El d¨ªa de las cosas sin due?o
Todos han salido al patio. Algunos llevan bolsas negras de basura anudadas a sus brazos. A la hora del almuerzo, uno de ellos ha colocado junto al caj¨®n del pan una hoja arrancada de una libreta donde pone:
- A las cinco de la tarde, en el patio del m¨®dulo, cinco minutos de silencio por las v¨ªctimas.
Y ahora est¨¢n aqu¨ª, en el patio de la prisi¨®n madrile?a de Valdemoro, algunos de ellos con el susto todav¨ªa rond¨¢ndole el cuerpo. Algunos son de El Pozo, de Villaverde, y han intentado ponerse en contacto con sus familiares. Hombres como Paco o Antonio, ya maduros, detenidos y encarcelados por robo o tr¨¢fico de hach¨ªs, que hoy se han ofrecido para donar sangre. Por la ma?ana, a la hora del desayuno, hubo tensi¨®n, discusiones con los presos de ETA, unos 30, que cumplen condena.
- Hijos de puta, salid al patio si ten¨¦is cojones...
La direcci¨®n de la prisi¨®n, para evitar males mayores, ordena que los presos etarras se queden encerrados en sus celdas.
Cuatro de la tarde en Madrid. Diez de la ma?ana en Nueva York. El Consejo de Seguridad de la ONU comienza un debate rutinario sobre ?frica. Est¨¢ ausente el embajador espa?ol, Inocencio Arias, que a¨²n no ha regresado de un viaje a Viena. Le sustituye la n¨²mero dos de la misi¨®n espa?ola, Ana Men¨¦ndez.
En la comisar¨ªa de Vallecas hay muchos efectos personales de los heridos. Entre ellos, una bolsa de deportes con una bomba dentro. Nadie sabe que est¨¢ programada para estallar a las 19.40.
En Nueva York, Ana Men¨¦ndez, la representante espa?ola en la ONU, toma la palabra para solicitar la aprobaci¨®n de una resoluci¨®n urgente de condena a ETA por los atentados de Madrid. La reuni¨®n se celebra a puerta cerrada. Asisten los expertos de las distintas delegaciones. El representante alem¨¢n propone matizar la nota de condena y no se?alar directamente a ETA o establecer el t¨¦rmino "supuestamente". Otro experto muestra su extra?eza de que, apenas diez horas despu¨¦s de estallar las bombas, los autores ya est¨¦n identificados. El embajador argelino, Abadala Baali, advierte:
- Si dentro de dos d¨ªas las pistas apuntan hacia otra direcci¨®n, ser¨¢ muy embarazoso.
En el pabell¨®n de Ifema, las familias que esperan informaci¨®n sobre sus parientes intentan tomar algo. Les han tra¨ªdo bocadillos y dulces. Nadie habla. Ninguna familia quiere compartir su pena con otra. Si acaso, con el psic¨®logo. Nadie se refiere a ETA ni a Al Qaeda.
Sin embargo, en Nueva York ya existe desde las 12.15 (18.15 en Espa?a) una condena oficial "en los t¨¦rminos m¨¢s absolutos de los atentados perpetrados en Madrid por el grupo terrorista ETA". [El d¨ªa 15, Inocencio Arias se ver¨¢ obligado a enviar una carta al presidente del Consejo de Seguridad, el franc¨¦s Jean-Marc de la Sabli¨¨re, pidiendo disculpas. Espa?a, alega el embajador, "obr¨® de buena fe"].
Jos¨¦ ?scar G. est¨¢ preso en el m¨®dulo 2 de la prisi¨®n de Valdemoro. Desde esta ma?ana no le llega la camisa al cuerpo. Se ha enterado de que su madre estaba en la estaci¨®n de Atocha cuando las explosiones. Ha conseguido hablar con su padre, que le ha dicho que est¨¢ bien, que no se preocupe, que ha sido m¨¢s el susto que otra cosa. Otros presos, tambi¨¦n preocupados, aguardan en fila india para utilizar el tel¨¦fono. A Jos¨¦ ?scar, que no llega a los 30 a?os, esa explicaci¨®n le suena a mentira piadosa. Por fin comprueba que es verdad, que su madre s¨®lo est¨¢ asustada, que se ha metido en su casa y no quiere salir. El preso, aliviado, le explica su angustia a C¨¦sar, el educador de la prisi¨®n:
- Me he puesto m¨¢s nervioso de lo que deb¨ªa. Mi madre s¨®lo tiene la impresi¨®n traum¨¢tica esa...
A las 17.28 sale un mensaje desde el Ministerio de Asuntos Exteriores a todas las embajadas. Tiene car¨¢cter reservado. Asunto: "Atentado de ETA en Madrid". El texto garantiza que el atentado es de ETA por varias razones: mismo explosivo y mismo patr¨®n de comportamiento, "as¨ª como otras informaciones que a¨²n no se han hecho p¨²blicas por razones obvias". Y alude a una fuerza pol¨ªtica que intenta confundir sobre la autor¨ªa. Se refiere a Batasuna. El mensaje, dirigido a los embajadores, concluye con una petici¨®n expresada de forma telegr¨¢fica:
- Deber¨¢ de aprovechar aquellas ocasiones que se le presenten para confirmar autor¨ªa de ETA de estos brutales atentados, ayudando as¨ª a disipar cualquier tipo de duda que ciertas partes interesadas puedan querer hacer surgir entorno a qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de estos atentados. Y si lo considera oportuno, puede acudir a los medios para exponer estos hechos.
En el pabell¨®n 6 del Ifema est¨¢ Carmen Balad¨ªa, la directora del Instituto Anat¨®mico Forense. Hace 21 a?os que ejerce su profesi¨®n: son m¨¢s de 3.000 autopsias de experiencia. Pero nada le ha impresionado tanto como lo que est¨¢ ante sus ojos. Por la cantidad de cad¨¢veres, por el sin motivo de la matanza, por el estado en que llegan los cuerpos... Carmen coge en sus brazos un feto de siete meses que extrae del cuerpo de una mujer.
La polic¨ªa cient¨ªfica trabaja cuidadosamente sobre la furgoneta Renault Kangoo encontrada en Alcal¨¢ de Henares. Resulta evidente que sus ocupantes no han extremado las precauciones. Un cartucho de dinamita, siete detonadores, guantes, gorros de lana, alguna prenda descuidada y una cinta de casete en ¨¢rabe con una grabaci¨®n de vers¨ªculos del Cor¨¢n, una de tantas cintas que se pueden adquirir f¨¢cilmente en cualquier mercadillo. Y otra buena noticia: hay huellas dactilares. Ninguno de esos indicios conduce a ETA.
En el complejo de Canillas, a no demasiada distancia, espera el primer testigo. Tiene que echarle un vistazo a tres fotos. Son extranjeros. Se cubre parte de la cara para adaptar esas im¨¢genes a lo que ¨¦l ha visto. No los reconoce.
A eso de las seis de la tarde, Pablo Torres llega al hospital Ernest Lluch, de M¨®stoles. Ha sido un d¨ªa muy duro para ¨¦l. Se encontr¨® con la tragedia de bruces, sac¨® su c¨¢mara digital y se puso a hacer fotograf¨ªas de los heridos entre las v¨ªas del tren. Ahora est¨¢ aqu¨ª. Ha venido para ver a su sobrina Ainoa, que ha nacido hoy mismo, a las once de la ma?ana, a esa hora en la que muchos heridos se debat¨ªan entre la vida y la muerte. Pablo Torres, cuyas fotos tremendas ilustran la portada de la edici¨®n especial de EL PA?S, vuelve a sacar su c¨¢mara digital y piensa:
- Esta misma c¨¢mara que ha grabado horror y muerte esta ma?ana, ahora capta alegr¨ªa y vida...
Los indicios que obran en poder de la polic¨ªa llegan hasta la sede del PSOE en Ferraz, as¨ª como el descubrimiento de la furgoneta y la cinta en ¨¢rabe. A pesar de todo, Interior sigue insistiendo en que el explosivo es el habitual en ETA.
Hay nerviosismo en la calle y nerviosismo en el Gobierno. En el Ministerio del Interior se han habilitado unos despachos para que los expertos en terrorismo de los distintos servicios -Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, Guardia Civil y CNI- se coordinen lo m¨¢s posible. No es el d¨ªa hoy para que los habituales celos profesionales se manifiesten. Es l¨®gico que la polic¨ªa lleve el hilo de la investigaci¨®n porque el atentado ha tenido lugar en su demarcaci¨®n. Lo que no parece tan l¨®gico es que un coronel y un general de la Guardia Civil, expertos en terrorismo, tengan que esperar durante horas antes de que les dejen participar en la investigaci¨®n.
Acebes se re¨²ne a las 18.30 con los responsables de Seguridad. Tienen ante la mesa los resultados de la inspecci¨®n en la furgoneta. Y la l¨ªnea de investigaci¨®n que lleva horas abierta. Sabe tambi¨¦n que la aparici¨®n de la furgoneta se ha filtrado. Convoca una conferencia de prensa para las 20.15.
A a las siete de la tarde quedan muchas pertenencias personales desperdigadas por las distintas comisar¨ªas de la ciudad. En la de Vallecas, sigue la bolsa de deportes con una bomba dentro. No llama la atenci¨®n entre la cantidad de objetos sin due?o:
Una fiambrera con el almuerzo.
Un termo.
Un bonob¨²s.
El documento que el Ministerio del Interior envi¨® a una de las v¨ªctimas para que se presentara dentro de tres d¨ªas como vocal de una mesa electoral.
Unos walkman.
Una mochila de la marca Nike...
En el Palacio de la Moncloa, Aznar reabre el cap¨ªtulo de llamadas institucionales. Habla con Rodr¨ªguez Zapatero. Le informa del hallazgo de la furgoneta y de la cinta del Cor¨¢n. Le dice que eso obliga a abrir una segunda l¨ªnea de investigaci¨®n. La conversaci¨®n vuelve a ser muy breve:
- Seguimos pensando que es ETA.
Los cuerpos de las v¨ªctimas van llegando al pabell¨®n seis. Llega el del cabo primero Jos¨¦ Gallardo Olmo, de 33 a?os, atleta y culturista que en 2001 recibi¨® la Cruz al M¨¦rito Militar por salvar la vida de un ni?o; llega tambi¨¦n el cuerpo de Daniel Paz Manj¨®n, de 20 a?os, el primero de su barrio en colocar un cartel contra la guerra; aparece tambi¨¦n el cad¨¢ver de Mar¨ªa Jos¨¦ Pedraza Pino, auxiliar en la Consejer¨ªa de Sanidad de la comunidad aut¨®noma, de 41 a?os, que hab¨ªa pasado la noche anterior estudiando el temario de una oposici¨®n. Todos ellos, Jos¨¦, Daniel, Mar¨ªa Jos¨¦ y tantos otros, van pasando por alguna de las siete mesas donde se practican las autopsias. Alrededor de ellos, tres m¨¦dicos forenses, un fot¨®grafo del Instituto Anat¨®mico, dos miembros de la Polic¨ªa Cient¨ªfica y un fot¨®grafo de la polic¨ªa.
Las 20.15. La tarde avanza. Acebes comunica a la opini¨®n p¨²blica el hallazgo de la furgoneta. Afirma que ha dado orden de no descartar "ninguna hip¨®tesis" sobre la autor¨ªa de los atentados, pero remacha.
- La l¨ªnea esencial sigue siendo ETA.
Aznar hace una segunda llamada a los directores de los peri¨®dicos y corrobora las palabras de Acebes.
- La prioridad sigue siendo ETA.
A las 20.30, el Rey ofrece un discurso de 15 minutos. No menciona a ETA.
En esas horas, Miguel Sebasti¨¢n, asesor de Zapatero en materia econ¨®mica, vuelve a recibir una llamada de su comunicante de Washington. Ambos comentan c¨®mo la jornada burs¨¢til en Wall Street est¨¢ siendo excesivamente vol¨¢til. Demasiada incertidumbre para un atentado de ETA.
La hip¨®tesis ETA est¨¢ a punto de esfumarse completamente. A las 19.40 suena un tel¨¦fono m¨®vil en el interior de una bolsa de deportes depositada en la comisar¨ªa de Vallecas, la presunta pertenencia de una v¨ªctima del atentado. La bolsa ha viajado de mano en mano desde un vag¨®n de cercan¨ªas de la estaci¨®n de El Pozo durante varias horas. Parece una m¨¢s de tantas llamadas que piden angustiosamente una respuesta. Cuando un polic¨ªa abre la bolsa, descubre entre un pl¨¢stico azul unos hilos que cuelgan de un m¨®vil. Se queda paralizado.
Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n del PSOE, habla en un par de ocasiones con Gabriel Elorriaga, responsable de la campa?a electoral del PP. La segunda es muy breve. Blanco no puede reprimirse y le suelta una frase:
- Esto apesta a Al Qaeda.
La comunicaci¨®n se corta. Elorriaga se queda sin bater¨ªa.
La agencia Reuters informa a las 21.30 de que se ha recibido una carta en el diario londinense Al-Quds Al-Arabi, editado en ¨¢rabe. Un grupo ligado a Al Qaeda reivindica el atentado. La noticia tiene repercusi¨®n internacional aunque su valor sea dudoso.
Madrid es una ciudad entristecida desde la tarde. La noche cae en silencio. Los restaurantes est¨¢n vac¨ªos, los centros comerciales carecen de actividad, las calles no tienen pulso. Hay un dolor que recorre toda la capital, una necesidad de guardarse y olvidar.
Cae la madrugada y un hombre se est¨¢ jugando la vida. Lo hace por segunda vez en s¨®lo unas horas. Al mediod¨ªa del jueves, este artificiero de los TEDAX ya explosion¨® una de las mochilas cargadas de dinamita que los terroristas no consiguieron hacer estallar en la estaci¨®n de El Pozo. Ahora el reto es mayor. Se trata de desactivar la bolsa de deportes por fin encontrada en la comisar¨ªa de Vallecas. Si lo consigue, la polic¨ªa obtendr¨¢ pruebas de los asesinos: quiz¨¢ huellas, un tel¨¦fono m¨®vil, el tipo de bomba... Se la lleva a un descampado. Y la desactiva.
A las cinco de la madrugada, todos los componentes del artefacto est¨¢n depositados encima de una mesa. Los expertos escudri?an cada pieza. Hay un detalle que les lleva a un lugar ya conocido. Algo en el tel¨¦fono les transporta al 24 de enero de 2003, cuando esos mismos polic¨ªas detuvieron a 16 argelinos y marroqu¨ªes en Barcelona y Girona por su presunta relaci¨®n con Al Qaeda y una red de salafistas escindida del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA). De aquella operaci¨®n les queda un amargo recuerdo y un enfrentamiento con el juez Guillermo Ruiz Polanco, que todav¨ªa dura hasta hoy. Consider¨® que las pruebas eran insuficientes. Atr¨¢s quedaron sin efecto varios meses de investigaci¨®n.
Veinte horas despu¨¦s de la matanza, algunos tel¨¦fonos m¨®viles siguen sonando. El concejal de Seguridad Pedro Calvo charla con el ministro de Justicia, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila. En ese momento oyen las notas del himno del Real Madrid que salen de una mochila. Alguien sigue buscando a alguien.
MA?ANA Rajoy: "?Qu¨¦ est¨¢ pasando?" Relato del 11-M desde las 7.00 del viernes a las 24.00.
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