La prensa mundial destaca la manipulaci¨®n del Gobierno
Medios anglosajones y franceses se preguntan si Bush y Blair seguir¨¢n el camino de su aliado en el 'tr¨ªo de las Azores'
"La asombrosa cadena de errores en la pol¨ªtica informativa del Gobierno espa?ol est¨¢ documentada sin lagunas y s¨®lo deja abierta la pregunta de c¨®mo es posible que pudieran producirse tantas equivocaciones y tonter¨ªas en el plazo de 72 horas", escribi¨® Paul Ingendaay en el diario conservador alem¨¢n Frankfurter Allgemeine Zeitung del martes. Aunque Aznar sea incapaz de autocr¨ªtica y opte por refugiarse en teor¨ªas conspirativas, esta opini¨®n es compartida por muchos analistas internacionales, de derechas o izquierdas.
En el diario progresista franc¨¦s Liberation, Patrick Sabatier invent¨® ayer un neologismo, el que daba t¨ªtulo a su comentario: "Aznarizaci¨®n". Sabatier comenzaba as¨ª: "?Corre Bush el peligro de ser aznarizado de aqu¨ª al 3 de noviembre? Es decir, de pagar en las urnas el hecho de haber jugado con la verdad". Y planteaba otro interrogante: "Al acusar a Irak, equivocadamente, de tener v¨ªnculos con Al Qaeda y poseer armas prohibidas, ?actu¨® Bush por c¨¢lculo c¨ªnico o por ceguera culpable, como Aznar al designar equ¨ªvocamente a ETA el 11 de marzo?".
'The Washington Post': "La gente espera no ser enga?ada por los que mandan"
"Lo que triunf¨®, al final, fue la democracia espa?ola", afirma 'The New York Times'
Orquestada por la poderosa maquinaria de spin o manipulaci¨®n informativa de la Casa Blanca, prosigue, en paralelo, la campa?a internacional para presentar a los espa?oles que el 14-M votaron por el cambio como unos cobardes que se rindieron ante el terrorismo islamista. Pero numerosas voces se alzan contra esta interpretaci¨®n. El lunes, Jes¨²s Silva-Herzog M¨¢rquez escribi¨® en el diario mexicano Reforma: "Sugerir que el voto espa?ol es un voto de rendici¨®n es sugerir que, en tiempos de terrorismo, la ciudadan¨ªa tiene el ¨²nico deber patri¨®tico de mimar y proteger a su Gobierno, haga lo que haga. Pensar que la ¨²nica manera de servir a la causa de la raz¨®n es apoyando un¨¢nimemente a los Gobiernos existentes es abdicar de la raz¨®n democr¨¢tica, es exigir la suspensi¨®n del pluralismo ante la emergencia del terror".
El mismo EE UU comienza a despertar del profundo sue?o del esp¨ªritu cr¨ªtico que sigui¨® al 11-S. En The Boston Globe del lunes Cathy Young escribi¨®: "En gran medida, el voto de los espa?oles representa un castigo al descarado intento por parte del Gobierno de Aznar de enga?ar al p¨²blico y manipular a los medios, a fin de culpar a ETA de los atentados". En ese diario, Dan Payne hab¨ªa afirmado el d¨ªa anterior: "Lo que hizo Espa?a al desalojar del poder al derechista Partido Popular no fue apaciguar a los terroristas. Fue democracia". Tambi¨¦n el domingo William O'Rourke cit¨® en Chicago Sun-Times fuentes de la empresa de consultor¨ªa de Henry Kissinger que aseguran que "en la ma?ana de los atentados las elecciones estaban empatadas t¨¦cnicamente". O'Rourke a?adi¨®: "El intento por parte del Gobierno de Aznar de confundir al pueblo sobre qui¨¦n perpetr¨® los atentados -y no los atentados en s¨ª- provoc¨® una m¨¢s amplia participaci¨®n, que sell¨® la victoria socialista".
Elaine Sciolino, enviada especial a Madrid, public¨® el domingo en The New York Times un reportaje en el que, tras recordar que "el 90% del pa¨ªs [Espa?a] se opuso a la guerra" de Irak y que en v¨ªsperas del 14-M "se generaliz¨® la percepci¨®n de que el Gobierno estaba manipulando la verdad", sentenci¨®: "Lo que triunf¨®, al final, fue la democracia espa?ola". "La lecci¨®n de Madrid", escribi¨® David Bach en The Washington Post del d¨ªa 17, "es que la guerra contra el terrorismo s¨®lo se puede ganar con el pueblo, no contra el pueblo o a sus espaldas. En estos tiempos de peligro omnipresente, lo menos que espera la gente es no ser enga?ada por los que mandan". Claude Weil comparte ese an¨¢lisis en el semanario franc¨¦s de izquierda Le Nouvel Observateur. El 14-M fue "un rechazo estrepitoso de la pol¨ªtica exterior y los m¨¦todos del Gobierno de Aznar". Weil a?ade: "El poder espa?ol ha dado la impresi¨®n de temer la verdad puesto que no era su verdad".
Director de The New Yorker, David Remmick apoy¨® la guerra de Irak. No obstante, en la ¨²ltima edici¨®n del semanario estadounidense tilda de "demasiado simplistas" las interpretaciones de que el 14-M fue una rendici¨®n espa?ola ante Al Qaeda. Fue, afirma, la expresi¨®n del "resentimiento contra la voluntad del Gobierno de Aznar de desinformar al p¨²blico con fines electoralistas". Bush, seg¨²n Remmick, podr¨ªa correr la misma suerte al hacerse evidente que manipul¨® los informes del espionaje norteamericano sobre las armas de destrucci¨®n masiva de Irak y que intent¨® falsamente vincular a Sadam con el 11-S. No hab¨ªa "amenaza inminente", concluye, y en EE UU tanto los que defendieron la guerra como los que se opusieron a ella sienten hoy "una p¨¦rdida de confianza".
Aunque en el editorial de su ¨²ltima edici¨®n se opone a la retirada de las tropas espa?olas de Irak, The Economist precisa: "No decimos que sea err¨®neo votar contra Gobiernos que apoyaron la invasi¨®n de Irak. En algunos casos, como en el espa?ol, lo hicieron en contra de una aplastante mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica. Y en todos los casos, sus acusaciones de que Sadam Hussein ten¨ªa dep¨®sitos de armas peligrosas aparecen ahora como una patochada, una apuesta o un enga?o". Para el semanario brit¨¢nico, existe "una fuerte posibilidad" de que Bush, Blair y el australiano John Howard "sigan a Aznar en el camino de la derrota".
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