El infierno de Ana L¨®pez
La mujer asesinada el martes en Guadix no denunci¨® a su agresor por miedo a las amenazas, seg¨²n un hermano
El hombre de su vida se convirti¨® tambi¨¦n en el de su muerte. Ana L¨®pez Ariza, de 36 a?os y natural de Guadix (Granada) falleci¨® el martes pasado a manos de su compa?ero, Francisco M.L., de 40, que le asest¨® tres pu?aladas con una navaja de 35 cent¨ªmetros. Una de ellas le parti¨® el coraz¨®n. Sus familiares la enterraron ayer entre 300 personas.
Toda una vida de chantajes y amenazas de muerte contra ella y sus dos hijos termin¨® repentinamente alrededor de las 17.00 del pasado martes. Esa tarde, carcomido por los celos, Francisco cogi¨® su Suzuki Vitara rojo y sali¨® en busca de "su mujer", como ¨¦l la llamaba. La encontr¨® a unos tres kil¨®metros del pueblo, en un rellano de la carretera de Purullena, dentro del coche de un amigo.
Fuentes de la investigaci¨®n aseguraron ayer que, nada m¨¢s llegar, les cort¨® el paso embisti¨¦ndoles con su veh¨ªculo. Ana, consciente del peligro que su acompa?ante corr¨ªa, trat¨® de calmar al presunto homicida, que le respondi¨® con tres cuchilladas. Cuando la Cruz Roja lleg¨® al lugar, su coraz¨®n ya se hab¨ªa parado. "No hab¨ªa nada que hacer", explicaron ayer en el puesto de Guadix.
Las agresiones f¨ªsicas y ps¨ªquicas fueron constantes a lo largo de su relaci¨®n, seg¨²n la familia de Ana. "?C¨®mo ha podido enamorarse de ese hombre?", se preguntaba ayer su hermano Antonio, que contin¨²a hablando de ella en presente. "La trataba como si no fuera nada. La anim¨¢bamos continuamente a que lo dejara y lo denunciara, pero ella ten¨ªa miedo. La amenazaba con matar a sus hijos.", asegur¨®.
"Sent¨ªa una aut¨¦ntica fijaci¨®n por ella", explica Mar¨ªa del Carmen Garc¨ªa, amiga personal de Ana. "?ltimamente Francisco se pasaba el d¨ªa en el locutorio telef¨®nico donde ella trabajaba para controlar lo que hac¨ªa. Cada vez que marcaba un n¨²mero, ¨¦l llamaba despu¨¦s para saber con qui¨¦n hab¨ªa hablado", dice la amiga, que asegura que a pesar de todo, Ana lo consideraba "el hombre de su vida".
Su propio hermano, due?o del locutorio, se hart¨® de esta situaci¨®n. "Dile a Francisco que no venga m¨¢s o b¨²scate otro trabajo. Estoy perdiendo clientes", lleg¨® a decirle a su hermana, seg¨²n su amiga. Ana no ve¨ªa a Mar¨ªa del Carmen desde enero. Su compa?ero se lo hab¨ªa prohibido. "Estaba muy agobiada, no la dejaba respirar", dice la amiga. "La ¨²ltima vez que hablamos, me dijo que la hab¨ªa amenazado de muerte, que ten¨ªa much¨ªsimo miedo".
Ana conoci¨® a Francisco a los 13 a?os. En sus 23 a?os de relaci¨®n s¨®lo convivieron durante unos meses que la pareja pas¨® en Almer¨ªa por motivos de trabajo. Luego cada uno volvi¨® a casa de sus padres. Los hijos de la pareja, de 12 y 4 a?os, viv¨ªan con ella. Sin dejar de verse, ¨¦l se cas¨® con otra mujer, para divorciarse a?os despu¨¦s. Durante ese matrimonio, Ana tuvo su primer hijo. "Tuvieron que sacarlo de casa de su esposa para que acudiera al parto", recuerda Mar¨ªa, una amiga de la ex mujer de Francisco.
Los padres de Ana le prohibieron acercarse a su domicilio. "Los ¨²ltimos tres meses de vida de mi hermana fueron un infierno", afirma Antonio. "Se plantaba en la puerta de la casa a las tres de la ma?ana para verla. Como mis padres no se lo permit¨ªan, se dedicaba a llamarla por el m¨®vil. Ella estaba muy agobiada porque no la dejaba en paz", recuerda el hermano.
Un centenar de personas denunciaron ayer su muerte guardando cinco minutos de siliencio frente a la puerta del Ayuntamiento. Por la tarde, otras 300 acudieron a su funeral. Guadix se despert¨® conmocionado por la cr¨®nica de una muerte que muchos de sus vecinos consideraban anunciada. La decimotercera en toda Espa?a en lo que va de a?o.
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