Algo ten¨ªa que suceder: alg¨²n aviso de los oscuros dioses, alguna fricci¨®n decisiva, alguna huida. Y lo que vino fue el 14 de Marzo, doloroso estrambote de la foto de las Azores, y, sobre todo, de la mayor matanza que padeci¨® Espa?a desde la guerra civil. Matanza en un acto, pues conviene no olvidar que la banda fan¨¢tica del norte cuadriplica en cad¨¢veres a la banda fan¨¢tica del norte de ?frica.
El acontecimiento tambi¨¦n es una gran bomba en la pol¨ªtica valenciana. Una traca insospechada que ha convertido al vicepresidente del gobierno in p¨¦ctore en un parlamentario, postinero sin duda, pero nada m¨¢s que un diputado que no puede ofrecer cargos y premios. Tambi¨¦n en un pol¨ªtico estigmatizado -como todos sus compa?eros de gabinete- por la tragedia de remoto m¨®vil bagdad¨ª. Por todo ello, ha llegado la hora de Camps & Pons. Tienen tres a?os para evitar una derrota y ya navegan con viento fuerte de levante en contra, pues en la Moncloa gobernar¨¢ el PSOE, Maragall est¨¢ crecido y el PHN insolidariamente embarrancado. Manos libres, pues, muy libres y democr¨¢ticas para quienes hasta el 14 de Marzo eran interinos. Ya no lo son, no pueden serlo.
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