Rumbo a la utop¨ªa
En 1494, el poema sat¨ªrico de Sebastian Brandt La nave de los locos, inmensa alegor¨ªa sobre los vicios y las virtudes de los hombres de aquel tiempo, apuntal¨® un tipo de literatura ut¨®pico-cr¨ªtica que goz¨® de notable influencia. La obra de Brandt es, en Viaje a Narragonia, algo m¨¢s que una cita culta: es toda una declaraci¨®n de principios. El filme se sit¨²a perfectamente en la estela del poema, al proponer una traves¨ªa, la que emprende un grupo de actores / mimos / provocadores urbanos de varias nacionalidades, quienes a bordo de un vetusto, casi inviable nav¨ªo no por casualidad bautizado Azart, pretenden realizar un periplo que les lleva por varias ciudades, siempre rumbo a esa ut¨®pica Narragonia que est¨¢, en realidad, situada en ninguna parte.
VIAJE A NARRAGONIA
Direcci¨®n: Germ¨¢n Berger. Int¨¦rpretes: Gabriel van Hoften, Irina Gallardo, August Dirks, Robbie Baars, Ludmila Macimova. G¨¦nero: documental sociol¨®gico. Espa?a, 2003. Duraci¨®n: 83 minutos.
De lo que trata pues este extra?o, en ocasiones un pel¨ªn irritante, pero en general muy estimulante documental no es de otra cosa que del viaje mismo: de la vida de los viajeros mientras lo realizan, de su preparaci¨®n, de las relaciones (problem¨¢ticas, como es l¨®gico) con el mundo bienpensante, pero tambi¨¦n con ellos mismos. Y a la postre, lo que el filme deja es la prueba real de otras existencias posibles, de otros mundos que, como es bien sabido, est¨¢n en ¨¦ste.
Pero acaso lo m¨¢s original de la propuesta de Germ¨¢n Berger, debutante en estas lides, sea el tratamiento que da a la imagen y su manera de construir la, digamos, puesta en escena: la c¨¢mara parece siempre un testigo, jam¨¢s un instrumento que interfiere en las deliberaciones, peleas o simples comentarios de los actores. Un tempo narrativo de lo m¨¢s anticonvencional, unos personajes construidos como si se tratara de seres de ficci¨®n y una seguridad inusual en este tipo de propuestas hacen de Viaje a Narragonia un filme tan recomendable para esp¨ªritus sensibles como vigorosamente desaconsejado para el resto, es decir, para cualquier amante del cine convencional, de g¨¦nero, previsible.
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