Gerardo Herrero analiza el trabajo y las relaciones de pareja en su nueva pel¨ªcula
'El principio de Arqu¨ªmedes' plantea los dilemas de los treinta?eros desde la mirada femenina
Los tel¨¦fonos no paran de sonar en El principio de Arqu¨ªmedes, la nueva pel¨ªcula de Gerardo Herrero (Madrid, 1953), mientras Sonia (Marta Belaustegui) y Roc¨ªo (Blanca Oteyza), sus protagonistas, desesperan en busca de una canguro que las suplante en casa, cuando el trabajo exige m¨¢s y m¨¢s y m¨¢s. "La idea naci¨® de una historia real que me contaron en la que hab¨ªa problemas laborales y hasta un intercambio de parejas", relat¨® ayer Herrero en la rueda de presentaci¨®n de la pel¨ªcula, que se estrena el pr¨®ximo 2 de abril en toda Espa?a.
Desde el comienzo, cont¨® el productor y director, quiso hacer una historia de mujeres en la cual se hablara especialmente de los conflictos familiares que plantean el trabajo y sus exigencias. Una "historia de perdedoras" que, seg¨²n Herrero, suelen ser menos glamurosas para el cine que las de perdedores. "Le cont¨¦ la an¨¦cdota y el proyecto a Bel¨¦n Gopegui, con quien ya hab¨ªa trabajado en Las razones de mis amigos (2000), y nos propusimos que la realidad sindical tuviera tambi¨¦n un lugar relevante".
"En esta historia no hay buenos ni malos. Cada personaje tiene sus razones"
El principio de Arqu¨ªmedes cuenta la historia de dos amigas. Sonia, una alta ejecutiva del mundo de la moda que apenas tiene tiempo para su hijo y su marido (interpretado por Alberto Jim¨¦nez), y Roc¨ªo, su vecina, tambi¨¦n casada (con un profesor que encarna Roberto Enr¨ªquez), quien a pesar de estar muy bien preparada profesionalmente no ha pasado de los trabajos eventuales. Como "nadie est¨¢ conforme con su vida", frase que se repite en la pel¨ªcula, cada una de ellas desear¨¢ lo que la otra tiene, maridos incluidos.
Acompa?ado por casi todo el elenco (el ¨²nico ausente fue para Vicky Pe?a), y por la escritora Bel¨¦n Gopegui, guionista de la pel¨ªcula, Herrero defini¨® a sus criaturas: "A m¨ª me interesa mucho contar historias de personas de 35 a 40 a?os, porque creo que ¨¦sa es la edad en la que las parejas deciden muchas cosas: tener hijos o no, mudarse, cambiar de empleo... En esta historia no hay buenos ni malos. Intentamos mostrar las razones, los motivos y las contradicciones de cada personaje para actuar como lo hace".
?sta es la tercera pel¨ªcula que Marta Belaustegui, Sonia en la ficci¨®n, hace junto a Herrero, quien la convoc¨® tambi¨¦n para Malena es un nombre de tango (1996) y Las razones de mis amigos (2000). Adem¨¢s de destacar la "gran complicidad" que existe cuando ya se conoce el estilo de un director que siempre aborda "historias muy comprometidas", la actriz rescat¨® el valor social del tema que plantea El prinicipio de Arqu¨ªmedes. "La dificultad de trabajar y tener hijos es, para m¨ª, un tema pol¨ªtico. Creo que aqu¨ª se trata de modo inteligente".
Detr¨¢s de cada papel hay muchas horas de actuaci¨®n,"ese ensayo de mesa en el que hablas y hablas y hablas", contaron director y actores. "Es el trabajo que m¨¢s me gusta", se sincer¨® Herrero. "La c¨¢mara est¨¢ para m¨ª en segundo lugar. Quiero que casi no se note, que vaya al actor y lo descubra."
A Blanca Oteyza le cost¨® "varias pruebas" llegar a convertirse en Roc¨ªo, porque Herrero no la ve¨ªa para ese papel. La actriz que protagoniza actualmente en teatro Hoy: El diario de Ad¨¢n y Eva, niega que Roc¨ªo sea "la mala de la pel¨ªcula". "Lo que contamos pasa todos los d¨ªas. Vivimos entre personas como ¨¦stas. Las empresas funcionan as¨ª: por cada puesto que ocupa alguien, hay otro que se queda fuera".
El mundo sindical tiene en la pel¨ªcula de Herrero nombre propio: CGT. "Trat¨¦ de convencer a Bel¨¦n de que lo sac¨¢ramos, porque para m¨ª es un sindicato minoritario, pero no me dej¨®", explic¨®, sonriendo, el director de El misterio Gal¨ªndez (2002). "Creo que hay mucho cine social, pero poco que hable del mundo del trabajo desde adentro", explic¨® Gopegui. "Yo creo que hay dos tipos de cine: uno que sugiere y otro que propone. En esta pel¨ªcula quisimos proponer la idea de que el trabajo es la vida y la vida es el trabajo, y de que ambos se influyen profundamente".
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